Óscar Puente, Manuel Saravia y Charo Chávez, los líderes del posible 'tripartito' que podría desbancar a León de la Riva del Ayuntamiento de Valladolid.

Tiempo de pactos en Valladolid

El actual alcalde guarda silencio mientras que el PSOE, Valladolid toma la palabra y Sí se puede muestran su deseo por un acuerdo de izquierda que desbanque a León de la Riva

J. Asua

Lunes, 25 de mayo 2015, 15:02

«La nueva etapa del cambio acaba de empezar en Valladolid». Con estas palabras, el candidato a la Alcaldía de Valladolid por el PSOE hacía honor a su apellido y tendía puentes a las otras formaciones progresistas con opción de gobernar el Ayuntamiento de la capital vallisoletana. «La izquierda tiene ahora una oprotunidad y también una responsabilidad enorme para llevar a cabo este cambio», apuntó en una jornada en la que curiosamente el hecho de perder un concejal está muy lejos de lo que a primera vista puede parecer una derrota.

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Con los 8 concejales del PSOE, los 4 de Valladolid Toma la palabra y los 3 de Sí se puede, un gobierno tripartito desbancaría a Francisco Javier León de la Riva de la Alcaldía vallisoletana tras 24 años en el poder. Tras las primeras declaraciones de anoche, en las que manifestó su disgusto por la derrota con un «mañana los perdedores se reunirán para cambiar cromos», el actual regidor ha mantenido silencio durante toda la mañana.

Por su parte, tanto Valladolid Toma la palabra como Sí se puede han manifestado su deseo por alcanzar un acuerdo. El cabeza de lista por Valladolid Toma la Palabra, Manuel Saravia, fue muy cauto a la hora de valorar una posible unión de fuerzas progresistas o de izquierda para confeccionar un gobierno tripartito. «En nuestro caso no lo vamos a decidir los cuatro concejales que entramos en el Ayuntamiento, sino que tendrá que pasar por la asamblea de Valladolid Toma la Palabra, que tiene un censo de 1.500 personas», precisó.

La cabeza de lista de 'Si Se Puede Valladolid ' (SIVA), Charo Chávez, ha asegurado hoy a Europa Press que su formación, que cuenta con el apoyo de Podemos, no «negociará sillones» para cerrar un pacto de izquierdas en el Consistorio vallisoletano ya que, según ha explicado, la prioridad de este partido, que ha conseguido tres escaños, son «las personas» y sus necesidades.

Por su parte, el cabeza de lista de Ciudadanos a la Alcaldía de Valladolid, Luis Presencio, (que ha obtenido 2 concejales) auguró esta noche que la gobernabilidad en el Ayuntamiento de la capital será «un poco complicada» con la pérdida de la mayoría absoluta por parte del Partido Popular. «Nosotros respetaremos al partido más votado pero los números y las matemáticas son complejas», apuntó. También destacó, acompañado de la número dos en la lista, Pilar Vicente, que los resultados han provocado que «todas las formaciones vayamos a ser necesarias y todos vamos a participar en las decisiones adoptadas en el Consistorio».

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Un nuevo panorama municipal

El nuevo panorama en el Ayuntamiento de Valladolid anuncia un cambio muy importante en las políticas municipales en todas las áreas, un giro de 180 grados en temas clave. Aún es muy pronto para aventurar las estrategias, pero, según han ido desvelando las tres formaciones durante la campaña, los servicios sociales, el empleo y la total transparencia en la gestión se convertirían en los pilares del próximo mandato. «Política de las personas y no del bordillo», ha predicado el candidato socialista Óscar Puente en estos días pasados, una afirmación que en sus programas replican, de maneras más o menos gráficas, los que podrían ser sus socios de gobierno.

Algunas píldoras. En principio, la polémica tasa de basura se eliminaría en 2016, los presupuestos municipales se elaborarían con la participación de los colectivos vecinales y sociales y los vallisoletanos conocerán en qué se gastará cada euro de las arcas locales con la publicación en la web de todas y cada una de las facturas. Estas han sido algunas de las promesas que tanto los socialistas como Izquierda Unida (ahora Valladolid Toma la Palabra) han reiterado en los plenos del Consistorio durante los últimos cuatro años.

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Una de las primeras tareas a las que tendrá que enfrentar el nuevo Ayuntamiento en los próximos meses será la aprobación de la revisión del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que antes de los comicios ya recibió el primer visto bueno del PP con los votos en contra del PSOE e Izquierda Unida.

La definición del modelo ciudad iba a marcar el desarrollo de Valladolid bajo tres pautas: la regeneración de la ciudad consolidada, la creación de nuevos focos económicos, con el polígono agroalimentario de Palomares como punta de la lanza (el PP y el PSOE lo incluían en sus programas), y cierta contención en las viviendas programadas en la periferia de la ciudad, que se han rebajado de 60.000 a 33.000 y que, aún así, parecían excesivas a la oposición, que no compartían con los populares la idea de mantener suelo residencial en reserva ante nuevas necesidades. Si el pacto llega a buen término, todo apunta a que el documento de planeamiento se quedará en papel mojado. La idea del PSOE y Valladolid Toma la Palabra siempre ha sido reducir la superficie edificable y volcarse en la rehabilitación de la ciudad existente.

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Unido al planeamiento dos proyectos marcarán el área de Urbanismo. Por un lado, la reforma integral de la barriada del 29 de Octubre, en Pajarillos, y la conversión del Cuatro de Marzo en una zona bioclimática. En el primer caso, después de muchos años de tramitación, se veía más cerca esta complicada operación, que en su primera fase prevé la demolición de 174 viviendas y la construcción de un bloque de nueva planta. Ya hay nueve millones de euros comprometidos para abordar este proyecto, se ha elegido el diseño del futuro inmueble y está pendiente sacar a licitación la construcción del edificio. Este ambicioso plan puede quedar ahora también comprometido, después de que la oposición mostrase sus dudas por la contestación al proyecto por parte de algunos residentes.

En el segundo caso, también hay avances y las comunidades de propietarios de quince bloques (150 pisos) se han sumado a la iniciativa que conllevará la instalación de ascensores, el aislamiento de los edificios, así como la instalación de calderas comunes de biomasa. ¿Seguirá adelante? A día de hoy, es una incógnita.

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En los próximos meses la operación ferroviaria también se verá impulsada por el traslado definitivo de los talleres de Renfe a las nuevas instalaciones del Páramo de San Isidro. El Ayuntamiento popular tenía la intención de que cuando concluyese la mudanza se derribaran los actuales pabellones fabriles del Paseo de Farnesio.

Acortar el túnel del tren

Sería en ese momento cuando se podría tantear el mercado inmobiliario y saber si hay interés por ese suelo liberado, con cuya venta se tendría que pagar el túnel urbano. Pendiente está también, el necesario impulso del Ministerio de Fomento a la variante de mercancías, un desvío para convoyes de carga, cuya puesta en servicio es fundamental. ¿Qué haría un posible tripartito con el tema del soterramiento? En principio tanto el PSOE como Izquierda Unida se muestran partidarios de replantear la gran operación de ciudad. Puente ha llegado incluso a proponer el acortamiento del túnel para ahorrar costes incluso ejecutándolo con muros pantalla y esconder las vías desde la estación de Campo Grande hasta Pilarica. Por cierto, ambas formaciones también se han mostrado contrarias al cierre del paso a nivel de este barrio y su sustitución por un paso inferior.

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Otra de las patas de un gobierno de izquierda será la recuperación de la gestión de los servicios sociales para que sea el propio Ayuntamiento el que se haga cargo de estas prestaciones en vez de dejarlas en manos a empresas externas. Esa ha sido una de las batallas de los dos grupos de la oposición durante el pasado mandato. Así las tres formaciones estarían por la labor de crear algún tipo de entidad o plan específico para que sea el Consistorio el que maneje al 100% esta área. Además, habría intención de que algunas acciones, como la educación de adultos o las iniciativas de apoyo a los más desfavorecidos como Entrevecinos, vieran incrementado el apoyo municipal. Comienza un tiempo nuevo en la capital tras veinte años de gobierno del Partido Popular.

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