Vivienda en Valladolid: ¿Cómo cerrará el año y cómo evolucionará en 2023?

La pandemia puso de manifiesto la resiliencia del mercado inmobiliario. Pero dos años después de una crisis sanitaria sin precedentes en la historia reciente, la economía española vuelve a caer en la incertidumbre y la inestabilidad. El contexto socioeconómico actual, con una creciente inflación que el Banco Central Europeo trata de atajar con una serie de subidas de los tipos de interés, empieza a tener sus efectos en el sector y Valladolides un claro exponente de ello.

La provincia cerró el pasado mes de septiembre con un precio medio de 1.481€/m2, lo que supone un incremento del 6,42% respecto al mismo mes del año anterior, un aumento solo superado por el 6,96% que experimentó el mercado de la segunda mano en Segovia (1.279€/m2), según los datos del último informe de precios de venta de pisos.com. En clave nacional, el director de Estudios de pisos.com, Ferrán Font, apunta: «el mercado residencial ha experimentado un increíble auge a lo largo de 2022, pero a partir de ahora las cifras de compraventas e hipotecas no serán tan abultadas».

En el caso de Valladolid, la ralentización parece haber empezado ya. El pasado mes de agosto se registraron 852 compraventas, un dato que, si bien representa más del 20% del total de las operaciones realizadas en el conjunto de Castilla y León, es un -7,59% más bajo que hace un año. De hecho, es la única de las nueve provincias castellanoleonesas que anota valores negativos. Mientras, en más de la mitad de los territorios de la comunidad, el crecimiento alcanza valores de dos dígitos y en provincias como Zamora llega incluso a superar el 20%.

En este contexto la vivienda usada pierde fuerza, cayendo un -12,68% el número de operaciones. Sin embargo, las compraventas vinculadas a la obra nueva crecieron en agosto por encima del 3%. El dato resulta especialmente curioso si tenemos en cuenta los resultados de una reciente encuesta publicada por el portal inmobiliario. En clave nacional, los datos que maneja pisos.com muestran que más de un 50% de los españoles tiene previsto comprar una vivienda antes de que acabe el año y, de esos potenciales compradores: «la inmensa mayoría (79%) se decanta por la segunda mano frente a la obra nueva (21%)».

En este sentido, en el conjunto de Castilla y León, el peso de la vivienda nueva en el número de transacciones realizadas alcanzó el 37,97% el pasado mes de agosto, con una tasa de crecimiento del 2,1% respecto al mismo mes del año anterior. Por el contrario, los inmuebles de segunda mano protagonizaron más del 62% de las compraventas realizadas, con un incremento de un 9% respecto a los registros de 2021. En Valladolid, por su parte, ambos segmentos estuvieron muy igualados y frente al 47,88% de operaciones vinculadas a promociones de nueva construcción, la compraventa de inmuebles de segunda mano superó por poco el 52% del total.

Viviendas para vivir

Con todo, la encuesta realizada por pisos.com también revela otros datos interesantes como el hecho de que ocho de cada diez (85,1%) españoles se plantean comprar una vivienda con la intención de vivir en ella, mientras que únicamente un 14,9% ve la operación como una inversión. Uno de los factores que afectan directamente a la decisión de invertir en vivienda tiene mucho que ver con la rentabilidad bruta del alquiler que, en el caso de la capital vallisoletana, alcanzó el 5,55% en el tercer trimestre del año. Si bien es un porcentaje que los expertos consideran interesante, está por debajo de la media nacional (6,23%), aunque por encima del registrado en el conjunto de Castilla y León (4,73%).

No obstante, Font explica: «La inflación provoca, irremediablemente, una pérdida de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos. Sin embargo, sigue habiendo mucho ahorro en el bolsillo de los españoles. Este hecho, unido a que la vivienda es un valor refugio que escapa de la volatilidad, hace que miremos a este activo como el ingrediente descorrelacionado perfecto de nuestro patrimonio financiero» y añade: «la volatilidad del mercado dificulta seriamente elaborar unas previsiones a largo plazo, pero sí que podemos afirmar que ahora es un buen momento para comprar vivienda, pues las hipotecas se van a seguir encareciendo».