Secciones
Servicios
Destacamos
Para darse cuenta de cómo ha cambiado Valladolid sólo hay que echar un vistazo a los programas de las primeras elecciones municipales. El que en 1979 otorgó la mayoría en el Ayuntamiento al PSOE y situó como alcalde a Tomás Rodríguez Bolaños definía la ... capital del Pisuerga como «una de las que presenta mayor caos urbanísticos» con una «voluntaria destrucción del casco histórico». El programa lo achacaba a «la incompetencia y la corrupción existentes», propiciada por una «gran influencia y presencia física en el Ayuntamiento de los promotores y grandes propietarios de suelo urbano», con un «incumplimiento» de la normativa. El año 1979 presentaba barrios sin «ningún tipo de equipamientos deportivos, sanitarios, culturales» y sin apenas servicio de transporte.
Había zonas con «inexistencia de pavimentación», mal alumbrado, incluso «carencia de alcantarillado y desagües», calles sin semáforos y una «ineficaz actuación del servicio de limpieza y recogida de basuras». A eso se sumaba una situación de vertidos residuales al Pisuerga en una ciudad con picos de «altos índices de polución».
Esas dotaciones básicas centraban el primer programa electoral de Bolaños en una Valladolid que aspiraba a ser «centro regional» cuando Castilla y León aún no se había constituido como comunidad. Lo hizo en febrero de 1983.
El regidor socialista pasó el testigo en 1995 a Javier León de la Riva. El popular había sido el más votado en 1991, pero el pacto entre PSOE e IU le dejó en la oposición. El PP abría paso a una gestión municipal con la que llegaron fuentes y estatuas, túneles como el de La Rubia y la Plaza Mayor se vistió, no sin polémica, de ese rojo almagre que ahora nadie discute.
Javier León inauguró el gran proyecto de la última etapa de Bolaños, que lo fue gracias a la imposición de IU: el barrio de Parque Alameda, todo con viviendas con algún tipo de protección. Lo hizo al son de Bertín Osborne. El PP privatizó la gestión del agua, con Javier León de la Riva haciendo del soterramiento de las vías del tren, hasta el 2015, su propuesta para el desarrollo urbanístico de Valladolid.
1979. Valladolid afronta las primeras elecciones municipales tras el final de la larga dictadura de Franco. El programa electoral delPSOE, que ganó esos comicios, prevé un plan de conservación del casco histórico y «la necesidad de crear calles peatonales de modo progresivo y gradual» con la dotación de aparcamientos «colectivos». Planificación urbanística e iniciativas para «acabar con el chabolismo» como «objetivo prioritario», además de una moratoria en la concesión de licencias en zonas saturadas y el control de la calidad de las viviendas que se construyen.
Aquel programa de 1979 redactado por lo socialistas recogía la construcción de colectores para acabar con el vertido de aguas residuales al Pisuerga y la puesta en marcha de «un Centro de Recuperación de Residuos y Basuras, cuya rentabilidad es posible en ciudades de más de 200.000 habitantes».
A lo anterior sumaban la renovación de la flota de autobuses «por otros más cómodos» y la «habilitación de los edificios de San Benito», además de la «reconversión del actual edificio del Teatro Calderón».
El programa recogía el compromiso de encauzar la participación de las asociaciones vecinales que había surgido en esa década para reivindicar ante el Ayuntamiento medidas para solucionar «las deficientes y catastróficas situaciones de los barrios de Valladolid».
El programa referenciaba la necesidad de «descongestionar la red de tráfico urbano» en un centro que aglutinaba administraciones, servicios y comercio, 'abrazado' por barrios de aluvión con zonas degradadas y con hacinamiento transformadas en áreas «dormitorio». Sin servicios. Ese primer programa electoral de Tomás Rodríguez Bolaños recoge la «problemática del ferrocarril» y la «insuficiencia de pasos subterráneos». También la contaminación del río Esgueva.
Eran unas urnas a tres años vista del Mundial de fútbol de Naranjito y el programa refrendaba su «apoyo a la candidatura de Valladolid como sede del campeonato mundial de fútbol, para conseguir dotaciones deportivas y mejora de la capacidad hotelera de la ciudad».
'100 soluciones para Valladolid'. Javier León de la Riva resumió en un folleto, que ilustraba una foto mano a mano con José María Aznar, su programa de 1995. El de su primera mayoría absoluta. Abría ese centenar de propuestas la creación de un Museo del Cine, en un programa que llevaba como segunda propuesta la promesa de «reducir la cuantía de las multas desproporcionadas» y en el que se hacían un hueco la policía de barrio y las comisarías de distrito de la Policía Municipal, empezando por Parquesol.
El programa electoral con el que elPP tomó el relevo del PSOE al frente del Ayuntamiento de Valladolid incluía el compromiso de rehabilitar fachadas en el casco histórico y un plan de iluminación de «edificios singulares», junto con la «instalación de más fuentes en nuestra ciudad» y la propuesta de «ornamentar» Valladolid «con estatuas en espacios públicos que constituyan un elemento de identidad».
Javier León de la Riva llevaba entre esas 100 promesas con las que accedió al despacho de la Alcaldía de Valladolid, la construcción de aparcamientos bajo tierra y el compromiso de «estudiar la posibilidad en cruces especialmente conflictivos de canalizar el tráfico mediante túneles subterráneos». También limpiar el cauce del Esgueva.
El programa del PP apostaba por peatonalizar la Plaza Mayor y el entorno de la Catedral y asomaba la bicicleta. Primero con una genérica propuesta de «red básica» urbana y también vinculada a lo que definían como la «ciudad verde en torno al agua», con el compromiso de «recuperar las riberas del Pisuerga y su integración en la ciudad» utilizando «sus enormes posibilidades de comunicación». ¿Cómo? Con un «carril-bici».
Ese programa con el que Javier León de la Riva se trabajó su primera mayoría absoluta hacía hueco al tren y el trazado ferroviario. Planteaba un «intercambiador de transportes para ferrocarril y autobuses urbanos», además de una «solución al problema del ferrocarril, resolviendo la barrera que supone para la ciudad». El 15 de mayo, en campaña electoral, De la Riva y el entonces consejero de Fomento, Jesús Merino, apostaban por desviar el trazado y pedían al Gobierno de Felipe González que pagara el 60%.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.