Toma la Palabra se reivindica: «Los mayores avances de Valladolid llevan nuestro sello»

«Ya no somos una promesa, somos una realidad», dijo María Sánchez, número dos de la candidatura y concejala de Medio Ambiente, quien defendió que «los avances más importantes» de Valladolid durante los últimos años llevan el sello de la formación verde.

Aseguran que sin su acción nunca se habrían convocado los presupuestos participativos, difícilmente se habrían multiplicado la viviendas de alquiler social, con toda seguridad no se habría aprobado un nuevo plan de urbanismo que «limitara el crecimiento sin sentido de la ciudad», jamás se habría remunicipalizado el servicio de agua, de ninguna forma se habría activado un protocolo «para proteger la salud de la gente más vulnerable cuando se dispara la contaminación».

Toma la Palabra presumió de sus cuatro años de trabajo y de huella en la transformación de la ciudad, «porque se puede ser firme, pero con trabajo leal al ciudadano y sin estridencias». «Mientras otros partidos están más pendientes de lo que ocurre en Madrid y Cataluña, nosotros nos preocupamos de Delicias y La Rondilla, porque somos una formación municipalista.Nosotros pensamos en Valladolid desde Valladolid», defendió Sánchez, antes de ceder micrófono a Manuel Saravia, cabeza de lista de Toma la Palabra y actual concejal de Urbanismo. «Hay quien bromeaba con la idea de que Manolo en estos años ha sido el alcalde en la sombra.Ha llegado el momento de dejar las bromas a un lado, que llenemos las urnas y que Manuel Saravia sea simplemente el alcalde de Valladolid», animó.

Y entonces, Manuel Saravia, con americana en un escenario de camisas blancas, tomó la palabra de Toma la Palabra. Lo hizo para definir cómo le gustaría que fuera Valladolid en 2023, al final del mandato que comenzará tras las elecciones del día 26.

Una ciudad «donde se ha iniciado la rehabilitación urbanística y social de Las Viudas, con más espacio peatonal en la plaza del Carmen, donde se ha terminado de construir el nuevo polideportivo de Delicias, donde ha comenzado la construcción del paso de Labradores y de la nueva estación de autobuses, donde la reforma de Caño Argales ya ha concluido, donde en el centro se ha creado una zona de bajas emisiones (definida junto a comerciantes, vecinos y hosteleros) donde solo pueden acceder vehículos no contaminantes».

Una ciudad, continúa el viaje en el tiempo de Saravia, «donde han terminado las obras del 29 de Octubre, donde se ha municipalizado el servicio Vallabici, donde ya se ha abierto el espacio joven de La Rondilla, donde parte del Palacio Real es gestionado por el Ayuntamiento, donde hay un laboratorio de artes en el antiguo convento de las Catalinas, donde el torneo de pádel ha dejado la Plaza Mayor para celebrarse en Moreras». Y aquí se escucha un gran aplauso.

«Vamos a conseguir que Valladolid no sea solo una ciudad bonita, sino que sea una ciudad donde sea bonito vivir. Vamos a ello», dijo antes de que el pabellón coreara 'Manolo alcalde'.

José Sarrión instó «no solo a cambiar de partido, sino a cambiar de política. No podemos fiarnos del PSOE, un partido que es la derecha cuando llega al poder».

Y Alberto Garzón, que deseó toda la suerte a Toma la Palabra, insistió en que en las próximas elecciones está en juego «la defensa de conquistas que se creían consolidadas y que se tambalean por los recortes en sanidad, educación, prestaciones sociales y las privatizaciones y externalizaciones».