Aciertos y errores en la comunicación no verbal de los candidatos a la alcaldía

Los gestos, miradas, muletillas. Todo ello comunica al votante. «La oratoria es fundamental, pero los dos lenguajes tienen que ser coherentes. No puede ser que un político diga que trabaja por la gente y luego no les mire a la cara», explica Ángel Domingo. El consultor en comunicación asegura que el electorado percibe de forma «instintiva» lo artificial, lo impostado. «El votante detecta estas cuestiones, lo interpreta y luego decide si alguien es fiable o no. Además, solo el 7% de la atención está en el contenido del discurso», argumenta.

Domingo define al candidato socialista como alguie que se vale de su experiencia. «Aspira a revalidar el título. Transmite confianza en la campaña, primero porque parece que el viento sopla a su favor. Domina los temas y eso lo traslada en un mensaje cargado de propuestas y directo a la ciudadanía. No se diluye en ideas secundarias», argumenta. En referencia a su lenguaje no verbal, el consultor comenta que se presenta como alguien dinámico. «A pesar de su reciente lesión no muestra ninguna debilidad y tiene confianza en ambos lenguajes», matiza.

La debilidad del candidato socialista radica, según las percepciones de Domingo, en algunas muletillas y titubeos. «Decir preposiciones varias veces, eso denota que busca espacio para pensar lo que va a decir. Además, a pesar de tener moderación, corre peligro de excederse en redes sociales, es su factor de riesgo», concreta.

«Su principal inconveniente es que tiene experiencia en campañas, pero dentro del poder, no como candidato», resume Domingo en referencia a Jesús Julio Carnero. En cuanto a su lenguaje, el experto destaca del candidato del Partido Popular su buena capacidad como orador y su cercanía. «La forma de gestualizar, la sonrisa, transmite amabilidad. Tiene un tono de voz adecuado, es muy pausado, sosegado y tranquilo. Sabe acompañar los dos lenguajes», añade.

A pesar de estas virtudes, este estilo también juega en contra de Carnero, como explica el consultor. «Alguien que aspira a ser la alternativa, a ser alcalde, debe mostrar entusiasmo, más ganas de acceder al cargo. Echo en falta un mensaje claro, cercano y directo, saber cuáles son sus propuestas. No acaba de conectar con los problemas de los ciudadanos y echo en falta más energía para alguien que quiere suceder al alcalde». Domingo también hace hincapié en uno de los vídeos publicados por el perfil del partido para la campaña del candidato, en el que se puede ver a Carnero hablando con su mascota. «A veces queda un poco artificial en situaciones que no son creíbles, a pocos les queda bien hacer ese tipo de cosas. Queda forzado, impostado», aclara.

Ángel Domingo define a la candidata de Valladolid Toma la Palabra como una persona natural, cercana y amable. «Mensaje y candidato confluyen adecuadamente. Implementa mucho su forma de ser en el discurso. También creo que es una candidata tímida, según mis percepciones», explica el consultor. Esto último, argumenta, se refleja en situaciones donde el lenguaje no verbal es clave. «Se acerca a la mesa, el atril. Parece que se protege detrás, busca un elemento defensivo para dar su discurso», argumenta.

Algo que luego repercute en la parte de lenguaje verbal. «Esta timidez se traduce en una mayor velocidad a la hora de hablar, respiración entrecortada, que traba sus palabras. Por otra parte, también se nota su trayectoria en el Ayuntamiento, ya que traslada un discurso estructurado, coherente y con proyección de futuro», señala Domingo.

«De sus apariciones públicas adivinamos su profesión. Es jueza y usa un lenguaje estructurado, elaborado, pero no pensado para la oralidad, más bien para ser leído que escuchado», comenta Domingo sobre la candidata de Vox, Irene Carvajal. En referencia a su lenguaje no verbal, el consultor destaca que la aspirante a la Alcaldía de la formación que lidera Santiago Abascal habla con las manos en los bolsillos y, además, usa un tono de voz muy monótono. «No enfatiza en lo importante de sus palabras. Debería tener un mayor entrenamiento para que ese discurso enganche. Se nota que está profundamente memorizado, casi como soltado en una oposición. Tampoco transmite emoción ni sentimiento en su puesta en escena», argumenta.

«No sé si alguien que le haya escuchado sabría decir por qué votarle en su candidatura. Lanza un mensaje diluido, pero sin uno definido que diga el porqué introducir la papeleta de Ciudadanos en la urna», explica Domingo sobre el candidato de Ciudadanos, Pablo Vicente. De nuevo, el consultor defiende que Vicente no transmite emoción en sus apariciones y que parece que no tiene «interiorizado» su mensaje. «Se debería hacer valer, ser más enérgico, distinguirse y hacerse conocer. Trabajar en evitar muletillas, titubeos, estructurar mucho más su discurso. Todo ello, además, arropado de un lenguaje no verbal más potente, más gestos y más abiertos y expansivos», finaliza.