Papeletas electorales de distintos partidos. E. P.

'Life in plastic'

La recta final ·

Plásticos, vídeos y películas aparte, después de la jornada de reflexión viene la de la verdad y cuando concluya el domingo habrá un escrutinio

Lorenzo Silva

Domingo, 23 de julio 2023, 00:02

A estas alturas, ya sabrán que en la jornada de reflexión los candidatos conservadores optaron por las soluciones domésticas -Feijóo con su hijo en Galicia, Abascal con sus plantas en su casa-, mientras que los progresistas son más de salir. El vídeo en bici de ... Pedro Sánchez -con un supercasco integral que más de uno habrá buscado en Amazon- compitió con la apuesta de su socia Yolanda Díaz por la película de 'Barbie', que fue a ver junto a su portavoz de igualdad y feminismo. Hace ya décadas, a un servidor le enorgullecía que sus primas fueran inmunes a la muñeca de Mattel y le hacía reír el estribillo burlón de la canción que le dedicaron los de Aqua: «Life in plastic/is fantastic». Ahora de pronto no sé si debo convencer a mi hija de ver el filme, que no le atrae nada, so pena de dejarla fuera de la modernidad.

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Plásticos, vídeos y películas aparte, después de la jornada de reflexión viene la de la verdad y cuando concluya el domingo habrá un escrutinio. En ausencia de dotes adivinatorias, me permitirá el indulgente lector que contemple dos escenarios. Escenario uno: finalmente Feijóo suma con Vox -y si es menester con algún diputado canario o aragonés suelto- y se muda a la Moncloa. Si tal sucede, será posible porque al final muchos votantes situados en el centro y sus alrededores deciden confiar en él, y si lo hacen es porque creen en su moderación y en que incluso en el caso de que les dé alguna cartera a los de Vox -y una vicepresidencia lo más etérea posible a Abascal- no se va a dejar empujar al monte por sus exaltados socios.

Escenario dos: una vez más contra todo pronóstico, el autor del 'Manual de resistencia' logra parar el golpe y conservar votos suficientes para que el PP y Vox no sumen y sea él en cambio el que pueda intentar la investidura. En ese caso, en Harvard ya estarán tardando en poner su libro como lectura obligatoria, y lo que habrá logrado es que lo reconsideren muchos de los que le votaron hace cuatro años y luego se sintieron engañados, en la creencia de que esta vez no se apartará tanto de su palabra.

El tiempo nos dirá, sea cual sea el resultado, cuánto acierta a merecer el agraciado la buena fe de tan generosos electores.

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