Macarena Olona señala la «gran distancia» entre la calle y la clase política: «No saben ni por dónde les hemos venido»

Alentando el fervor de su audiencia, Olona quiso bajar del púlpito para conectar directamente con su electorado. «Somos uno de los vuestros», repitió en varias ocasiones elevando el tono de su discurso y desmarcándose de esa «clase política». «El secreto de Vox es haber llevado la voz del pueblo a las instituciones sin maquillaje y sin politiqueo», matizó la portavoz de la formación 'verde', destacando, ante todo, su «educación» en el hemiciclo. «Lo difícil es mantener las formas ante la ministra comunista 'lady paro' para no perder la batalla por una palabra mal dicha», reconoció.

Sobre la cita electoral de este domingo, afirmó que «ya se puede tocar con los dedos la esperanza que depositada en traer el verdadero cambio a Castilla y León». Así, Olona invitó a «poner pie en pared» contra 35 años de Gobierno 'popular' que «es la otra cara de la misma moneda que el PSOE». En este punto, tachó de «tortura» el debate entre Mañueco, Tudanca e Igea, tras «la exclusión» del candidato de Vox, García-Gallardo. «¿A quién estáis culpando si sois vosotros los que habéis estado gobernando?. Quienes son parte del problema no pueden ser la solución», zanjó.

La parlamentaria aseguró entonces que los vecinos del salmantino barrio de Puente Ladrillo le pidieron «auxilio» ante la inminente construcción de un «centro de menas», cuyo coste cifró en 680.000 euros. «La Junta ha intentado colocarlo de tapadillo, sin dar ningún tipo de información ni publicidad. Y han tenido la indignidad de llamarlo 'eufemísticamente' centro de protección de la juventud», subrayó.

Además, citando a los vecinos del barrio, afirmó que la situación será «especialmente complicada» porque «van a ingresar a menores delincuentes, protegidos por la ley por cuestión de la edad, y que no cumplen condena en prisión». Algo que a los ciudadanos del vecindario «no les hace ninguna gracia», según la portavoz de Vox. «Todos los políticos ocultan una realidad innegable, y no es racismo: en Madrid, después de instalarse allí el centro de menas, la delincuencia se incrementó un 600 por ciento», cifró.

«La evidente vinculación que existe entre la violencia desbordada y la inmigración ilegal, de la que son culpables directos todos los partidos, salvo Vox, no es una cuestión de raza», opinó. «No les permitáis que os llamen racistas cuando digáis algo con tanto sentido común como esto», les dijo a los presentes, mientras argumentaba que «tiene que ver con la cultura y el arraigo». «Mi cultura, con mis valores occidentales, establece que yo, como mujer, soy igual a ti, hombre. Y tengo derecho a no tener que cubrir ninguna parte de mi cuerpo porque se vaya a considerar impúdica», remató.

Además, refiriéndose a una bandera arco iris que lucía en uno de los balcones de la plaza, quiso desligarse de la homofobia pero aseguró a su vez que se trata de una enseña opresora. «Toda persona tiene derecho a meterse en la cama con quien le dé la gana sin ningún tipo de discriminación. Pero esa bandera oprime a los homosexuales porque les dice a quién tienen que votar. La única bandera de los homosexuales es la nacional porque es la que nos hace a todos iguales», concluyó.