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Como si hubiera escuchado a uno de esos 'coach' de moda decir la manida frase «abandona tu zona de confort», Luis Tudanca comenzó el día en Valladolid, arropado por Óscar Puente, en una ciudad gobernada por un PSOE que aspira a repetir Alcaldía, pero después ... cogió el coche y se marchó a Ponferrada. Lo que equivale, en términos de campaña, a adentrarse en un desfiladero cuajado de trampas. De rivales agazapados. Para cuando llegó al lugar del mítin, la Casa de la Cultura, ya había tenido lugar otro, apenas un par de horas antes, de una de las once listas que se presentan allí. Once. ¡Y qué once! Por supuesto, PP, PSOE y Ciudadanos. Pero también Coalición del Bierzo, creado en torno al Partido del Bierzo. De este salió Tarsicio Carballo, que ahora vuela con el Partido Regionalista del Bierzo. Un exsocialista, Samuel Fogueral, acude a las urnas bajo las siglas de USE Bierzo. Ponferrada en Común, que tiene dos ediles, ya no es tal, sino IU por un lado, Podemos por otro, Más Ponferrada por allá (para colmo con Emilia Esteban, hija de otro socialista, Jesús Esteban). Y aún están Municipalistas por el Cambio y Vecinos.
Es un sitio duro Ponferrada. «Olegario Ramón va a acabar con 21 años de gobiernos populares en esta ciudad», arengó desde el escenario Tudanca. Pero no es fácil. Solo hay que ver lo que ha ocurrido con Vox. Se quedó sin lista porque un agraviado por la lista oficial de la ex popular Fátima López, José Ramón Gavela, dio el cambiazo de papeletas, como apoderado que aún era, a ocho minutos de concluir el plazo. Y Vox, desde Madrid, decidió quedarse sin ninguna.
Con tanta dispersión, tampoco fue raro que el auditorio escogido apareciera con bastantes asientos vacíos, lejos de la imagen pletórica del día anterior en Palencia. «No se pueden tirar votos», arengó después el candidato a la Alcaldía. «Se beneficiará a la derecha», advirtió.
Pero Luis Tudanca había decidido caminar firme por ese sendero pedregoso y traidor. Se sentía imbuido, vino a decir, por el recuerdo de Antonio, «al que reclutásteis para la lista subido a un tejado con casi cien años. Al que le hizo una tarta de cumpleaños el hoy presidente del Gobierno». Recordaba Tudanca que entonces el desfiladero era más estrecho aún, y que los enemigos disparaban a discreción. «Algunos decían 'qué difícil está esto', y Antonio respondía 'para difícil, lo que he vivido yo'». Ahora, insiste cada día Tudanca, lo único que hay que hacer es repetir lo mismo de hace menos de un mes, de ese 28A que le ha llenado de un optimismo inusitado las filas socialistas en Castilla y Léon. «Olegario Ramón es la persona que necesita Ponferrada ahora, vas a ser un grandísimo alcalde», le dijo al candidato. «Hay que ser ambiciosos, tener la idea de la Ponferrada de hoy y la de mañana», le emplazó a él y, de paso, a sí mismo como posible nuevo presidente. Y así, a partir de ahí, se abocó a la última trampa que le presentaba esta parada en la ruta electoral: la de la reindustrialización. En el Bierzo, nada menos.
«Tenemos un plan de dinamización de las cuencas mineras, porque apostamos por que sea una tierra de innovación, de empleo digno. La transición va a llegar, pero tiene que ser justa», dijo. Y en Ponferrada, donde las palabras «transición ecológica» invitan al mohín desconfiado, se lanzó a un compromiso que, si gobierna, le van a recordar continuamente. «El cambio climático es una realidad, pero la lucha contra el cambio climático no la puede pagar la getne que no tiene culpa, tenemos que intentar que la transición no deje a nadie por el camino. Si tengo que elegir entre un Gobierno, del color que sea, o de la gente de las cuencas mineras, estaré siempre del lado de la gente».
Olegario Ramón le recordó después que habia iniciativas, incluso instalaciones, que podían haber supuesto un inicio en esa reconversión industrial necesaria. Y que, aseguró, fue el PP el que detuvo esas opciones. Lo que es igual que advertirle a Tudanca que si llega a la Presidencia de la Junta deberá retomar todos esos proyectos.
Sin contar que a veces el desarrollo depende de algo tan simple como que al municipio de Peñalba llegue de una vez la banda ancha. O de que la salida de los camiones de la firma LM, que fabrica palas de molinos eólicos, tenga la amplitud necesaria, más allá de un parche de brea, para que sacar la producción a la autovía no sea una tarea de riesgo. Desde luego, si Tudanca quería abandonar la zona de confort, eligió un buen sitio para estrenarse.
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