El gobierno de la Diputación de Segovia, pendiente de las bisagras
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Las fuerzas mayoritarias del PP y PSOE librarán la batalla en el alfoz, El Espinar y Cuéllar a expensas de los botines de IU y VoxProvincia ·
Las fuerzas mayoritarias del PP y PSOE librarán la batalla en el alfoz, El Espinar y Cuéllar a expensas de los botines de IU y VoxA los partidos políticos aún les ronda en la cabeza el costoso parto de la corporación conformada hace cuatro años en la Diputación de Segovia. Pasaron más de dos meses desde el paso por las urnas hasta que los resultados de las elecciones municipales de ... 2019 fueron ratificados. En esas semanas de zozobra se sucedieron errores técnicos admitidos por el Ministerio del Interior, mayorías absolutas que se caían y que se aupaban a las pocas horas, recursos judiciales y negociaciones políticas que transcendieron el tablero provincial.
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Este 28-M remueve los recuerdos de aquel frenesí. Si se echa la vista cuatro años atrás, hasta el 30 de julio el Partido Popular (PP) no respiró aliviado. Fue entonces cuando el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León desestimó el recurso que había interpuesto Izquierda Unida (IU) contra la proclamación de electos de la Diputación que hizo la Junta Electoral de Zona. Dicha acta otorgaba la mayoría absoluta a los populares al sumarles un representante más que los resultados del escrutinio publicados con anterioridad por Interior.
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Ese escaño ganado por el PP lo perdía la coalición de izquierda, que de esa forma se quedaba sin sillón en la Corporación provincial, a cuyo timón se puso Miguel Ángel de Vicente, quien tomó el testigo después de los dos mandatos de Francisco Vázquez. La distribución ratificada por el TSJCyL selló esta composición en la cámara provincial: el PP repetía su hegemonía con una mayoría absoluta basada en la obtención de trece diputados; diez escaños para el Partido Socialista Obrero Español y dos para Ciudadanos (Cs).
Aquella resolución judicial no trastocó el pacto que habían rubricado a nivel autonómico el Partido Popular, y en concreto el presidente de la Junta y de las huestes populares de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el líder de la fuerza naranja en la región, Francisco Igea.
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Cs consiguió así en las urnas dos escaños en la Corporación segoviana y accedió al organigrama encabezado por De Vicente gracias a aquel pacto regional, que abrió la puerta del equipo de gobierno a la portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de la capital, Noemí Otero, quien se ha hecho cargo a lo largo de estos cuatro años del Área de Empleo, Promoción Provincial y Sostenibilidad.
Con la mayoría absoluta confirmada en los tribunales, en 2019 no hubieran hecho falta las bisagras políticas para que el PP reeditara su predomino en la institución provincial y se garantizara la investidura y la gobernabilidad en la Diputación de Segovia. Faltó poco. La experiencia de 2019 hace que este 28-M los partidos vayan a estar muy pendientes de esos márgenes de votos.
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Por ir despejando incógnitas antes de que los recuentos enreden por arte de la aritmética y por capricho de los sufragios la configuración de la futura Corporación provincial, solo hay dos fuerzas políticas con opciones claras y diáfanas de alzarse con una mayoría suficiente para gobernar el que De Vicente denomina «el Ayuntamiento de los Ayuntamientos» durante los próximos cuatro años, ya sea en solitario o con el apoyo de algún grupo minoritario que haga de bisagra en una investidura o en la gestión venidera. Esos partidos son el PP y el PSOE.
No en vano, de salida en más de 130 de los 226 ayuntamientos de la provincia gobernará uno de los dos. Ambas marcas históricas son las dos únicas siglas que concurren en el 62% de las localidades, pedanías y entidades locales menores que conforman el mapa político segoviano. La mera presentación de las listas ya da ventaja al bipartidismo tradicional.
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Otra certeza. El PP parte con sesenta Alcaldías ya conquistadas directamente. Igual que hace cuatro años. De ese botín previo a la liturgia de la votación, 27 de los ayuntamientos donde gobernarán los populares a partir del 29 de mayo pertenecen a la Junta Electoral de Segovia capital; otros quince están encuadrados en la zona de Cuéllar, y dieciocho están adscritos al partido de Sepúlveda.
25 escaños
conforman la corporación de la Diputación. Uno lo aporta el partido de Riaza; dos son del de Sepúlveda; tres pertenecen al partido de Santa María la Real de Nieva; cuatro al de Cuéllar, y quince los asigna el partido de la capital
Los 33.333 votos que supusieron para el PP la consecución de 615 escaños en los diferentes Ayuntamientos de la provincia fueron un toque de atención para las siglas que preside Paloma Sanz. El Partido Popular perdió en los anteriores comicios sesenta concejales en comparación con la cita electoral de 2015. Vio cómo su representatividad bajó casi dos puntos hasta situarse en el 38,5%.
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Por el contrario, su rival directo en la pugna bipartidista, el PSOE, conquistó 48 escaños más que cuatro años antes (385 en total), aumentó su bolsa de electores en 738 votos hasta alzarse con 30.141 respaldos en las urnas; pero su cuota de representación se quedó en un 34,8%, solo dos décimas más que en 2015.
Los socialistas presentan en estas elecciones 217 candidaturas, lo que supone abarcar el 96% de los núcleos de población. Y al igual que en las dos últimas citas municipales de 2015 y 2019, sus candidatos albergan la esperanza de desbancar a los populares para recuperar las riendas de la Diputación 32 años después de mayorías concatenadas desde que en 1991 Javier Reguera cediera la presidencia de la Corporación provincial.
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33.333 votos
que supusieron la asignación de 615 escaños al PP, tras las elecciones de 2019, en los diferentes Ayuntamientos de la provincia
30.141 votos
que supusieron ala asignación de 385 escaños al PSOE, tras las elecciones de 2019, en los diferentes Ayuntamientos de la provincia
7.138 votos
cosechados por Cs en las pasadas elecciones de 2019 que les asignaron 38 escaños en diferentes Ayuntamientos de la provincia
Ambas marcas mayoritarias estarán atentas a las minoritarias, que, aunque abarcan mucho menos territorio y población, pueden facilitar un gobierno. De sus logros o fracasos depende de que funcionen o no las bisagras para la gobernabilidad si ni el PP ni el PSOE logran una victoria holgada para gestionar la entidad en solitario. De partida, ese bipartidismo tradicional se ve reforzado en estas elecciones. Ciudadanos tiene harto complicado ni tan siquiera igualar los resultados de 2019.
La formación naranja acusa las crisis nacional y regional que prácticamente la han difuminado de los parlamentos. No tiene el vigor de hace cuatro años y ese desfondamiento puede trasladarse a las urnas. De momento, de salida se ha dejado en el camino once candidaturas con respecto a 2019. Pasa de 34 a 23.
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En contra de los intereses electorales de Cs juega también su ausencia en la concurrencia a las Alcaldías de algunas de las plazas electorales más suculentas. Los votantes potenciales de Palazuelos de Eresma, Real Sitio de San Ildefonso, Hontanares de Eresma, San Cristóbal de Segovia o Valverde del Majano, entre otros, no encontrarán esta vez la opción de votar al partido naranja, que fue la tercera fuerza más votada en los comicios de 2019. Entonces, el salto que dio en las urnas hizo que pasara de 15 a 38 concejales. Su masa de electores se disparó en más de 4.200 sufragios hasta superar los 7.100 respaldos.
Si Ciudadanos llega a este 28-M desinflado, a Vox le ocurre lo contrario. Las siglas que en España preside Santiago Abascal se aúpan como el tercer partido que más listas ha registrado en la provincia, adelantando a Cs, Izquierda Unida, Podemos y unos Centrados prácticamente disueltos. La creciente ambición de la formación de ultraderecha, empujada por los buenos resultados obtenidos en las elecciones autonómicas que la llevaron a cogobernar con el Partido Popular en Castilla y León, queda patente al configurar 36 candidaturas en la provincia. Multiplica por cinco las presentadas en 2019.
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Con este despliegue, es de suponer que mejorará los resultados de entonces, cuando las urnas relegaron a la extrema derecha como sexta fuerza política más votada en conjunto y la séptima en lo que respecta a sufragios que asignan escaños (572 de los 2.039 obtenidos). De ahí su exigua porción de la tarta institucional que se repartió hace cuatro años, con una representatividad del 0,66%, muy lejos de poder optar a entrar en la Diputación de Segovia.
2.264 votos
logrados por IU en las urnas en las elecciones municipales de 2019 les sirvieron para conseguir 7 concejales en distintos Ayuntamientos
1.880 votos
logrados por Podemos-Equo en las pasadas elecciones municipales les valió a los morados para conseguir 7 concejales en diferentes Ayuntamientos
1.321 votos
con asignación de concejales fue el botín de la sexta fuerza política en la provincia tars las elecciones municipales de 2019. Centrados logró 13 escaños
Ahora, la estrategia de Vox para tratar de ser clave en la gobernabilidad de la Corporación provincial, como ha ocurrido en la comunidad, pasa por amplificar sus candidaturas y llevarlas a plazas cruciales por la población electora que mueven y que representan. Por eso, se ha fijado en el alfoz, cuyos Ayuntamientos pertenecen al codiciado partido judicial de la capital segoviana, que se reserva quince de los 25 escaños de la cámara provincial. Vox concurre, por ejemplo, a las Alcaldías de Palazuelos, Real Sitio, San Cristóbal de Segovia, Torrecaballeros, Espirdo, La Lastrilla, Trescasas u Hontanares.
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Además de Cuéllar y El Espinar, los dos grandes padrones después del de la capital, la ultraderecha también registra candidatos en Turégano, Otero de Herreros, Aguilafuente, Ayllón, Sepúlveda o Riaza. Mención aparte son los fichajes que ha hecho en Villacastín y Cantalejo, localidades en las que aspira a gobernar con lo que sería la reedición de las Alcaldías que vienen ejerciendo este cuatrienio dos regidores bajo el paraguas del PP: Julio César Sánchez en Villacastín y Javier de Lucas en Cantalejo.
Izquierda Unida, por su parte, repite declaración de intenciones cuatro años después. Sus aspiraciones este 28-M anhelan entrar en la Diputación, lo que significaría que aumentaran las opciones de cambio en el gobierno si la suma de escaños con el botín del PSOE diera para ello. Se tienen que dar las condiciones numéricas que, por ejemplo, permitieron la investidura de Clara Luquero como alcaldesa de Segovia cuatro años atrás.
Por de pronto, Izquierda Unida apuesta por ampliar los frentes y, por tanto, registrar más candidaturas. De ocho listas en 2019 pasa a trece; sin embargo, hay Ayuntamientos potentes en los que deja de presentar alcaldable. Conocedora de donde se fragua el deseado acceso a la Diputación, IU también sitúa el foco en el alfoz, con candidatos en el Real Sitio, Trescasas, La Lastrilla o Torrecaballeros.
Asimismo, ha extendido sus propósitos al norte de la provincia, con listas en Matabuena, Campo de San Pedro o Cerezo de Arriba. La coalición intentará ratificar o aumentar su representación en las corporaciones municipales de El Espinar y Cuéllar, villa en la que ha cogobernado este mandato con el PSOE hasta que el pacto saltó por los aires.
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IU experimentó un retroceso en las anteriores elecciones locales, aunque exprimió al máximo sus votos. Los 2.664 respaldos logrados, casi mil menos que en los comicios de 2015, sirvieron para asignarle los siete concejales que ha tenido distribuidos en distintos Consistorios este mandato, tres menos que los que obtuvo el cuatrienio anterior.
La experiencia invita a pensar que el reparto de diputados en función de los sufragios logrados en cada uno de los cinco partido judiciales –Segovia capital, Cuéllar, Santa María la Real de Nieva, Sepúlveda y Riaza– puede ser muy parecido al de 2019. Una vez más, los partidos judiciales de Segovia, con 55 municipios (incluidos los del alfoz hasta El Espinar, que es otra de las plazas clave), y de Cuéllar, con 44, serán decisivos para conformar la Diputación.
Los resultados de hace cuatro años ponen de relieve que en las circunscripciones que menos aportan, el PP es mayoritario o al menos iguala las fuerzas del PSOE. En 2019, de los tres escaños que aporta Santa María los populares se hicieron con dos; mientras que el único en juego en el partido de Riaza también fue para el granero popular. En el de Sepúlveda, ambas fuerzas se repartieron el botín, uno para cada una.
Dando por sentado que no variará la relación de poder en estos partidos judiciales, una de las claves para un posible cambio en el gobierno de la institución provincial se localiza en el área de Cuéllar. El PSOE tendría que doblegar la fortaleza del PP en los pueblos más pequeños para desempatar y pasar a una correlación de tres escaños a uno. Luego, la capital definiría el reparto final y decantaría la balanza, a la espera de que las urnas puedan dar voz a las bisagras tanto a la izquierda como a la derecha del tablero político.
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