Jesús Julio Carnero y Óscar Puente. Alberto Mingueza

Valladolid se la juega a un solo concejal

«La viabilidad del soterramiento puede ser discutible pero no cabe duda de que, de salir adelante, sería un hito para la ciudad al nivel de la llegada del ferrocarril o de FASA Renault»

José F. Peláez

Valladolid

Viernes, 12 de mayo 2023, 00:05

Pues ya estamos todos. Éramos pocos y parió Tezanos. El oráculo de Santander ha hablado y ha dibujado su particular y siempre personalísimo escenario para Valladolid. Esto, por supuesto, tiene una parte buena: ya sabemos, con total certeza, qué es lo que no va a ... pasar. Como dice el periodista José Antonio Zarzalejos, el CIS forma parte de la España de ficción de Sánchez y, al igual que el TC o el INE, es ya solo una palanca de imposición de marcos mentales manejada por el gobierno. Apenas eso. Todos los institutos demoscópicos suelen coincidir en las grandes tendencias. Todos, excepto el gubernamental, el manejado por el PSOE, que no tiene otro objetivo que servir a Sánchez y manipular a la población dibujando pronósticos que siempre le benefician y que siempre fallan. Ni siquiera los sociólogos de izquierdas son capaces de defenderle, este no es un tema ideológico, sino técnico. Simplemente nadie le cree. Y esto llega a tal nivel que Podemos, el socio principal del PSOE y miembro del gobierno de España, ha denunciado la manipulación que lleva a cabo Tezanos, llegando a pedir su comparecencia en el Congreso. Vamos, que su descrédito es tal que no merece la pena ni analizar su predicción, que, como el horóscopo, es una rama más del terreno de la fantasía. Baste decir que en las autonómicas del pasado año, el porcentaje de votos de los partidos de la derecha en la ciudad de Valladolid ascendió al 56%. Bien, pues Tezanos pronostica ahora que ese mismo bloque obtendría un 42% de los votos, es decir, un cataclismo de 14 puntos, ni más ni menos que 14 puntos, porque sí, porque él lo vale. En fin. Ni caso.

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La realidad es muy distinta. Las encuestas y trackings parecen estables y siguen sin moverse: los dos bloques tendrían asegurados en el pistoletazo de salida de la campaña trece concejales y solo estaría en disputa el último concejal, que puede caer a cualquier de los dos lados. Destacable que VTLP aguante tan bien, no acuse la baja de Saravia, el desgaste de ocho años de gobierno, el escándalo mayúsculo de la Ley del 'solo sí es sí' o la guerra civil que se está librando en su espacio político y parezca tener el voto muy fidelizado. Como si, de algún modo, fuera capaz de sacar el rédito a los principales aciertos de la corporación actual sin verse salpicado por sus errores. Frente al carácter polémico y arrogante de Óscar Puente, la imagen de María Sánchez y de Alberto Bustos es buena. Además, la imagen de Puente parece acusar el desprestigio de Sánchez a las siglas mientras que VTLP no se ve afectada por la de Iglesias y los ministros y ministras de Podemos.

En el otro lado, existe preocupación porque Vox pueda no llegar a sumar lo necesario y el crecimiento del PP no sea suficiente. Aunque, en realidad, resulta igual de poco probable que baje del 8% como que suba del 10%. Es decir, que si VTLP está al alza, Vox está a la baja. En cuanto a Vadillo y Ciudadanos, todo parece indicar que no serán capaces de obtener representación. Por lo que las espadas están en todo lo alto, parece difícil hacer un pronóstico y el cambio de color en el mapa es una posibilidad tan seria como la contraria. Resulta curioso que, ante un escenario similar y unos pronósticos parecidos, la decisión estratégica de Puente sea aparecer como si no le hicieran falta los votos porque está sobrado y la de Carnero sea que va a ser necesario hasta el último apoyo. Una cuestión de marcos mentales: uno quiere aparecer con la fuerza del líder indiscutible y otro con la prudencia y humildad del aspirante. Seguramente, sea tan falsa la careta de uno como la del otro.

Y ¿de dónde han de salir los votos por los que luchan? Pues de Ciudadanos. Esa es la presa a la que PP y PSOE quieren hincar el diente, los 21.000 votos que los naranjas obtuvieron en 2019 y que van a volar. Si, al igual que sucedió en Andalucía o en Madrid, estos votos fueran masivamente al PP, los de Carnero tendrían asegurada la victoria. Puente lo sabe y, por eso, centra la campaña en los feudos en los que entonces Ciudadanos sacó un gran resultado, es decir, el cinturón naranja del sur y del oeste, los barrios jóvenes. De ahí los aquapark en Villa de Prado o los ascensores de Parquesol. No sabemos qué nos deparará la campaña y qué sorpresas quedan en el tintero pero, aparentemente, el PSOE da la sensación de haber quemado muchas de sus balas: las famosas empresas que no acaban de aparecer, los conciertos de las fiestas ya anunciados, la gala de los Goya y los referidos ascensores y aquapark. Curioso, por cierto, que la campaña del parque acuático arranque el mismo día que se celebra un Consejo de Ministros extraordinario para luchar contra la sequía y en el que se anuncia que no será legal trabajar al aire libre cuando haya olas de calor. Así que quizá tengan que abrirlo en diciembre, convertido en Palacio de hielo. O en Meseta Ski.

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En lado del PP poco sabemos más allá del rumor que coloca a Cantalapiedra en la Diputación y de la baza del soterramiento, a la que Carnero parece jugarse todo tras abandonar, acertadamente, la Consejería de Presidencia al comenzar la campaña. Esperable que Feijóo apoye la iniciativa del soterramiento de modo expreso y anuncie que, en el caso de llegar a presidir el gobierno a final de año, se compromete a ponerlo en marcha, sin dar más detalles ni concretar nada. Esperable también que la Junta de Castilla y León haga lo propio y comprometa la palabra y el apoyo a la iniciativa, por lo que, posiblemente, tendremos la foto de las tres administraciones apoyando la apuesta. Esto debería tener una importancia grande en el voto de Delicias, Pajarillos y Pilarica. Pero no solo. La viabilidad del proyecto puede ser discutible pero no cabe duda de que, de salir adelante, sería un hito para la ciudad al nivel de la llegada del ferrocarril o de FASA Renault. Es decir, un gran proyecto de cambio para la ciudad. Creo que esto es indudable. La única duda es si hay o no hay dinero para ello y quién lo va a poner.

Y una última clave: la abstención. Pese a que en las municipales se vota en clave local, las grandes corrientes basales también tienen importancia. Hay un cambio de tendencia compartido por todos los demóscopos -excepto Tezanos, claro- que anticipa una victoria clara de Feijóo. Y las municipales, tradicionalmente, anticipan ese cambio. Pasó en el 95 antes de la victoria de Aznar del 96, pasó en 2011 antes de las generales de noviembre y posiblemente pasará ahora. Ese viento a favor del PP es viento en contra para un PSOE salpicado de escándalos y con la reputación en caída libre. Ante ello, la izquierda tiene a desmovilizarse y a castigar a sus siglas en mayor proporción que la derecha. En cualquier caso, en dos semanas saldremos de dudas. Mientras tanto, estaremos atentos al discurrir de la campaña. Prepárense para los globitos, los besos a los bebés, las fotos con todo tipo de colectivos, los vídeos ridículos y los coches dando la turra con el himno. No se preocupen demasiado: se pasa rápido.

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