«Se está construyendo con fuerza en todas las áreas de la ciudad y eso es positivo»

El sector urbanístico goza de buena salud en Valladolid. A pesar de las problemáticas que lo envuelve en general, la resiliencia de las empresas de aquí permanece intacta y la nueva construcción sigue produciéndose «en todas las áreas de la ciudad», como destaca Manuel Saravia, concejal del área de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, que estará presente en FIVA Primavera, la Feria Inmobiliaria de Valladolid.

–¿Con la lista de la compra cada día más cara, la subida de tipos de interés, as facturas energéticas… ¿Es un ejercicio arriesgado comprar una vivienda?

–Nunca hago este tipo de recomendaciones; ni aconsejar que se compre ni sugerir que se espere. Lo importante es que se tenga buena información, y que no sea interesada, tanto de los costes (tipos de hipoteca, gastos de comunidad…) como del producto: construcción, acabados, eficiencia energética… Y valorar si lo que nos conviene es primera o segunda mano. O la opción del alquiler, que siempre debe estar presente. No es fácil decidir. En Valladolid se dan, y no digo nada nuevo, todas esas opciones con calidad.

–¿Cómo encuentra al sector en Valladolid?

–Lo del incremento del precio de los materiales es tremendo. No parece acabar nunca. Se espera que en 2023 se moderen. Pero hasta ahora no está tan claro. Por otro lado, también es conocida la dificultad de cubrir los oficios necesarios, contratar mano de obra cualificada. Con lo que la construcción está pasando por un momento difícil. Pero las empresas de aquí siempre han superado las dificultades, y en esta ocasión también lo harán.

–Una de las cuestiones referidas, la de la eficiencia energética, está muy en boga de promotoras, inmobiliarias y clientes. ¿El ahorro es ahora, sin ambages?

–El ahorro puede ser importantísimo. Sin duda. Puedo recordar un ejemplo impulsado por el Ayuntamiento: el del Distrito Fasa, donde se ejecutó el proyecto Remourban. Allí, con la rehabilitación energética de las 400 viviendas del área, las emisiones de carbono se han reducido un 70%. El consumo de energía ha bajado un 30%. Y, atención, la factura energética también se ha reducido en más del 60%. De manera que la respuesta es sí: sin ambages.

–¿Qué hace el Ayuntamiento actualmente en pos de esa eficiencia?

–Como acabamos de decir, los edificios tienen que controlar dos temas fundamentales: las emisiones y el consumo. Emisiones de CO2 y consumo de energía. Para lo primero, el cambio en la fuente de energía es clave. Para lo segundo, el aislamiento de las paredes exteriores. El Ayuntamiento actúa en ambos frentes. En primer lugar, favoreciendo, con la normativa del PGOU, que se construyan edificios 'pasivos', de consumo 'casi nulo'. También contribuyendo a la rehabilitación de algunos ámbitos urbanos, como el 29 de octubre, donde se reduce en más del 60% la demanda energética. Por supuesto, se adaptan los edificios municipales para reducir el consumo al máximo. Se impulsan también las cooperativas energéticas y la disposición de placas fotovoltaicas en el caserío existente. Y se facilita la implantación de redes de calor de distrito, que contribuirán a la mejora del comportamiento energético de barrios enteros.

–¿Cuáles son las últimas políticas e inversiones desarrolladas por el Consistorio en materia de urbanismo?

–Se están haciendo ajustes del PGOU para facilitar la implantación de nuevas industrias (Inobat, por ejemplo; aunque no solo); y la redefinición del Parque Agroalimentario, con la incorporación de nuevos suelos. También el desarrollo de sectores residenciales (como Cuarteles y algunos más), resolviendo unidades urbanas que estaban bloqueadas durante muchos años. Se actúa en sectores industriales, como se ve en las obras de Argales. Por supuesto, se avanza con la integración ferroviaria. Se inician las obras de mejora de los accesos a la ciudad (ya a punto Simancas, y enseguida Fuensaldaña). Se reiniciarán muy pronto las obras del 29 de Octubre. También se está haciendo un gran esfuerzo en la política de vivienda para ampliar el parque público. Se ponen suelos de la Constelación a disposición de empresas y asociaciones. Pero sobre todo: se cuenta con el PGOU, que ha supuesto un gran esfuerzo.

–Volviendo al mercado, y pensando en el marco de FIVA, ¿quiénes diría que los que compran, si la población de la ciudad continúa estable?

–Básicamente, tres grupos de hogares. Los que se derivan de la disminución del tamaño medio del hogar, y especialmente los unipersonales, que se dice que aumentarán en los próximos años cerca del 30%. En segundo lugar, los que se denominan demanda de mejora; es decir, quienes quieren trasladarse a una vivienda mejor, más amplia o con más servicios y que sabemos que lo que más desean es más luz, terrazas o jardín, más espacio, más baños o más servicios. Y en tercer lugar, los nuevos hogares que no heredan la vivienda familiar y requieren nuevos espacios.

–¿Qué zonas diría que son las más demandadas o donde se está produciendo una mayor expansión?

–Tengo que reiterar que todas las zonas. Cada una con su interés específico, porque lo cierto es que se construye con fuerza en todas las áreas de la ciudad. Y si antes explicábamos algunos de los elementos que se demandan para cambiar de vivienda, también hay que contar entre ellos las características del entorno. Porque hay zonas agradables a las que se quiere ir a vivir porque están cerca del río o de algunos parques. Otras, por estar en barrios nuevos. O también se buscan casas con historia, con madera, por ejemplo, que están en barrios tradicionales. O se desean las vistas largas, como las de Parquesol o la Maruquesa. Lo cierto, ya digo, es que se construye en todas las áreas urbanas, porque Valladolid está, desde el punto de vista urbanístico, en equilibrio.

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