Sebúlcor vota a ritmo de conga

Sebúlcor vivió una jornada electoral inaudita en la historia del municipio segoviano. Los vecinos celebraron la fiesta de la democracia. Y nunca mejor dicho, ya que las votaciones coincidieron con los actos festivos en honor a Santa María Magdalena, patrona de la localidad.

Las urnas se abrieron de forma puntual y sin imprevistos, tan solo fue necesario recurrir a dos vocales suplentes. El colegio electoral se trasladó a un aula del CRA Entre Dos Ríos, en las afueras del pueblo, cuando lo habitual es que se ubique en los locales de titularidad municipal situados en la Plaza Mayor.

El Ayuntamiento tuvo que modificar el espacio dedicado a ejercer el sufragio para evitar incidentes relacionados con los actos festivos, ya que la mayoría estaban previstos en la Plaza Mayor. Así lo anunció el cartel de fiestas, lo que dejó escenas anecdóticas de despistados que acudieron a votar en los lugares tradicionales mientras que otros se escapaban a emitir su papeleta acompañados del vaso de plástico de la noche anterior.

La lejanía al epicentro de la fiesta no fue un obstáculo para que los vecinos, que presumían de sus petos de peña, camisetas de 'Sebúlcor en fiestas' y gorros de colores, participasen en la cita electoral. Algunos votaron con los primeros rayos de sol, incluso sin haber dormido en toda la noche y, en ocasiones puntuales, tras haber sobrepasado los límites de la juerga, lo que dejó varios momentos impensables en una jornada ordinaria. Por el contrario, otros aprovecharon los recesos de las actividades programadas para acercarse al colegio municipal.

La jornada de votación coincidió con campeonatos de juegos tradicionales, una misa, un vermú amenizado por una charanga e incluso una comida popular. El final de este último evento provocó la mayor movilización al centro escolar. En grupos de una docena de personas y con la fiesta aún en el cuerpo, los peñistas no se separaron ni para emitir el sufragio y animar a los integrantes de la mesa. Estos últimos tuvieron que sacrificar, en cierta medida, la celebración y poner final a la noche anterior mucho antes de lo esperado. No obstante, no todo estaba acabado. Tras el recuento, vocales y presidente pudieron asistir, después de doce horas, a la última verbena de las fiestas patronales.

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