Sánchez refuerza el arreón final del PSOE ante las buenas expectativas electorales

El líder socialista ha hecho en Castilla y León la campaña inversa a la que hizo en Madrid en mayo pasado. Frente al protagonismo que asumió en el cuerpo a cuerpo con Isabel Díaz Ayuso, ahora ha optado por un perfil más discreto. Solo ha participado en tres actos, electorales en Palencia, Zamora y León, a los que se añaden el de este jueves en Burgos y el de este viernes en Valladolid en el cierre de campaña.

Una presencia mucho menor que la que ha tenido Pablo Casado, que se ha multiplicado para estar en mítines, comidas, paseos y visitas, sobre todo agropecuarias. Sánchez ha limitado su papel al de orador con discursos ajustados a los cánones.

Los socialistas se niegan echar las campanas al vuelo y tienen bastante claro que las posibilidades de repetir este domingo los resultados de 2019, cuando fueron la fuerza más votada, son escasas. Sus sondeos detectan que sus perspectivas electorales son buenas y están cerca de los populares. La catástrofe del PSOE en Madrid no se va a repetir en Castilla y León, aseguran fuentes de la dirección federal.

Tudanca, en un arrebato optimista, ha llegado a hablar de negociar con Podemos, Ciudadanos y las candidaturas de la España vaciada para gobernar. Los socialistas confían en que la movilización de su electorado se haga notar. Sobre todo después de que el PP haya reconocido que está dispuesto a pactar con Vox. Primero lo dijo Ayuso y el candidato, Alfonso Fernández Mañueco, siguió este jueves su senda. Y es sabido que la alternativa de que gobierne la extrema derecha es un potente elemento motivador para los votantes de izquierda.

Sobre todo si la participación no es alta. Hay elementos que juegan en contra de la afluencia a las urnas. Al consabido frío invierno castellano, hay que sumar que son elecciones autonómicas sin el tirón de ir acompañadas de las municipales, mucho más participativas; hay 300 mesas electorales menos que en 2019 porque muchas poblaciones pequeñas no la tendrán y sus habitantes, cerca de 100.000, deberán desplazarse a municipios más grandes para votar.

Hay indicios, además, que sugieren una participación menor que en 2019, cuando llegó al 66%. El voto por correo, por ejemplo, ha caído un 40%.

Si la presencia de Sánchez en la campaña ha sido discreta, la de Yolanda Díaz lo ha sido más. Este jueves protagonizó en el pequeño municipio vallisoletano de Castronuño su única presencia en la campaña y lo hizo sin la compañía de ningún alto cargo de Podemos. Subrayó su satisfacción por estar en pueblos pequeños porque le recuerdan sus raíces gallegas. En estas poblaciones, dijo, vive «gente humilde» y están gobernadas por dirigentes que buscan «el bien común».