
Un pan como unas tortas
Las elecciones autonómicas del 13F dejan unas Cortes regionales más atomizadas, con 8 partidos; un gobierno de derecha extrema, un PSOE sin líder, y Ciudadanos y Podemos en la irrelevancia
El primer adelanto electoral en Castilla y León que provocó el PP ha quedado preso del peor refrán que se puede aplicar a cualquier acción humana: le ha salido un pan como unas tortas. Iba a por mayoría para gobernar en solitario, sin Ciudadanos, ¿partido de centro?, y ahora queda a merced de la extrema derecha. A Alfonso Fernández Mañueco Vox le pedirá el oro y el moro: al menos la Vicepresidencia de la Junta, las consejerías de Educación, Agricultura e Industria y, por qué no, también el puesto de portavoz de la Junta. Y en un año, los de Santiago Abascal irán a por las diputaciones provinciales porque, a tenor del resultado en pueblos y ciudades, y con el mordisco de votos que le ha dado al PP, es muy probable que consiga varias.

El primer gran derrotado es el PSOE de Luis Tudanca, que ha quedado claro que es secretario regional pero no es líder. Ha perdido siete procuradores. Por tercera vez ha acudido a las elecciones autonómicas y no consigue gobernar. ¿Un partido como el PSOE puede seguir encomendado a un perdedor? Lo tiene complicado el PSOE para relevarle ya que lo eligió secretario regional hace pocas semanas. Un dislate que ni su dimisión como secretario regional permitirá solucionar. En campaña prefirió ministros de Madrid más que a sus alcaldes en la región. Y así le ha ido. Lo sensato es que ni recoja el acta de procurador, que seguro que el Gobierno de la nación le encontrará acomodo.

El segundo gran derrotado es Ciudadanos, que queda pulverizado. De 12 a 1 procurador. Del Gobierno regional a la insignificancia en la oposición. Francisco Igea ha llevado a su partido a la ruina política; eso sí, él salva para sí mismo la poltrona parlamentaria. Nace Ciudadano, porque solo es uno el que queda.
El tercer gran fracasado es Unidas Podemos, con un PabloFernández más en Madrid que aquí. Fracaso tras fracaso hasta la irrelevancia.
Y surgen unas Cortes más atomizadas (8 partidos) y un gobierno de derecha extrema.
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