![Todo lo que necesitas saber para alquilar una habitación en tu propia casa](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/11/media/cortadas/norte-castilla-pisos-kZAG-U170378359383iQG-1248x770.jpg)
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pisos.com
Sábado, 11 de junio 2022, 07:04
El mercado de la vivienda goza de buena salud. El dinamismo en los precios es un indicador claro de la existencia de oferta y demanda, no solo en materia de compraventa, sino también de alquiler. De hecho, las dificultades para acceder a una vivienda en propiedad empujan a muchos a buscar alternativa residencial en el arrendamiento, una oportunidad para quienes barajan la posibilidad de obtener unos ingresos extra alquilando su propiedad.
Aunque la idea de compartir piso se ha asociado tradicionalmente a jóvenes y estudiantes, lo cierto es que el número de personas que recurren a esta fórmula y la diversidad de perfiles no ha hecho sino crecer en los últimos tiempos. El cambio de tendencia ha abierto un mercado que, en muchos casos, ha animado a los propietarios a sacar rendimiento a sus habitaciones vacías, pues el precio de una habitación de alquiler es un ingreso interesante.
¿Tienes algún dormitorio extra al que te gustaría sacar partido? ¿Estás pensando en alquilar una habitación en tu propia casa? Si es así debes tener claro que no es una cuestión para tomar a la ligera. El precio por obtener un rédito económico de ese espacio extra será sacrificar parte de tu intimidad conviviendo con uno o varios compañeros o compañeras de piso, aunque aplicando ciertas recomendaciones básicas, la experiencia puede ser plenamente recomendable.
«Habitación en piso céntrico», «dormitorio doble con todos los servicios», «se alquila habitación en piso compartido». Seguro que alguno de estos anuncios te resulta familiar y es que, lo primero que debes hacer para poner a producir tu inmueble es buscar a posibles inquilinos. Las fórmulas son muy variadas, aunque hoy en día, Internet y los portales inmobiliarios serán tus mejores aliados.
Para empezar, debes hacer unas fotos atractivas de la estancia en cuestión y acompañarlas con un texto original pero lo suficientemente informativo para que no haya dudas de lo que estás ofreciendo. Cuanto mayor sea la información que aportes, no solo al respecto de las características de la vivienda sino en lo que a aspectos básicos de la convivencia se refiere, menos posibilidades habrá de que se generen malentendidos con los posibles inquilinos.
Muchas de estas webs y herramientas digitales no solo te permitirán emplearlas como escaparate para mostrar la habitación que vas a alquilar. También podrás establecer criterios y restricciones en la búsqueda de inquilinos. Desde limitar la edad, hasta cuestiones como si se permite o no fumar o tener mascotas, existen multitud de filtros con los que ir afinando la selección.
Más allá de dar con el compañero de piso perfecto en un tiempo razonable, es importante tener claras las implicaciones legales de alquilar una habitación en tu propia casa. A diferencia de los alquileres al uso, esto es, de inmuebles completos, el alquiler de habitaciones no se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos sino por el Código Civil. La principal implicación de esta discrepancia en lo que a marco legal se refiere tiene que ver con el tiempo de arrendamiento que, en este caso, quedaría limitado al establecido en el contrato y no a lo que marca la LAU. Además, el acuerdo quedaría extinto en caso de venta del inmueble y el inquilino tampoco tendría derecho preferente para la compra.
En cualquier caso, es importante firmar un contrato de arrendamiento en el que se recojan con claridad tanto el precio y forma de pago, como la duración del alquiler o las características del mismo (cuál es la habitación que se arrienda, qué servicios de incluyen y cómo se reparten los gastos…), así como si existe o no la posibilidad de que el arrendatario pueda subarrendar la habitación.
Más allá de los aspectos legales es importante tener en cuenta la fiscalidad. Si estás decidido a alquilar una habitación en tu propia casa debes saber que habrás de dar cuenta a Hacienda de los ingresos objetivos por el arrendamiento. No obstante, puedes obtener ciertas deducciones y, siempre que se trate de un alquiler de vivienda habitual (esto no aplica para estancias turísticas o por cursos escolares) podrás aplicar una reducción del 60% sobre el beneficio obtenido y pagar impuestos, únicamente, por el 40% restante, menos los gastos deducibles claro está.
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