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El ambiente nublado y gris con el que ha amanecido este decisivo 13 de febrero en Valladolid se ha visto reflejado en los 370 centros electorales que han arrancado la jornada con una tímida participación. Durante las primeras horas, el grueso de votantes más madrugadores era el de las personas mayores que han acudido de buena mañana con su voto y su DNI preparados en la mano con el fin de agilizar más si cabe el breve trámite del voto.
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Castilla y León se enfrenta por primera vez en su historia a unas elecciones anticipadas y lo hace además en un contexto inédito, el de una situación de pandemia que obliga a tomar precauciones y establecer protocolos. Las personas positivas en covid pueden ir a votar y, pese a que no hay obligación de que lo hagan a una hora determinada, las sensaciones de las personas que conforman las mesas, vocales y presidentes, así como interventores y agentes de Policía Local que pasan la jornada completa en los centros electorales se muestran «tranquilos» y no temen posibles contagios.
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Alejandro Rodríguez
Hacen uso del gel hidroalcóhilico dispuesto en las mesas, mantienen el mínimo contacto y llevan a rajatabla la ventilación periódica de las estancias. Además, respetan distancia de seguridad, y por supuesto, llevan puesta la mascarilla. Nada nuevo bajo el sol, pues estas normas conviven con una jornada electoral en la que la mayoría de miembros de las 769 mesas donde ejercer el voto en Valladolid se sienten «seguros y confiados».
Presidentes y vocales de centros electorales como el del Colegio San José expresan sus sensaciones durante el transcurso de la jornada. «Es un entorno seguro, realmente se están respetando las medidas, las distancias y los tiempos para votar son mínimos. Además, se cumple la renovación del aire y no se concentra la gente dentro de la sala», explica la profesora Carmen Serrano, de 24 años, a quien le ha tocado, «por primera vez», ser presidenta de una de las cinco mesas disponibles para votar en el céntrico colegio donde la participación «ha sido muy floja durante las primeras horas de la mañana. Creemos que realmente se concentrará más durante la hora de misa, del vermut o durante la tarde», añade el primer vocal, José Antonio Martínez.
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La sensación de seguridad ante la situación de pandemia se hacía extensible también a puntos electorales como el del Centro Cívico Bailarín Vicente Escudero o el Colegio San Fernando. «No hemos sentido ninguna preocupación al respecto, la verdad que está todo muy bien organizado y no creemos que haya riesgo de contagio aunque vengan positivos a votar», explican desde una de las mesas del San Fernando. Mariano, María Jesús y Elena.
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En la misma sintonía, de «normalidad y poca preocupación ante las elecciones en tiempos de pandemia» llegaba hasta una de las mesas del Centro Cívico Vicente Escudero formada por Ricardo, Enrique y Pedro. «Además que estamos viendo que está todo muy bien organizado, es un derecho fundamental para todo el mundo, esté o no contagiado. No hay contacto a la hora de votar y no nos preocupa en absoluto», señala Enrique Muriel, el presidente de una de las mesas.
En el caso de una de las mesas del Edificio Rector Tejerina de la Universidad de Valladolid, los componentes se mostraban algo recelosos al poder estar «junto a positivos. No entendemos que no puedan salir de casa y para esto sí. Así nos dejan claras muchas cosas», han coincidido tanto el presidente como los vocales a los que no les ha hecho gracia ser mesa en unas elecciones en contexto de pandemia.
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Aunque la mayoría de los vallisoletanos se muestran «seguros» en sus mesas electorales y entienden que todos tienen derecho a votar sean positivos o no«. Les preocupa más »lo larga que puede hacerse esta jornada de domingo«, de ambiente poco apacible y participación a cuentagotas.
Alejandro Puertas «ha contado los minutos para salir de casa». Tras contagiarse el pasado domingo, su cuarentena de 7 días termina hoy y lo primero que ha hecho al poner un pie en la calle ha sido ir a votar. Cuando ha acudido a la Casa de la Cultura de Montemayor de Pililla, a las diez de la mañana «no había nadie, pero he sido muy claro», explica.
«He dicho que acabo de salir de la cuarentena y aunque me he hecho un test y he dado negativo hubiera ido a votar siendo positivo», porque, tal y como considera este vecino de Montemayor, «es un derecho fundamental que está muy por encima de cualquier causa», en este caso el covid. «No pasa nada. Avisas para que tengan más cuidado y ya está» argumenta Puertas, quien termina su confinamiento este 13 de febrero ejerciendo su derecho al voto como primera acción «nada más salir de casa».
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