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«La entrada de Vox en el Gobierno puede ser una auténtica catástrofe»
FRANCISCO IGEA, CANDIDATO DE CIUDADANOS ·
El exvicepresidente reivindica los logros de su partido y alerta de la atracción y presión que los extremos ejercen sobre PP y PSOESecciones
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FRANCISCO IGEA, CANDIDATO DE CIUDADANOS ·
El exvicepresidente reivindica los logros de su partido y alerta de la atracción y presión que los extremos ejercen sobre PP y PSOEEn sus discursos motivacionales a las bases del partido, Francisco Igea (Valladolid, 1964) ha cambiado a Rudyard Kypling , 'If', por Theodore Roosevelt, 'El hombre en la arena». «No importa la opinión de los críticos, de la prensa. Importa el tipo que está en la arena, quizá equivocándose, pero trabajando para cambiar las cosas». ¿Un resumen biográfico-político?
-Desde el 20 de diciembre está muy activo en Twitter, pero a cada tuit que pone le sigue siempre la misma respuesta: «Haberlo pensado antes».
-Lo que tiene que castigarse es la deshonestidad, no la honestidad. Es sorprendente que te digan 'haberlo pensado antes porque estos son así'. Pues habrá que castigar a quienes son así. A quienes han mentido en esta convocatoria electoral. Nosotros prometimos cambio y se lo dimos a los ciudadanos. No hay cuestión sobre eso. Lo dicen el propio presidente del PP y sus compañeros. Isabel Díaz Ayuso le dijo en el congreso la cosa más maligna que le he oído decir a un compañero de partido: 'ahora puedes ser libre'. ¿Y hasta ahora qué has sido? Y el otro sonríe, claro. Pero nosotros fuimos honestos. Prometimos un cambio y lo estábamos haciendo en el momento más difícil de la pandemia. La ley de transparencia, los cambios sobre huella normativa, regeneración… Y Alfonso ha sido deshonesto.
-Usted ha hecho de escudo de su socio en las Cortes.
-He hecho de portavoz.
-De portavoz, sí, pero a veces casi parecía del propio partido, por el protagonismo que asumía.
-Soy un buen portavoz, permítame la inmodestia [ríe]. Hago mi trabajo, y ese era defender la acción de Gobierno. Y lo hemos hecho con lealtad. Por eso está la comunidad tan sorprendida. ¿Cómo se puede ser tan deshonesto con unos tipos que han sido tan leales? Nuestra lealtad se la debíamos al Gobierno y a los ciudadanos, que necesitaban un Gobierno que en mitad de una crisis no generara más dudas e incertidumbre. Por eso nos esforzamos aún más en mantener la cohesión dentro del Gobierno. Lo que es sorprendente es que mientras nosotros hacíamos todas estas cosas, los otros estaban esperando el momento en que las encuestas les daban lo suficiente como para ir a la campaña.
-Ustedes eran conscientes entonces de que estaban con las encuestas.
-Es evidente que solo hay una razón para la convocatoria.
-¿Lo veían venir?
-A pesar de lo que opina mucha gente podemos ser ingenuos, pero idiotas no. Tampoco conviene que la población piense que no prevemos todas las circunstancias, pero lo que hacemos es trabajar para que prime el interés de los ciudadanos sobre otras cosas. ¿Pensábamos que era posible? Claro. Pero debíamos trabajar para que no sucediera. Y de hecho nos sorprendió porque nos pareció increíble que se tirasen los presupuestos por la ventana. Una herramienta imprescindible en este momento. Da la sensación de que han intentado buscar excusas durante estos meses, no las han encontrado y han tirado por la vía más fácil, contar un cuento. El 'ivanredondismo', la política del relato.
-¿Cree que hay movilización en el electorado?
-Me preocupa que lo que se ha hecho produzca esa sensación de resignación, de 'no hay manera con esta gente de hacer algo sensato'. Y eso me preocupa mucho. Porque la movilización es importante. No para nosotros, sino para la comunidad, que se enfrenta ahora mismo a unas elecciones que pueden dar un vuelco hacia atrás muy importante. La entrada de un partido como Vox en el Gobierno puede suponer una auténtica catástrofe para las políticas de derechos y libertades y nuestras políticas económicas. Creen en la autarquía, el proteccionismo, no creen en Europa. En una comunidad que depende de los mil millones de la PAC, que tiene una empresa de autobuses que se instala aquí por el Brexit… Gente que no entiende de derechos, pero tampoco de economía. Cuando se manifiestan antiglobalistas, esto tan autárquico que no se veía desde la España de los cincuenta, se manifiestan en contra del progreso de esta comunidad. Son gente muy peligrosa desde el punto de vista de derechos, moral, y de los intereses de la comunidad. Y sin embargo hay muy poco debate, no hay casi movilización. Y a estos señores no se les cuestiona, nadie ve el peligro. Y eso sí me preocupa.
-Hace esas diferencias entre Ciudadanos y Vox. En el libro 'La España de las piscinas' (Jorge Dioni, Arpa), sobre cómo el urbanismo condiciona la ideología y cómo se plasmó eso en 2019 en el voto en los alfoces, se ve cómo el voto naranja de esos territorios en abril pasó a voto verde en noviembre. ¿Dónde está el voto de Ciudadanos ahora mismo? ¿Puede haber ese trasvase de Ciudadanos a Vox?
-Ese trasvase se ha dado. Nosotros tuvimos una época de mucho crecimiento, luego se produjo la crisis de 2019, la ausencia del pacto. Es verdad que había mucho voto a una opción que se veía como una opción más en el centro derecha y que puede coincidir con parte de ese voto. Debemos aprender que en política lo importante es ser decisivo, no mayoritario. Cuando eres decisivo, puedes hacer política. Y lo hemos demostrado. ¿A quién nos dirigimos? A la gente que se fue a casa después de 2019. A la gente que siempre ha creído en este espacio, de la regeneración, de las políticas progresistas desde el punto de vista de los principios, el espacio europeo, central, que representaba UPyD, Ciudadanos… La racionalidad jacobina, por así decirlo. ¿Es un espacio grande o pequeño? Creo que existe y que es más grande de lo que dicen las encuestas. Estamos en situación de crecer. Pero es el espacio que puede cambiar las políticas. Los otros dos espacios son esencialmente conservadores en sus planteamientos. Al PSOE no le ves cambiar y hacer propuestas innovadoras en políticas públicas, y al PP tampoco. Nuestro voto va a estar en esas personas que creen que España, como dice el libro de Luis Garicano, debe caminar hacia Dinamarca. Es un país del norte, con un sistema pluripartidista que funciona muy bien porque permite el control interno del Gobierno, evitar las malas prácticas. ¿Cuánta de esa gente hay en España, en la comunidad? No lo sé. Pero ese espacio es el que llevará al país por el camino que nosotros queremos llevarlo. Y los otros espacios son muy conservadores y atraídos por sus polos extremos. Tanto Podemos como Vox ejerce una nefasta influencia sobre la política de los grandes partidos.
-No solo se juega la campaña de Castilla y León. Se habla de Andalucía, y ya municipales y generales… Estamos en una campaña perpetua.
-Llevamos en campaña seis años. Desde que entré en política. He perdido la cuenta de las campañas, de las elecciones, de las mociones de censura… He vivido más mociones de censura de las que ha habido en toda la Transición. La gente está harta de nosotros legítimamente, porque hemos convertido esto en un erial. La tontería que ha hecho el presidente ahora hace que todas las reformas sean inviables. Desde que empiezas un proceso legislativo, lo apruebas y lo pones a funcionar tiene que pasar un tiempo. Pero ahora todos están pendientes de las encuestas y en cuanto van un poco bien, necesitamos elecciones. Y es un circo permanente en el que no hay manera de hacer una política eficaz.
-Hay otro libro, 'Cómo mueren las democracias', que marca síntomas como considerar al rival el enemigo, calificar como ilegítimo a un Gobierno, algo que aquí no hacen solo los extremos, sino también los partidos situados en el centro. Y la desafección. Es un caldo peligroso.
-Es peligroso. Nosotros no somos vírgenes de todos estos pecados, pero lo tenemos claro, ese libro ya lo habíamos leído. No me gusta cuando la gente te dice que eres un Gobierno ilegítimo, estes tú o quien esté. Los gobiernos surgen de los parlamentos y por tanto son legítimos. Esto se ha estado diciendo de nuestro Gobierno todos los días. «Sois un Gobierno ilegítimo, nosotros teníamos la mayoría, somos la gente…». Me he cansado de explicarle al PSOE cada día que nosotros éramos más gente, porque sumábamos más parlamentarios. Eso crea un caldo de cultivo entre algunos votantes de izquierda que acaban interiorizando 'estos tipos no tienen derecho'. Y cuando piensas eso abres las puertas a cosas complicadas. Esto se alimenta, además, en las redes, que son el caldo perfecto del populismo y la simplicidad. Cuanto más simple el mensaje, más blanco/negro, más radicalidad, más populismo. Hay un ejército de presión de uno y otro lado que está haciendo que nuestra calidad democrática esté empeorando a pasos agigantados, porque la gente empieza a tener miedo de expresarse. Esa sensación hace tiempo que no la veía en este país. Estoy viendo muchísima intolerancia, hostilidad cercana a la provocación y poco sentido del humor, capacidad de análisis, de debate. De hecho, no hay debate en la política, los polos están muy cómodos no debatiendo, llegan a las campañas sin tocar.
-Dijo en un momento dado que quería seguir en política, y que ya vería cómo. No sé si pensaba en hacerlo en un Ciudadanos unido y con usted como su gran esperanza de que no se hunda definitivamente el partido.
-Un día se publicó una entrevista en la que ofrecí nuevamente la posibilidad de ir en listas conjuntas. ¿Alguien tiene alguna duda de que si esto hubiera sucedido, con el PP y nosotros en unas listas ahora mismo, estaríamos hablando de 50 escaños? ¿Alguien tiene dudas de que eso generaría un movimiento distinto, de esperanza, en la política nacional, de que existe una opción que no depende de estos chalados? Una opción que era todo sensatez. Y cuando ves la estupidez que se ha hecho… Intentamos ofrecer otra cosa a este país. Pero tú no estás pensando en el país. Esta tontería que ha hecho el presidente de mirar por los suyos, de meter a esta comunidad en una estrategia idiota, con todos los respetos, lo más idiota que he visto en política en los últimos años… Consiste en ofrecerle a este país la trinchera. Todos los medios de este país dan por hecho que solo hay una alternativa, que es la suma de PP y Vox. ¿Esto es lo que ofrecemos a los españoles?
-En esta mesa, tras la convocatoria electoral, estaba Verónica Casado. En la conversación se le notaba el hartazgo de la política. Y usted insiste, si se da el caso de gobiernen, en que será de nuevo consejera de Sanidad. ¿Cómo la ha convencido?
-Como intento convencer a los ciudadanos, haciéndole sentir orgullosa de lo que ha hecho en dos años y medio muy duros: un cambio sustancial en la política. La política no es la estrategia, el cálculo corto, el asesinato en el callejón, la puñalada al contrario. La política es soñar con tu país. La política es algo muy bonito, apasionante, si la utilizas para hacer el bien. Y una puta mierda de oficio para gente que lleva desde los 18 años ahí y no sabe hacer otra cosa.
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