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Domingo, 12 de mayo 2019, 13:07
Carlos García Carbayo (Partido Popular),José Luis Mateos (PSOE), Ana Suárez (Ciudadanos) y Gabriel Risco (Ganemos) abanderan proyectos políticos claramente diferenciados y divergentes. Este pasado viernes ocuparon sus puestos en sus correspondientes trincheras ideológicas para debatir y, en bastantes ocasiones, polemizar en los acalorados rifirrafes ... dialécticos que se escenifican en el Ayuntamiento de la capital cada vez que la corporación local celebra un pleno, sea ordinario o extraordinario.
En el del pasado viernes hubo momentos de especial tensión. Por ejemplo, cuando la agrupación de electores por la que Risco es candidato a la Alcaldía volvió a pedir la dimisión de José ManuelFernández como jefe de la Policía Local, petición que fue secundada finalmente por José Luis Mateos.También se enzarzó Ganemos con el Partido Popular por el contrato del servicio del autobús urbano y se emplearon sarcásticas denominaciones como«bufón» por parte de PSOE yGanemos para referirse al concejal de Ciudadanos,FernandoCastaño.
Todas estas controversias afloraron en diferentes fases durante las cuatro horas que duró la sesión plenaria. Sin embargo, media hora después los cuatro aspirantes a ocupar el despacho de la Alcaldía durante los próximos cuatro años se mostraban distendidos y relajados, sin ningún afán por abrir nuevas discusiones y brechas ideológicas y conversando –con bromas incluidas– en plena Plaza Mayor, secundado el reto que les lanzó este diario para que posaran juntos y se hicieran la correspondiente foto delante del Ayuntamiento, que es precisamente la institución que aspiran a gobernar y gestionar durante la próxima legislatura.
Los candidatos posaron delante de nuestro fotógrafo sin valorar ni prestar especial atención sobre si debían colocarse a la derecha, a la izquierda o en el centro, aunque, propiamente hablando, en esta estampa nadie podía estar en el centro, porque el grupo en cuestión estaba formado por solo cuatro personas. Ahí solo tenía sentido hablar de derecha o de izquierda.
Gabriel Risco comentaba que tenía cierta prisa, porque a las dos de la tarde –la sesión de fotos fue realizada hacia la una y media, aproximadamente 30 minutos después de la finalización del pleno municipal– tenía una cita para otra entrevista. Carlos García Carbayo intercambiaba impresiones conAna Suárez, sin que ello diera motivo a especular sobre posibles pactos postelectorales tras los apasionantes comicios municipales del próximo 26 de mayo.
José Luis Mateos hizo gala de una sutil ironía cuando Carlos García Carbayo tendía a situarse en una posición central para la captación de la instantánea. «Es que ahora está muy centrado», bromeó Mateos aprovechando el lema que utiliza el candidato del PP en esta campaña electoral para intentar conseguir la reelección, como es 'Centrados enSalamanca'.
Los candidatos posaron en el ágora monumental, mientras los turistas fotografiaban las fachadas y los responsables de las casetas de laFeria Municipal del Libro perfilaban los últimos detalles de esta nueva edición, justo en las vísperas de su inauguración, que tuvo lugar ayer sábado.
La sesión de fotos finalizó y seguro que en la mente de los cuatro candidatos, cuyos rostros proliferarán durante todos estos días de la campaña electoral en la cartelería urbana, en los medios de comunicación y en las redes sociales, se hacen cábalas sobre lo que depararán las urnas en ese inminente y trascendental 26-M.
La campaña acaba de comenzar y, aunque los protagonistas de la portada acaparan casi toda la atención, no son los únicos que lucharán durante los próximos 12 días por el voto de los salmantinos. Hay otros cinco partidos en liza (Prepal, Vox, Contigo Somos Democracia, Unión del Pueblo Leonés y Partido Comunista de los Trabajadores de España) que también compiten por la atención de los vecinos de la capital y por hacerse merecedores de su respaldo.
Las elecciones del 26-M serán, por tanto los cuartos comicios municipales con más concurrencia de partidos. En 1987 y 2011 hubo papeletas de 11 formaciones diferentes, mientras que en 1999 fueron 10. Muchos de ellos tuvieron una vida efímera y no volvieron a la arena, otros se quedaron a las puertas de hacer algo grande y dos o tres llevan toda la vida dándose estopa política. Y luego está Ciudadanos, que se presentó en 2007 con un resultado más que discreto, desapareció en 2011 y regresó en 2015 tras la estela nacional de Albert Rivera para hacerse con cuatro concejales.
Los cuarteles generales de los partidos deciden estos días qué temas tratar, dónde comparecer y cómo vender el mensaje. El PSOE aprovechará la influencia de las generales y traerá a Salamanca al portavoz en el Senado Ander Gil y muy probablemente el Secretario de Estado de Igualdad, Octavio Granados. En el PP han insistido en que su campaña se basa en el puerta a puerta y en el contacto con los vecinos, aprovechando su gran implantación en la provincia y sus años de experiencia en la gestión. Ganemos anunció esta semana una campaña «muy intensa» en la capital y Ciudadanos trajo ayer a Francisco Igea para hablar sobre las empresas de la región y cómo evitar su deslocalización. El resto saca sus carpas informativas a la calle y trata de aprovechar las ventajas de la tecnología digital para llegar a todas partes.
Y a buen seguro que en todas las sedes políticas están haciendo números y pensando cuánto les puede costar conseguir un concejal en Salamanca. Ahí es donde entra en juego la ley D'Hondt y su no tan complicado funcionamiento.
Las elecciones municipales de 2015 se saldaron con el siguiente reparto: PP 12 concejales; PSOE 7; Ganemos 4 y Ciudadanos 4. La Ley D'Hondt divide los votos recibidos por cada partido entre el número de cargos que se eligen (1, 2, 3... hasta 27 en el caso de Salamanca). Los 27 resultados más elevados de esa serie de divisiones se llevan el premio de un concejal.
Hay una salvedad legal, y es que los partidos que compiten por los votos han de obtener al menos el 5% de los sufragios emitidos. Si no llegan a ese umbral no tendrán representación pública en el Consistorio, aunque los resultados de la ley D'Hondt les favorezcan sobre otras opciones.
Las últimas elecciones municipales celebradas en Salamanca son un buen ejemplo de las peculiaridades del sistema electoral. Vecinos x Salamanca, la formación liderada por el activista vecinal Chema Collados, logró 3.031 apoyos, pero se quedó en el 4,1% de los votos válidos emitidos. Al no llegar al 5% que exige la ley, esos sufragios no se tradujeron en concejales. En esas mismas elecciones el PP logró 28.673 apoyos. Si se aplica la Ley D'Hondt se descubre que su último edil, el 12º, le 'costó' sólo 2.389 votos. El umbral legal del 5% evito que Vecinos x Salamanca arrebatase su último concejal al PP.
Tratar de averiguar cuántos votos harán falta para conseguir un edil en Salamanca es casi ciencia ficción. La espada de Damocles del 5% de los votos pende sobre las cabezas de todos los que compiten. Vecinos x Salamanca, por continuar con el ejemplo, obtuvo un tercio de los votos de Ganemos (3.031 frente a 9.990), pero mientras éstos lograron cuatro concejales, aquéllos no obtuvieron ninguno. La noche del 26 de mayo se adivina muy interesante. Las llamadas al voto útil están a la vuelta de la esquina.
A falta de encuestas o de sondeos locales, el último referente que existe son las elecciones generales del 28 de abril. Aquella noche el PSOE ganó en votos al PP. Fueron menos de 1.000 papeletas, pero los socialistas vieron, o quisieron ver, una tendencia para las votaciones municipales.
Hagamos política ficción y supongamos que los salmantinos repiten los resultados de los generales. Hay que echarle imaginación, porque en abril se decidía quién dirigías las grandes cuestiones nacionales y en mayo, quién va a gestionar las preocupaciones cotidianas en una ciudad de tamaño medio como Salamanca. También hay que tener en cuenta que las tendencias pueden haber cambiados tras las generales y que algunos partidos, como la coalición Unidas Podemos Izquierda Unida Equo: Ganemos Salamanca no competía por enviar a sus representantes a Madrid.
Aún así, demos por supuesto que PP y PSOE repiten sus resultados (25.195 apoyos los unos; 26.107 los otros), que Ciudadanos vuelve a conseguir 18.822 sufragios, que Vox saca 10.292 papeletas y que Ganemos Salamanca adopta el papel de Unidas Podemos y logra 7.972 votos.
Con estos resultados el PSOE conseguiría ocho concejales (uno más que en la actualidad), el PP otros tantos (cuatro menos que los que posee hoy en día), Ciudadanos se haría con seis asientos en el Consistorio (ganaría dos respecto a los últimos comicios), Vox entraría con tres representantes y Ganemos Salamanca tan sólo tendría dos concejales (la mitad de los cuatro que posee ahora mismo). Sería el Ayuntamiento más plural de la historia de la democracia (jamás ha habido más de cuatro partidos en el Consistorio) y, seguramente, uno de los más difíciles de gestionar, porque las cábalas y las negociaciones comenzarían al día siguiente.
El PP ha ganado las siete últimas convocatorias electorales municipales, en alguinos casos como en 2011 casi por aplastamiento (18 concejales de 27), pero el PSOE tiene fundadas esperanzas de cambiar las tornas. Como parece imposible que nadie consiga los 14 concejales de la mayoría, se abriría la puerta a un Ayuntamiento de coalición.
Por ahora todo son cábalas y voluntarismo. Los partidos políticos están en plena campaña y sus actos se multiplicarán a lo largo de los próximos días. O aprietan ahora o tendrán que esperar cuatro años.
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