En ese minuto final del debate, Igea ha brillado por su naturalidad. También ha salido de la monotonía de los discursos electorales al proponer un futuro gobierno al estilo de Merkel, es decir, arrinconando a Vox. Si alguno de sus votantes vuelve al redil, habrá ... conseguido su propósito. Los tres candidatos debían romper algún molde con sus iniciativas, resultar contundentes y presentar proyectos útiles. El presidente Mañueco estuvo demasiado agarrado a la retórica, sin concretar además su política de pactos. A Tudanca le ha faltado posicionarse como el capitán de todo el espectro de la izquierda. No han cometido grandes errores, pero tampoco han impactado. Y para movilizar votantes, hay que dejar huella. A pocos indecisos levantarán el domingo de sus sillas. Y por ahí pasa su victoria total.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad