Los de Francisco Igea sumarían 13 procuradores por los 5 que tenía en el pasado mandato. Una gran subida porque hay que tener en cuenta que Castilla y León pasa de 84 a 81 procuradores. El PP confirma el batacazo. El revés de los de Casado a nivel nacional puede transformar sus expectativas internas más pesimistas (que barajaban caer a 30-32 desde los 42 actuales) en optimistas. La extrapolación corregida les concede 26 procuradores. De ese modo, solo salvarían el Gobierno con una alianza con Ciudadanos y Vox, que podría sumar 5 procuradores en su primera incursión en el hemiciclo. (26+13+5=44, tres por encima de la mayoría absoluta).
Si a los naranjas les da por mirar a la izquierda, sus 13 procuradores, sumados a los 31 delPSOE, valdrían para pactar un Gobierno nuevo tras un dominio constante de los populares durante algo más de tres décadas. Podemos sería el otro derrotado, con 4 procuradores frente a los 10 de 2015. UPL e Izquierda Unida mantendrían cada uno su procurador.
A continuación se muestran las gráficas de procuradores por provincias y más abajo se describe el método empleado.
El método empleado
La metodología empleada intenta ir más allá de la simple extrapolación de los datos nacionales. Especialmente porque el voto es muy variable en algunos casos significativos cuando se trata de comicios autonómicos comparados con los nacionales. PSOE o PP tienen un bagaje histórico muy amplio y eso ha permitido extraer unos factores de corrección del voto basados en medias desde las elecciones autonómicas y nacionales de 1995 y 1996. Ese factor de corrección se ha hecho por aproximación a partir de datos pasados, lo que provoca alguna duda en Salamanca, por ejemplo, donde ese factor, y lo igualado de los porcentajes, puede dar la vuelta a los resultados de ayer.
En el caso de Ciudadanos, se ha comparado el resultado de las autonómicas de 2015 con los nacionales de 2015 y 2016, separadas apenas por seis meses, para obtener ese factor de corrección del voto. No ocurre lo mismo con Podemos, ya que en 2015 concurrió en solitario y en 2016 junto a Izquierda Unida. Una fusión que, además, no derivó en un incremento del voto, que se mantuvo en torno a lo obtenido por Podemos en 2015 en Castilla y León.
En el caso de Vox se ha realizado una estimación a partir de lo que ocurrió con Ciudadanos y Podemos en su irrupción en las generales y su traslación a las autonómicas. Coincide con ambas en algunos puntos que son significativos. Para empezar, no cuenta con candidaturas en todos los municipios, ni mucho menos, algo que penaliza. El PP, por ejemplo, se garantiza cientos de alcaldías en localidades donde es la única lista. Además, sus candidatos municipales y autonómico se han mantenido en un segundo plano para no entorpecer la campaña de las generales, en la que han contado con un referente casi único, Santiago Abascal, al estilo de lo que ocurrió con Albert Rivera y, especialmente, Pablo Iglesias cuando Ciudadanos y Podemos irrumpieron en escena. En León se ha tenido en cuenta la trayectoria histórica de UPL, pero con una mayor incidencia de lo ocurrido en los comicios de 2015 y 2011, ya que la formación leonesa ha variado significativamente sus apoyos en las dos últimas convocatorias respecto a lo que ocurría entre 1995 y 2007, cuando rondaba el 13% de apoyos. Similar fórmula se ha utilizado con Izquierda Unida, que en las autonómicas del 26M se presentará separada de Podemos en las nueve provincias.
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