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Ander Azpiroz
Domingo, 2 de julio 2023, 16:08
O cuatro años más de «un sanchismo cómplice con las fuerzas independentistas» o un Gobierno del PP con Vox. Esta es la disyuntiva que planteó ayer Alberto Núñez Feijóo para reclamar el voto al electorado más moderado del PSOE y para tratar de convencerlo de ... que deposite la papeleta del PP en la urna el próximo 23-J.
Se trata en definitiva, siempre según el planteamiento de los populares, en elegir entre una mayoría en solitario del PP, el mal menor de la obligatoriedad de pactar con Vox en caso de que no den los números o, peor aún,otra legislatura de coalición entre PSOE y Sumar.
A día de hoy y por muy bien que le marchen las últimas encuestas al PP, ninguna de ellas le otorga una mayoría suficiente como para gobernar la próxima legislatura por sí mismo. Su único potencial aliado es Vox, salvo que Feijóo recoja un suficiente trasvase de votos desde el PSOE que le otorgue una posición de fuerza. En cualquier caso, los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta en el Congreso para sacar adelante una investidura son los que son, y Feijóo debe alcanzarlos en solitario o con el apoyo, con la posible vía de la abstención, de otras fuerzas parlamentarias.
El PP es muy consciente de esta situación y trata de pescar en ese caladero de votos centristas que oscilan entre su formación y el PSOE en cada una de las elecciones generales. Según las estimaciones sociológicas, existen un millón de papeletas que pueden decantar el escrutinio hacia el lado conservador o progresista en caso de resultados apretados.
«Quiero ganar las elecciones, pero no quiero ganarlas de cualquier manera», dijo Feijóo en un acto del PP organizado ayer para homenajear a sus candidatos que el 28 de mayo lograron una victoria inapelable en las elecciones municipales. «Gobernamos al 68% de la población», presumió el candidato conservador. No obstante, obvió los pactos con Vox en capitales como Valencia, Sevilla, Toledo o Valladolid, donde no obtuvieron mayoría absoluta y necesitaron de Vox para las investiduras.
Feijóo presumió en Toledo de mantener un discurso moderado y dijo no confiar en «políticos de plastilina», un dardo para el que no escribió remitente. El público, repleto de un sinfín de nuevos cargos institucionales del PP, le ovacionó en pie. Su rival, insistió el líder del PP, le ha obligado a dar un paso al frente para derogar «el sanchismo» como tantos socialistas piden, concluyó. A modo de remate de campaña electoral, el discurso triunfalista de Feijóo estuvo acompañado de un vídeo en el que se le describe como un ciudadano de origen humilde y que, en contraposición a Pedro Sánchez, no cambia de opinión, asegura.
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