José Antonio de Santiago-Juárez y Javier León.

El PP tenía sustituto para León de la Riva en la cabeza de lista a la Alcaldía de Valladolid

Había 'tapado', pero desde la dirección provincial del Partido Popular no osaron destaparlo ante el ahora exregidor vallisoletano

J. I. Foces

Domingo, 7 de junio 2015, 09:23

Al mediodía del viernes, Francisco Javier León de la Riva entró a formar parte de la historia municipal vallisoletana. Por la puerta delantera, la que reserva esa historia local a los grandes hitos, puesto que Javier León bate el récord de permanencia, además de forma democrática, lo que le otorga una pátina de mayor referencia. Otra cosa es la puerta por la que sale del Ayuntamiento que, le guste o no (que ya les digo yo que al exregidor no le gusta), es una puerta lateral. No tiene él la culpa. Al menos, no tiene toda la culpa. La teoría de este cronista es que sus entornos no le han ayudado. En el ámbito consistorial, quedó reducido a una concejala a la que incomprensiblemente el PP provincial premia ahora con un sueldo mensual en la oposición (nada empastará más al grupo que gobierne que la presencia enfrente de esta concejala. Eso sí, Mercedes Cantalapiedra ha conseguido lo que anhelaba: quería ser alcaldesa y va a serlo, aunque sea solo una semana y en funciones). Ella se encargó durante muchos años de que el alcalde solo escuchase lo que quería escuchar.

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Y en el partido, la dirección provincial del PP nunca se atrevió con él. Lo intentó en tiempos de Tomás Villanueva y Javier León triunfó. Y los de ahora... Ni lo han intentado. Es tan increíble como real. Tras la conformación de la lista para el 24-M, desde el PP provincial se hizo creer que si Javier León era condenado en plena campaña electoral, el tapado para asumir la Alcaldía era el número 4, Carlos Fernández. Cuestionable. Dificil de creer. Fue el PP quien le quitó de gerente del Clínico. ¿Podía ser luego alcalde alguien a quien se le había sustituido en la Gerencia del Clínico?

Después se intentó convencer desde el partido de que el tapado era el número 11, José Antonio Martínez Bermejo. Más difícil de creer que lo del 4. A Bermejo el PP lo tuvo que meter en la lista municipal, deprisa y corriendo, cuando desde La Moncloa dejaron claro que no lo nombrarían delegado del Gobierno en sustitución de Ruiz Medrano. En el número 11 de la lista estaba David Frontela, jefe de Gabinete de Medrano en la Delegación del Gobierno y responsable de comunicación del PP provincial. Tras el 24-M, nuevo error ahora con Bermejo: ¿Cómo quien va a presidir el grupo del PP en la oposición no se va a dedicar en cuerpo y alma a esa tarea? No va a tener dedicación exclusiva y compatibilizará la política local con su puesto de funcionario. Mensaje confuso para la ciudadanía. Mensaje erróneo para la familia popular: no se entiende esta forma de renovar.

Tapado solo ha habido uno, pero la dirección provincial del PP ni se atrevió a poner sobre la mesa de Javier León esa opción. El fin de semana del 28 de febrero y 1 de marzo, Juan Vicente Herrera se quedó en Valladolid. Quería cerrar ya la candidatura a la Alcaldía de Valladolid. Cinco mandatos del mismo candidato y el juicio al alcalde previsto para el 27 de abril eran riesgos de tal calibre, que el presidente regional quería intentarlo con otro candidato. Para ello se necesitaba una doble garantía: ante los ciudadanos, a los que transmitir que el relevo buscaba renovar imagen y mensaje; y ante el propio Javier León, a quien deberían convencer de que el partido no trataba de apartarle por el riesgo a la condena, sino porque era hora de aplicar renovación. Se buscó el nombre y se encontró. El único que habría aceptado Javier León sin haberlo propuesto él: José Antonio de Santiago-Juárez, consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta. El mejor defensor que ha tenido Javier León siempre: ha llegado a considerarle «el mejor alcalde de Valladolid». ¡Y lo dice quien es hijo del mítico regidor don Antolín de Santiago en algunas personas el don es inseparable del nombre. José Antonio de Santiago tuvo el 28 de febrero el respaldo cerrado de su esposa y su hija; para él la familia, lo primero. Con ese inquebrantable respaldo familiar, comunicó al partido su disposición, pero con una condición: sería candidato si Javier León renunciaba voluntariamente a serlo; si no, ni en bromas. Para eso, el presidente (Ruiz Medrano) y el secretario del partido (Carnero) tenían que plantearle la opción José Antonio de Santiago a Javier León. Llevaban además el respaldo entusiasta de Herrera. No se lo plantearon: el 4 de marzo le preguntaron que qué quería hacer. Seguir, contestó escuetamente el alcalde. No se habló más. Bueno, sí se habló, pero quienes conocen la conversación aseguran que hay tramos irreproducibles por su áspero contenido.

Había tapado, vaya si lo había, pero desde la dirección provincial del PP no osaron destaparlo ante Javier León.

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