Que les sea leve

Como en el famoso meme de 'lo que pides por AliExprés y lo que te llega', se intuye un abismo entre lo que se dirime en las elecciones del 13 de febrero y lo que se nos sirve a los foráneos, empaquetado y listo ... para seguir alimentando la rueda de la confrontación política en clave nacional. Imagino a un soriano, a un palentino o a un burgalés preocupado por si le van a cerrar el colegio del niño por falta de alumnos o por cuántos kilómetros tiene que desplazarse para ir al médico mientras en Madrid o en Bilbao ponemos la lupa en Aznar, entretenidos en dilucidar si tiraba con bala en Valladolid para debilitar el liderazgo de Pablo Casado, o en las clamorosas ausencias de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la campaña. Efectivamente, la proyección del 13-F fuera de Castilla y León obedece a la lógica estrictamente de lucha partidista que las ha viciado desde el inicio. Un 'pecado original' presente desde su convocatoria misma, nada menos que quince meses antes del final natural de la legislatura, que Alfonso Fernández Mañueco justificó con la peregrina excusa de una presunta moción de censura en ciernes pergeñada por Cs que no se creyó absolutamente nadie. Sin embargo, tampoco nadie parece recordarlo ya porque en este circo de la metapolítica en el que vivimos se antoja perfectamente natural, y aquí todos hemos de hacer autocrítica, leer estos comicios como un peldaño más en la carrera, sea de éxitos o de frustraciones, de Casado hacia La Moncloa. Como un trámite que el PP debía cumplimentar para quitarse de encima a Cs y, emulando a Ayuso, lograr los escaños suficientes para gobernar en solitario sin la compañía de Vox. Está por ver si lo logra porque Castilla y León no es Madrid ni Mañueco tiene el tirón de su presidenta y, sobre todo, porque Sánchez también juega y ha resucitado convenientemente a los naranjas, al tiempo que se distancia de sus compañías más incómodas. Seguramente usted no va a tener en cuenta nada de todo esto a la hora de votar, o solo tangencialmente, así que solo puedo desearle que le sea leve.