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Papeletas en la urna a primeras horas de la mañana en Valladolid.
La primavera se adueña de la jornada electoral en Castilla y León

La primavera se adueña de la jornada electoral en Castilla y León

El frío viento del nordeste, poco habitual en estas fechas, fue la nota relevante de una mañana de domingo perfectamente normal

Eloy de la Pisa

Domingo, 26 de junio 2016, 12:36

A veces ocurre. Es raro, pero no por ello escaso. Y, quizá, como el día ya de por si era diferente a lo habitual, quiso sumarse a la fiesta y darse un garbeo por estas tierras. Hablo del viendo del nordeste, responsable del acusado descenso de las temperaturas que durante el sábado y el domingo de elecciones hemos tenido en Castilla y León. Muchas verbenas de pueblos de la comunidad se vieron afectadas en la madrugada por el cortante y helador viento, y a mediodía prácticamente ningún punto de la región alcanza los 20 grados de temperatura. Domingo de verano con temperaturas propias del inicio... de la primavera.

Y primavera es lo que confían en ver los políticos españoles cuando el día apure los minutos y esté a punto de nacer el lunes. Porque es posible que el país soporte estoicamente un nuevo invierno como el que se ha superado en lo político, pero está por ver que la clase política sea capaz de salir sin mácula de un nuevo episodio de pactos fallidos y lesgislatura sin gobierno. Quizá por eso todos, nada más votar, solicitaban que el resultado provocara un gobierno fuerte y estable. Huelga decir que todos piensan que ese solo puede ser el que lidere el partido al que ellos pertenecen, pero no lo dicen. Respetar las formas es fundamental en democracia. Un respeto que no aparecía casi por ningún lado en redes sociales como Twitter, en la que podían encontrarse etiquetas en las que los tuits llamaban directamente a votar por una determinada opción

Pero para lograr eso es necesario que los ciudadanos participen en las votaciones. Y el frío viento del nordeste, probablemente, esté ayudando q a que así sea. Muchos planes de domingo habrán quedado suspendidos por las temperaturas, y el beneficiario puede ser el colegio electoral.

La mañana ha transcurrido plácidamente, casi sin anécdotas que llevarse al teclado. Una presidenta de mesa en San Esteban de Gormaz que tuvo que salir precipitadamente porque a su padre le habían ingresado; quince minutos después fue sustituida por el suplente y la mesa abrió con normalidad. O en Campo de Villavidel (León), donde el primer votante tuvo que ocupar el cargo de vocal al no presentarse ni el titular ni el suplente de la misma. En Jaramillo Quemado (Burgos) y Villanueva de Gormaz y Herrera de Soria hubo problemas al no contar con vecinos suficientes para constituir la mesa. La solución fue la de la buena vecindad: acudieron representantes de los municipios vecinos. Y poco más. Las más de 4.000 mesas de Castilla y León se constituyeron sin incidente alguno.

Fiestas y elecciones

Donde hubo colorido fue en Burgos, ciudad sumergida en las fiestas patronales y en la que el colorido de las blusas de los peñistas se coló en muchos colegios electorales de la capital burgalesa. Fueron muchos los peñistas que aprovecharon para votar a primera hora de la mañana antes de que diera comienzo la Cabalgata de Fiestas. Tampoco faltó la nota del folclore burgalés ya que muchos integrantes de los grupos de danzas de la ciudad llegaron a los colegios ataviados con sus vistosos trajes regionales. Toda una estampa para el recuerdo.

Como impactados se quedaron -o quizá no-, en Aguilar de Campoo (Palencia). Los jóvenes peñistas, tras vivir una de las madrugadas de las fiestas patronales de San Juan y San Pedro de la villa, acudieron a las urnas para poner el broche de oro a una noche de verbena y charangas. Decenas de jóvenes hicieron cola para votar con los uniformes de cada una de sus peñas mientras se constituían las mesas electorales para ejercer su derecho a voto antes de volver a sus casa.

Algún problema hubo en Ponferrada, en cambio, ya que los ochos escalones que se interponen entre la calle y el interior del instituto Virgen de la Encina, uno de los colegios electorales más concurrido, se convirtieron en un obstáculo para que las personas con movilidad reducida pudieran ejercer con normalidad su derecho a voto. Ante esta situación se encontró Susana Franjo, una vecina de Ponferrada que acudió a votar acompañada de su marido. «Yo vengo en silla de ruedas y no puedo subir estas escaleras. Mi marido es fuerte y me ha ayudado, pero si vengo con una amiga o con mi madre no puedo subir», lamentó Susana a las puertas del colegio electoral. La solución que tradicionalmente se ha dado a este problema consiste en sacar las urnas hasta la calle para que las personas con discapacidad puedan depositar su voto aunque Susana critica que esa medida limita su derecho «a entrar y escoger la papeleta en la intimidad». «Pedimos que se eliminen las barreras arquitectónicas para votar porque es algo que es un derecho», sentenció.

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