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El estigma hacia las personas con problemas de salud mental representa uno de los principales obstáculos para su integración en el ámbito laboral. El derribo de las barreras que rodean esta condición es un trabajo a largo plazo que requiere de la implicación de toda la sociedad, por esta razón, con el título de 'Salud mental y empleo en Castilla y León: retos y soluciones', El Norte de Castilla organizó con el impulso de Integra Centros Especiales de Empleo (CEE), un foro de debate para abordar esta realidad.
Emma Fernández, directora general de Economía Social y Autónomos de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo de la Junta de Castilla y León; Rodrigo Nieto, concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid; Marta Solares, gerente de Integra CEE en Castilla y León; María Luisa López, psiquiatra y coordinadora de la Unidad Funcional Asertivo-Comunitaria (UFAC) del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid y Raquel Barbero, presidenta de la asociación El Puente Salud Mental Valladolid fueron los ponentes de este encuentro que tuvo lugar en Patio Herreriano y que contó también con la participación de dos traductoras de lengua de signos para cumplir con la accesibilidad a la divulgación, compresión y participación de todas las propuestas que se pusieron sobre la mesa.
En primer lugar se expusieron las posibilidades desde el punto de vista competencial de cada uno de los sectores representados para favorecer la empleabilidad de las personas con problemas de salud mental. En este sentido, la directora general de Economía Social y Autónomos apuntó que «el empleo permite la integración y es lo que cierra el ciclo» y enumeró los programas e inversiones impulsados por su consejería en línea con la Estrategia de Asistencia en Salud Mental 2024-2030, que busca favorecer la inserción o reinserción de desempleados con especial atención «a quienes lo tiene más difícil» y abogó por «romper estigmas y estereotipos», en referencia a los trabajos vinculados al mercado laboral ordinario y no protegido. Asimismo, subrayó el trabajo desarrollado en los centros especiales de empleo, «son lugares idóneos, son empresas que participan en operaciones de mercado y son el medio de la mayor inclusión de la discapacidad».
Para Rodrigo Nieto, una de las primeras cuestiones a plantearse es la autocrítica, «no hemos conseguido acompasar los cambios y dinámicas sociales que se producen con las acciones políticas que tenemos que implementar». Puso en valor el esfuerzo de las entidades del tercer sector y reconoció que «hemos colocado el foco de la salud mental en el debate público porque hacia falta y era necesario».
Durante sus intervenciones en este diálogo abierto compartió con los presentes la experiencia cercana de un amigo que tuvo que pasar por un largo proceso hasta encontrar un ambiente laboral idóneo en el que poder desarrollarse, «ahora es otra persona porque la familia lo entendió, el empresario lo entendió y generó un entorno accesible y le dio autonomía, y además toda la gente a su alrededor también entendieron esta situación» pues «el empleo dignifica para que uno sea dueño de su propia vida».
De acuerdo se mostró Marta Solares de Integra CEE en la importancia de los entornos accesibles. «La mayor parte de las personas con discapacidad de cualquier tipo siguen trabajando en un mercado protegido». Así que en el reto de propulsar el cambio al mercado ordinario propuso trabajar en dos fases. Por un lado, «siguen siendo necesarias políticas de empleo que fomenten la discriminación positiva porque si no sería impensable poder trabajar en la inclusión» y por otro lado, los centros especiales de empleo «sirven como trampolín para dar el salto al mercado ordinario». En referencia a esta transición explicó que «son fundamentales las unidades de apoyo a la actividad profesional» y se mostró orgullosa del trabajo en Integra: «nos enfocamos mucho en el proyecto de vida de las personas, creo que el foco del mercado protegido debería estar en dar valor a las unidades de apoyo».
Además, también se habló del papel de sensibilización que deben asumir las empresas ordinarias para la incorporación de las personas con problemas de salud mental.
Precisamente, luchar contra el estigma es una de las condiciones que reivindicó María Luisa López, «a muchos o algunos se les rompe la vida, literalmente, necesitan reconstruirse y tenemos que acompañarles en este proceso y apoyarlos». En su opinión, «el estigma tiene mucho que ver con el miedo y con las etiquetas».
Por otro lado incidió en la idea de que «no tenemos que normalizar una vida, tenemos que tener una vida». En este punto, hizo un llamamiento a la sociedad para que impulse un cambio de mentalidad, «nuestros pacientes generalmente, tienen trabajos de baja cualificación y realmente la mayor parte tiene una capacidad intelectual mayor a la media». Por este motivo, planteó a las empresas la posibilidad de organizar un esquema de trabajo en el que se contemplen medidas de apoyo «en los puestos de trabajo en momentos de crisis o dificultades por estrés o carga de trabajo». La psiquiatra entiende que «es mejor pensar y evaluar en función de las capacidades de cada uno».
La visión de Raquel Barbero, presidenta de la asociación El Puente Salud Mental Valladolid pasa por la alianzas, «somos una entidad prestadora de servicios de la Junta de Castilla y León y estamos firmando convenios con empresas para lograr un trabajo sin etiquetas en la empresa ordinaria», expuso. Asimismo, mencionó la labor de sensibilización en colegios y el espacio joven e introdujo en la conversación el programa de prevención del suicidio. Ensalzó el trabajo de colaboración con el tercer sector, «ahora mismo dentro de los itinerarios que tenemos hemos conseguido insertar a 250 personas» y recordó que «la salud mental, por desgracia, es una discapacidad socialmente poco reconocida».
Al finalizar este foro de debate los participantes resumieron los aspectos más importantes en la lucha por la integración de las personas con problemas de salud mental. Para Emma Fernández, «facilitar un empleo permite visibilizar las capacidades y eso conlleva romper con estigmas y lograr una integración más plena».
Rodrigo Nieto aprovechó para recordar que «de lo que no se habla, no existe», se mostró a favor de abordar el tema del suicidio con propuestas e iniciativas en el campo de la prevención y la reflexión y reconoció que «podemos seguir mejorando y vamos a trabajar para lograrlo».
La gerente de Integra CEE en Castilla y León concluyó que «es importante que trabajemos la dignificación y humanización de las personas con problemas de salud mental» y reflexionó sobre el peso del miedo a lo desconocido y la necesidad de trabajar en la formación y el conocimiento. «Para entender y dar una formación de calidad son importantes los datos lógicos, fiables y accesibles» y pidió seguir estableciendo alianzas para que «todos demos las informaciones que tenemos en cada uno de los ámbitos que marcan la salud integral de una persona. Y como causa y consecuencia tendremos empleos más accesibles».
Un desafío que compartió la presidenta de la asociación El Puente Salud Mental Valladolid quien valoró que «hay que trabajar en red y como línea transversal me gustaría hablar de la rehabilitación como fin último para que cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida. Vamos a intentar romper el techo de cristal y capacitar a nuestras personas y ofrecerles un futuro más cualificado a las personas con problemas de salud mental, que se lo merecen». A continuación, se abrió el turno de preguntas al nutrido grupo de asistentes que llenó la sala y que compartieron con los presentes duras experiencias personales ligadas a la inserción en el mundo laboral y la frustración de las barreras comunicativas, en el caso de una persona sorda; la falta de empatía empresarial o la experiencia de tener un familiar que además de medicación requiere de apoyo psicológico.
«Deberíamos sentarnos todos a pensar un poco porqué ha habido este aumento brutal de demanda asistencial de niños y adolescentes. Deberíamos cuestionarnos como sociedad qué no estamos haciendo bien», reflexionó María Luisa López. La psiquiatra hizo un llamamiento sobre «el sufrimiento real que existe entre los jóvenes y que no se explica solo por la pandemia» y abogó por una intervención preventiva de la que tiene que ser partícipe la sociedad. «Desde las familias, las escuelas, hasta quien tenga una competencia mundial. Es nuestra sociedad futura y nos compete a todos». En este sentido, el concejal Rodrigo Nieto recordó que en el Plan Municipal de Inclusión Social, una de las líneas de trabajo está orientada precisamente a la «detección y resolución de dudas con la disposición de un servicio de psicología en los espacio jóvenes». Y en el camino hacia la inclusión laboral de los más jóvenes con problemas de esta índole, Raquel Barbero, habló sobre la puesta en funcionamiento de una línea «más activa» con los centros especiales de empleo para la promoción en la búsqueda de empleo activo «como el programa PasaXT hacia el Empleo en el que hay un acompañamiento y refuerzo en la empleabilidad de los jóvenes que buscan trabajo».
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