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Luis Tudanca se someterá este martes al análisis de los suyos. A las 10 de la mañana, Consejo Territorial del PSOE de Castilla y León. A continuación, Comisión Ejecutiva Autonómica. Y después, turno para hablar. Sus primeras palabras desde el discurso conmocionado y emocionado del ... domingo noche, cuando dejó traslucir un adiós. Abatido, el resultado supuso un varapalo electoral de consecuencias complejas. Y algunas de ellas estarán sobre la mesa menos de 48 horas después de la derrota electoral.
Si su intención es dimitir, apenas 79 días de ser proclamado de nuevo secretario general del PSOE en Castilla y León, se encontrará con voces en contra. Porque, consideran fuentes de su Ejecutiva, el primero que tiene que solventar ahora la papeleta es el PP, encargado de encontrar la fórmula de Gobierno con dos alternativas poco satisfactorias. O gobernar con Vox contra el deseo de Génova o tratar de recibir apoyos del resto del hemiciclo para gobernar en minoría con el apoyo de Vox desde fuera del Consejo de Gobierno. Si no fructifica ninguna de las dos opciones, podría repetirse la convocatoria electoral en dos meses y eso no puede coger al PSOE desarmado, sin líder y con la estructura a medio renovar.
Una de esas voces que se han posicionado públicamente a favor de su permanencia es la de Óscar Puente. «Espero que las palabras de Luis -del domingo- fueran exclusivamente fruto del estado de ánimo, que es lógico que esté bajo. Creo que Luis tiene todavía mucho que aportar. El Partido Socialista le ha elegido hace poco como secretario general autonómico y no veo razones para que no continúe. El resultado electoral no ha sido bueno porque hemos pasado de 35 procuradores a 28, pero también es verdad que hemos estado muy cerquita del Partido Popular, a un punto y tres décimas. El hecho de que haya nueve circunscripciones en Castilla y León hace que el reparto de escaños no se corresponda con el nivel de apoyo que hemos tenido», aseveró.
Ese análisis, el de los apenas 16.000 votos que separaron al PSOE del PP, es uno de los asideros a los que se aferran quienes confían en la continuidad de Tudanca, que consiguió un 30,05% de los votos que mejora los porcentajes de 2015 y de 2011, y que tiene el mérito del triunfo de 2019.
Así que Tudanca debería aguantar, como mínimo, hasta comprobar si Alfonso Fernández Mañueco es capaz de formar Gobierno. Puede que incluso más allá, puesto que el PSOE afrontará en 2023 unas elecciones municipales, sin autonómicas, en las que se jugará el Gobierno de Valladolid, Segovia, Burgos, León, Soria, Ponferrada o Miranda de Ebro. Agotado ese periodo, aún quedarían tres años de legislatura autonómica, suficientes para intentar recomponer el partido.
Porque el modo en el que el PSOE ha confeccionado las listas para las Cortes supone repetir una situación que ya padeció el partido en tiempos pretéritos, cuando el designado para relevar al candidato derrotado no tenía plaza de procurador, lo que le dejaba fuera de juego. Le ocurrió a Ángel Villalba, que comenzó su carrera de opositor a Juan Vicente Herrera desde la Cámara Alta, adonde recayó como senador por designación autonómica porque no tenía plaza en las Cortes. Decidió abandonar tras la derrota de 2007. A Óscar López le pasó algo similar en 2011, cuando compitió por la Junta de Castilla y León desde su puesto como diputado en el Congreso porque tampoco tenía escaño en las Cortes previamente.
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Ahora, todo el grupo parlamentario socialista está conformado en torno a la figura de Luis Tudanca, a quien en el PSOE le reconocen el papel de pacificador del partido en Castilla y León. Su núcleo duro lo componen la zamorana Ana Sánchez, Patricia Gómez Urban y Ángel Hernández. Una de sus colaboradoras más valiosas, Virginia Barcones, dejó el acta de procuradora en octubre para ser designada delegada del Gobierno, y no formó parte de la candidatura por Soria, como sí lo hizo en 2019, por lo que está fuera del parlamento regional. Otro de los que en su momento sonaban como hombres fuertes del partido, Javier Izquierdo, dejó precisamente la Delegación del Gobierno para centrarse en una labor interna en Ferraz, la de secretario de Estrategia y Acción Territorial. Dentro de los 28 procuradores que tendrá el PSOE en la undécima legislatura no resulta fácil vislumbrar un sucesor con suficiente capacidad de consenso.
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