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Pedro Sánchez. EFE
Editorial: A doble vuelta

Editorial: A doble vuelta

Entre mañana y el martes la política partidaria se jugará en televisión su credibilidad ante las elecciones generales

El Norte

Valladolid

Domingo, 21 de abril 2019, 11:03

La campaña para el 28-A se cerrará con dos debates consecutivos que, entre mañana y pasado, enfrentarán en dos platós de televisión a los cuatro candidatos con más opciones para hacerse con la presidencia del Gobierno. La resolución de la Junta Electoral Central, ... impidiendo que Vox participara en el debate organizado por Atresmedia para el 23 de abril, y la reacción connivente entre RTVE y Pedro Sánchez para convocar a los aspirantes del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos para esa misma jornada, han desembocado en la imprevista celebración de dos encuentros televisivos. Llegados a ese punto, es imprescindible que 'el debate sobre el debate' deje ya de acaparar la atención pública, y que los candidatos no dediquen ni un minuto a la cuestión. Aunque sea legítimo reprochar la actitud mostrada por el presidente Sánchez, y la gestión realizada de las atribuciones del ente público por parte de su Administradora Única, Rosa María Mateo. Mañana lunes y el martes, Pablo Casado, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera tendrán la oportunidad de exponer sus ideas y propuestas, contrastándolas en directo con las de los otros tres candidatos; y los ciudadanos con derecho a voto la oportunidad de valorarlas siguiendo su particular criterio. Para lo que, además de obviar la diatriba sobre los debates preelectorales, los principales protagonistas de las generales del 28 de abril deberán evitar descalificaciones y juicios de intención, para discutir abiertamente sobre prioridades y soluciones en cuanto a los problemas que afectan a la sociedad. De manera que el contraste de posturas se ciña a la presentación razonada de alternativas, o a su crítica sosegada. Un plató de televisión predispone al espectáculo. Pero si la liza electoral induce, inevitablemente, a medir las consecuencias de un debate público en términos de quién gana y quién pierde, los candidatos han de tener en cuenta que tienen que dirigirse a todos los telespectadores, y especialmente a los indecisos; evitando encelarse en el cuerpo a cuerpo, o en el enardecimiento de sus incondicionales. Casado, Sánchez, Iglesias y Rivera cuentan con una doble posibilidad de mostrar la solidez de sus programas y la solvencia de sus compromisos, atendiendo sin evasivas a los requerimientos de los periodistas que conduzcan uno y otro debate. Cuentan incluso con la posibilidad de corregirse y de mejorar en claridad de lunes a martes. Y de reconocer que no pueden totalizar la representación del país, cuando deberán recabar la anuencia de otros grupos parlamentarios. Entre el 22 y el 23 la política partidaria se jugará su credibilidad ante las elecciones generales del próximo domingo.

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