Javier Nart (Laredo, 1947) es el número 2 de la candidatura de Ciudadanos al Parlamento Europeo, lugar que es su centro de trabajo desde 2014. Allí ha batallado contra la deriva de Convergencia hacia un independentismo tan beligerante que acabó en un referéndum ilegal y ... en un procés que aún colea, con la amnistía presidiendo el debate político.
-Número dos en la campaña por Ciudadanos. ¿Cómo se la toma después de los resultados de un par de años a esta parte?
-Peor resultado tuvimos hace diez años, que no teníamos resultados y veníamos vírgenes a un territorio que no nos conocía. Habíamos nacido en Barcelona para defender lo obvio, la unidad, la solidaridad y la igualdad. Para mí los compatriotas españoles son iguales nazcan donde nazcan y yo no pago impuestos por ser catalán, sino por ganar lo que gana, y esto debería estar asumido por la derecha y, desde luego, por lo que se llama izquierda.
-Hay una izquierda, Izquierda Española, que comparte esa premisa teórica y que tiene a dos ex de Ciudadanos, Soraya Rodríguez, que ha sido europarlamentaria del grupo liberal hasta hace un mes, y Francisco Igea.
-Puedo decir de los dos que son magníficos compañeros, grandes personas, me siento honrado de su amistad y la mantengo.
-¿No es desalentador ver que alguien que estaba en su grupo hace un mes hace campaña por otro partido?
-Fue una posición decente. No se comprometieron a nada ni traicionaron nada. La democracia es el respeto a la discrepancia cuando esta es honesta. De ellos solo puedo hablar bien. Muy buena gente, están en su posición ideológica, perfectamente respetable, que no es la mía ni táctica ni estratégicamente. Deberíamos unir esfuerzos para algo fundamental: evitar que en el grupo liberal, si no está Ciudadanos, entre Puigdemont. Si entra, el grupo liberal variará su posición. Cuando entré me encontré que se había asumido una posición a favor del independentismo y del nacionalismo, porque estaban el PNV y Convergencia, que era fundadora del grupo liberal. En cuatro años conseguimos expulsar del grupo a Convergencia por corruptos.
-Los sondeos anticipan una caída del grupo liberal, Renew Europe. Y puede haber entonces un reposicionamiento.
-Recuerdo una frase de Enrique Tierno Galván, cuando yo militaba en el Partido Socialista Popular durante el franquismo: «mire usted, compañero, los programas electorales están para no cumplirlos». Y yo creo que no cumplir un programa electoral es una estafa. Estafa. Y cuando Sánchez juró y perjuró que no habría amnistía porque era inconstitucional, y cuando necesitó siete votos pasó a ser constitucional… Eso es escupir a la cara de la gente.
-¿Y las elecciones catalanas no le han dado la razón a Sánchez?
-En absoluto. Yo desearía que terminara la tensión separatista en Cataluña, que descalifica a la mitad de la ciudadanía y la convierte en una especie de bastardos. ¿Qué es lo que ha dicho Puigdemont? Ese no engaña. Ha dicho que lo volverá a hacer. Y si volverá a hacer lo que hizo, tensionar el país y dejarlo en una situación en la que las familias no se hablaban entre sí y entre los amigos no se hablaba de ciertas cosas… El señor Sánchez dice que ha terminado el procés, pero Junts dice que el procés continúa. Y no solo le indulta, además elimina el delito. Yo estudié el código penal del franquismo, del año 1961. Entonces se decía que la responsabilidad penal se extinguía por la muerte, el cumplimiento de la pena, el indulto y la amnistía. Esto lo decía Franco. Cuando llega la democracia se excluye la amnistía de estas circunstancias. Y en el Código Penal que realiza el ministro de Justicia socialista Juan Alberto Belloch dice que la responsabilidad penal se extingue por muerte, cumplimiento o indulto. Y se elimina la amnistía, porque no se entiende que sea posible en un régimen democrático.
-Es un dicho habitual que en España el centro nunca es una opción real. Ciudadanos estuvo cerca, pero ha sufrido el mayor castigo en el menor tiempo posible. ¿Hay sitio para un centro?
-Hay sitio si se comporta de una manera correcta. Pero cuando el líder y la comisión ejecutiva en la que yo estaba se propusieron que su importancia fundamental era ser presidente del Gobierno por encima de lo que habíamos dicho, tratar de evitar que los egoísmos independentistas marcaran el rumbo de la nación… Habíamos nacido para eso. Teníamos 56 diputados. Con el PSOE habríamos tenido un Gobierno de unidad que habría evitado la deriva que ahora tenemos. Porque en Europa somos el hazmerreír. El PSOE impulsó allí, con Cs y PP, el levantamiento de la inmunidad de Puigdemont. ¡Y ahora son sus socios!
-¿Cree que Ciudadanos tiene oportunidad de renacimiento en estas elecciones?
-El CIS de Tezanos es poco fiable en los dos primeros puestos, porque mete su cocina, sube a uno, baja a otro… Pero en los puestos del 10% hacia abajo es muy fiel porque ya no le importa, ¿para qué jugar? En las últimas elecciones ha acertado abajo. En la última encuesta nos daba un 2,2%. Antes de empezar la campaña y con toda la hipoteca que hemos venido pagando de la estupidez inmensa del año 2019. Con ese 2,2%, sale Jordi Cañas. Y yo salgo hasta aquí (se señala el pecho). Y lo que necesito es que suba. Confianza tengo. Razones científicas no. Es lo que uno ve cuando camina por la calle, habla con la gente y observa el país.