![Choque total por la economía, el 'solo sí es sí' y los pactos](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2023/07/10/_MMR0169-U2004295128747DF-U200740907493tNE-1200x840@RC.jpg)
![Choque total por la economía, el 'solo sí es sí' y los pactos](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2023/07/10/_MMR0169-U2004295128747DF-U200740907493tNE-1200x840@RC.jpg)
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Lunes, 10 de julio 2023, 23:40
Los dos candidatos escenifican su ruptura a trece días de las elecciones en un duelo sin acuerdo en las grandes cuestiones de Estado.
Economía
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quería un cara a cara con el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, seguro de que ... con la economía tenía todas las de ganar. Así lo expuso en los primeros pasos del debate con referencias al crecimiento de España, los datos de empleo o la rebaja de la inflación. Aunque Feijóo rebatió ese optimismo con la otra cara de la moneda económica: liderazgo en deuda pública, el último país en salir de la crisis pandémica y pérdida de poder adquisitivo de las familias.
Pero la que estaba llamada a convertirse en el arma con mayor impacto entre los electores, la economía y todas las preocupaciones que ha generado, derivó en una acumulación de datos económicos que botaban de un lado al otro de la mesa del debate televisivo casi sin entendimiento. «Usted no tiene ni idea», le llegó a espetar Núñez Feijóo a Sánchez. «¿En qué mundo vive usted?», le criticaba el presidente.
A cada dato, una réplica. Sánchez manifestó que «hay dos millones de empleados más» que al principio de la legislatura; que «la economía crece cuatro veces más» que en los socios europeos; o que «controlamos como ningún otro la inflación», por debajo del 2%. Pero Feijóo le recordó que el Gobierno «ha endeudado en ocho millones de euros al día» a España, o bien que «los alimentos han subido un 30%» desde el inicio de la actual legislatura.
El líder socialista recuperó en su discurso todas las medidas puestas en marcha en los casi cuatro años de legislatura, desde la reforma laboral a las pensiones pasando por las ayudas directas. Sin embargo, el presidente popular sacó punta a cada una de ellas. Acusó a Sánchez de «ocultar» el dato de fijos discontinuos reales y le instó a «ofrecerlos aquí» en directo. También de haber «congelado» las pensiones en 2010 con el Gobierno de Zapatero o de «aprobar los mayores recortes de la democracia» con la gran recesión cuando era diputado socialista; e, incluso, reprochó la gratuidad del transporte público generalizado. «Queremos mucho a Juan Roig y a Amancio Ortega pero no les pagaremos los Cercanías», apuntó.
En una de las pocas referencias a los empresarios, el candidato del PSOE acusó al del PP de «querer quitar recursos a los consumidores para dárselos a sus amigos», en referencia a la excepción energética ibérica.
Metidos ya en una dinámica de desmentidos económicos que fue a más con el paso de los 20 minutos que les correspondían, de lo que se olvidaron -a pesar de la insistencia de los moderadores- fue de poner sobre la mesa propuestas concretas si cada uno de ellos llega a la Moncloa.
Pactos
La estrategia de pactos postelectorales se ha convertido en munición de primer orden en la campaña electoral de PSOEy PP. Tanto, que la cuestión acabó impregnado los cuatro bloques temáticos del cara a cara entre PedroSánchez y Alberto Núñez Feijóo.El candidato socialista trató de mellar a su rival afeando el currículum de varios miembros de Vox que han entrado en los gobiernos populares de varias autonomías tras el 28-M, mientras el líder gallego intentó sacudirse esa presión sacando a relucir los apoyos que EHBildu ha brindado al Ejecutivo de coalición en esta legislatura. Dos cuestiones que ambos minimizan cuando son interpelados por ellas, pero que esgrimen con fuerza a la hora de atacar al contendiente.
Feijóo incluso llegó a recordar que ayer se cumplían 26 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA. Sánchez lo calificó de «dramático», pero su rival vio una brecha para intentar forzar al candidato del PSOEa comprometerse a que «jamás gobernará ni pactará nada con el brazo político de los que planificaron» ese asesinato, en una nada velada referencia a EH Bildu.
En una rápida escalada verbal desde ambas esquinas, la cuestión de los pactos acabó enquistando un bloque temático más bronco que los anteriores. Ninguno de los dos candidatos reconoció en quién se va a apoyar su partido tras el 23 de julio si tienen opción de formar Gobierno, todo pese a que las encuestas no dejan lugar a un Ejecutivo de mayoría absoluta. En esa línea, Feijóo propuso a Sánchez firmar un acuerdo para permitir gobernar a la fuerza más votada, pero Sánchez intentó zanjar esa cuestión a la ofensiva:«No vamos a permitir que usted y (Santiago)Abascal nos metan en un túnel oscuro».
Las posturas de ambos candidatos estaban polarizadas desde antes del adelanto electoral. Feijóo justificó los acuerdos de su partido con Vox culpando a los socialistas por no permitirles gobernar en solitario. «Si el PP gana, ¿entonces hay que repetir las elecciones porque no podemos pactar con nadie?», zanjó el líder gallego como alternativa a «la cantinela de Vox».
Sánchez le recordó que no es ese el criterio que los populares acaban de aplicar en Extremadura, donde ganó el candidato socialista, Guillermo Fernández Vara, o en Valladolid, donde lo hizo Óscar Puente.
Pero en ningún momento ni Sánchez ni Feijóo hicieron un amago de flaquear ante los argumentos de su rival y nada hace pensar que socialistas y populares hayan dado por zanjada una cuestión con la que continuarán atacándose durante lo que resta de campaña.
Igualdad
Que el segundo bloque terminara con Ana Pastor preguntándose si los candidatos «no nos oyen o no nos quieren escuchar» retrata el tono bronco que adquirió el cara a cara. Era previsible el encontronazo sobre violencia machista porque ha hecho bandera con ese asunto Vox, que se antoja como apoyo necesario para que Feijóo pueda llegar a la Moncloa.
Cuestionado en la primera pregunta el líder del PP por el último asesinato machista enValencia, prefirió atacar a Sánchez por la 'ley del solo sí es sí'. «Lugo. Un portal. Cuarto de contadores. Un hombre violó a una mujer y al cabo de 30 años a otra. ¿Sabe dónde está el violador del portal? En la calle», censuró Feijóo, antes de cifrar en «117 los violadores excarcelados por usted. Y 1.150 pederastas y violadores que han rebajado sus penas. Pasará la historia como el presidente que firmó esa ley», dijo.
Sánchez abrió su réplica preguntándose «qué estarán pensando los familiares de esa víctima de violencia machista de la que no habla». El candidato socialista admitió que la ley del 'sólo sí es sí' fue «un error jurídico» y añadió que «una declaración machista es otra cosa.Ustedes pactan con los machistas, tienen vergonzosos acuerdos con un partido machista que no comparte que exista la violencia machista y lo llama divorcio duro», criticó Sánchez. «Han firmado 140 acuerdos en Ayuntamientos con ellos». El líder gallego optó entonces por marcar más las distancias conVox. «¿Quiere usted debatir conAbascal? Debata conAbascal».
Los moderadores pidieron a Sánchez, dos veces y con contundencia, que detuviera su intervención y el cara a cara giró hacia los temas sociales. Feijóo aprovechó esa estampa y lanzó que «el 'sanchismo' es soberbia y no dejar hablar, y ser tan arrogante conmigo, que no conBildu y con Esquerra». En el mismo bloque, los moderadores pidieron también a Feijóo que terminara su intervención.
«Hemos reconstruido lo que ustedes destruyeron. Hemos eliminado los copagos de Salud, hemos aumentado la plantilla de los sanitarios en 90.000 y hemos aprobado una ley de muerte digna, de eutanasia, con su voto en contra y el de Vox, y la quieren derogar», criticó Sánchez. Replicó Feijóo que «aprobaremos una ley de muerte digna con expertos» y «su política social ha sido un fracaso porque hay más personas en el umbral de la pobreza y con carencia material severa, casi dos millones que no tiene ingresos para sus gastos esenciales». «El único lugar donde la educación es gratuita es en Galicia», añadió. «Usted mintió cuando vinculó el 11 marzo con ETA», cargó Sánchez cambiando de tema totalmente.
Política de Estado
El último bloque del cara a cara fue el más heterogéneo de los cuatro, con un amplio abanico de temas en el que se entremezclaban desde la cuestión territorial -con el aletargado proceso independentista de Cataluña en el foco- hasta el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pasando también por la agenda internacional. Un tema, este último, que Pedro Sánchez , tras abordar cuestiones más incómodas, deseaba abordar con ahínco para desplegar su proyección exterior, trabajada en estos últimos años, y, de paso, para tratar de cuestionar la capacidad de su oponente para moverse en el contexto global.
Si algo dejó claro este apartado es que la agenda internacional, particularmente la europea, cuenta más que nunca en estas elecciones. De hecho, uno y otro se enzarzaron incluso antes, en el primer bloque, por la representación ante Bruselas y luego también salió a colación la presidencia de turno del Consejo de la UE. La pasada legislatura ha sido la de los fondos europeos para la recuperación pospandemia, la de la invasión rusa de Ucrania -«el señor Feijóo nunca habla de esto, ¿en qué mundo vive?», le espetó su rival- y, en clave española, la del histórico giro del Gobierno en la postura sobre el Sáhara Occidental para asumir las tesis de Marruecos. Un movimiento que no dejó pasar por alto el presidente del PP, insistente en explotar el desconocimiento sobre las razones que llevaron a Sánchez a virar.
En cuestiones de política institucional, no podía faltar la situación del CGPJ, con el mandato caducado desde diciembre de 2018. Los dos grandes partidos se siguen culpando mutuamente y se echan la Constitución a la cara por la falta de un acuerdo con el que se renueve a los vocales del órgano de gobierno de los jueces. Un escenario de bloqueo que viene de los tiempos de Pablo Casado y que su sucesor en Génova no ha cambiado pese a los amagos para llegar a un entendimiento que finalmente no ha llegado.
La política de Estado es, en cualquier caso, una de las pocas parcelas en las que PSOE y PP está dispuestos a extender la dinámica bipartidista, con posicionamientos similares en cuestiones como Defensa que aseguran cierta continuidad sea cual sea el resultado de las urnas el próximo 23 de julio.
Donde socialistas y populares discrepan más es en la cuestión territorial, un capítulo que, sin embargo, acaparó este lunes mucho menos protagonismo que en los debates de 2019. El punto de encuentro, eso sí, sigue siendo la Constitución.
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