La creación de empleo se consolida después de los duros meses de la hibernación económica y el confinamiento para frenar la expansión del coronavirus. Así, la Seguridad Social sumó el mes pasado 161.217 afiliados, en su mejor cifra desde el mes de julio del ... año 2005 (cuando se incorporaron más de 240.000 afiliados), hasta alcanzar los 18.785.554 afiliados medios en el mes. En términos porcentuales, el incremento de ocupados fue de un 0,87% con respecto a la media de junio. Por poner en perspectiva la cifra, en julio del año pasado, el número de afiliados creció en 15.514, diez veces menos que en el mismo mes de este 2020, y en julio de 2018, en algo más de 58.000.
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A día 31 de julio, el número de personas afiliadas a la Seguridad Social era de 18.673.847, lo que supone un aumento de 189.577 desde el inicio hasta el final del mes.
Pero en los últimos doce meses, el saldo es negativo: en este periodo, el sistema ha perdido 747.656 afiliados, un 3,83% del total. Aunque, gracias a las cifras del mes pasado, este recorte se ha moderado respecto al mes de junio, el momento en que el saldo era más negativo con la merma de 893.361 ocupados.
Además, en julio aún había 464.000 afiliados menos que en febrero, el mes que puede considerarse pre-pandemia, momento en que había 19,250 millones de afiliados a la Seguridad Social.
Visto de otro modo, del lado positivo, de los 884.869 afiliados a la Seguridad Social perdidos entre el 12 de marzo y el 30 de abril, el periodo más duro de la pandemia, entre el 1 de mayo y el 31 de julio se han recuperado el 40%, es decir, 323.224 ocupados.
En este año tan atípico y desbaratado por efecto de la pandemia, en las cifras de julio se dejó sentir el retrasado inicio de la temporada turística, de ahí que cabe interpretar que ocupación que no se generó en mayo y en junio se trasladó al mes siguiente, cuando la apertura de la economía era más palpable. En estos términos se expresa Lola Santillana, secretaria confederal de Empleo de Comisiones Obreras, que afirma: «Los datos no pueden significar un espejismo de la recuperación. Es la acumulación de lo que no ha pasado en los meses de mayo y junio y se ha concentrado en julio».
De esta manera, el sector de la hostelería fue el que registró el mayor aumento de ocupados, con 66.924 afiliados más a la Seguridad Social, lo que supone una subida del 5,8% en términos intermensuales.
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El segundo sector más activo fue el sanitario y los servicios sociales, con un incremento del 2,66% en la afiliación, lo que representa 43.133 nuevos ocupados. También con 40.000 afiliados más, el sector del comercio y la reparación de motor y motocicletas. Las actividades administrativas y los servicios auxiliares sumaron 34.321 nuevos ocupados. Y también destacó la construcción, con 22.237 afiliados más.
La gran excepción fue la educación, que perdió el 9,28% de sus efectivos, más de 82.000 ocupados, coincidiendo con el fin de curso.
En cuanto al paro registrado, cayó en 89.849 personas en el mes de julio. Según destaca el Ministerio de Trabajo y Economía Social, se trata del mayor descenso en un mes de julio desde 1997. En términos porcentuales, el número de desempleados apuntados en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se redujo el mes pasado en un 2,33%.
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A ojos del secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, el de la bajada del paro es un dato muy positivo. Resaltó que si bien puede ser contradictorio con la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre que se publicó la semana pasada y que reveló la destrucción de más de un millón de puestos de trabajo, no existe tal contradicción, puesto que la EPA, apuntó, corresponde al periodo más duro de la hibernación de la actividad, y el sondeo efectuado se habría realizado, además, en el peor momento para el empleo; mientras que la actividad comenzó a recuperarse a partir de finales de mayo.
Con este descenso del número de parados, el primero desde el mes de febrero, el paro registrado quedó en julio en 3.773.034 personas, cifra que es en 761.601 personas superior a la de hace doce meses.
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De hecho, la reducción del número de parados registrados en julio no compensa ni de lejos la subida de meses previos: en marzo se incorporaron 302.265 trabajadores a las filas del desempleo; en abril, otros 28.891; en mayo, más de 26.500; y en junio, 5.107.
Por sectores, volviendo a las cifras de julio, destaca la caída del número de parados en los servicios, los que más habían sufrido la hibernación de la economía: el descenso en el número de desempleados registrados fue de 84.563, es decir, de un 3,09%. Aunque en julio de 2020 había casi 560.000 parados más en el sector servicios que hace doce meses.
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En la industria, la cifra es más discreta: la caída en el número de inscritos en el SEPE fue de un 2,96% o de 9.444 personas. En la construcción el paro bajó en 6.556 personas (-2,15%).
El desempleo aumento sólo en la agricultura, en la que se contabilizaron 11.108 parados más, lo que supone un incremento del 5,86% en el número de desempleados, como consecuencia de la finalización de algunas campañas de recogida relevantes en el sector.
Por género, el número de mujeres desempleadas cayó en 38.332, un 1,73%. Este descenso se produce por primera vez desde el inicio de la pandemia de covid-19. El número de paradas (2.177.586), de todas maneras, sigue siendo superior al de parados (1.595.448 inscritos). La cifra de desempleados hombres, además, cayó más que la de las mujeres, un 3,13%, o en 51.517 personas, y lo hizo por tercer mes consecutivo. Si bien, como destacan en Trabajo y Economía Social, el desempleo masculino se incrementó de manera más acentuada entre los meses de marzo y abril, el saldo de la evolución del empleo sigue resultando peor para las mujeres.
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Y si la tendencia cambió para la ocupación de las mujeres, también lo hizo para los jóvenes, otro colectivo sobrecastigado en el mercado de trabajo: el paro registrado entre los menores de 25 años cayó un 6,35%, o en 21.794 personas, en su primer descenso del mes de marzo.
Durante el mes de julio prosiguió, asimismo, la salida de personas de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al cierre del mes de julio había 1,18 millones de trabajadores en ERTE, 712.000 menos que a 30 de junio y menos de la mitad de los 3,4 millones que llegó a haber. Ello supone que cada día salen una media de 23.000 personas de un expediente temporal. Respecto al momento en que más empleados había en ERTE, su número se ha reducido un 67%.
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En particular, en ERTE por fuerza mayor, a 31 de julio había 932.609 personas, 624.000 o un 40% menos que a cierre de junio.
De acuerdo con Israel Arroyo, secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, el 95% de las personas que salen de un ERTE se incorporan a la actividad, mientras que únicamente un 5% pasan a ser inactivos, lo que no significa que todos vayan al paro, sino que algunos pueden pasar a la jubilación.
Si los secretarios de Estado de Empleo y Seguridad Social valoran positivamente los datos, mostrando que éstos reflejan una recuperación paulatina desde el punto más crítico de la crisis, tras producirse un desplome en la afiliación, los agentes sociales reconocen la bondad de las cifras con algunos matices.
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Para CEOE, los datos de desempleo y afiliación a la Seguridad Social «evidencian el enorme esfuerzo del sector empresarial y las personas trabajadoras por recuperar la normalidad económica y la vuelta a la actividad, en un entorno de gran incertidumbre». Sin embargo, la patronal pone de relieve que pese a la caída del desempleo, sólo se ha recuperado el 17,38% del empleo perdido durante la crisis de la covid-19. También considera cifras «preocupantes» las que muestran la subida del desempleo en tasa interanual y el descenso de la afiliación a la Seguridad Social respecto a hace doce meses.
Por ello, en opinión de CEOE, «la intensidad de esta crisis sanitaria y sus efectos en la actividad económica y el empleo obligan no sólo a mantener en el tiempo las medidas ya adoptadas, sino a intensificarlas para aportar adaptabilidad, seguridad jurídica y confianza a las empresas y a los inversores, instrumentadas a través del diálogo social».
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Por parte de los sindicatos, Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social, si bien los datos señalan una consolidación del cambio de tendencia apuntado desde mayo, alerta de que el empleo que se crea es precario, con un tercio de los contratos a tiempo parcial y el 90,8%, temporales. Asimismo, destaca que los ERTE están demostrando «su eficacia» como instrumentos de protección frente a la destrucción de empleo y empresas. Es por ello que apoya el mantenimiento de este mecanismo, al tiempo que reclama la necesidad de impulsar la reincorporación de los trabajadores a las actividades reanudadas.
De acuerdo con Lola Santillana, secretaria de Empleo de Comisiones Obreras, los datos del mes de julio publicados hoy por el Servicio Público de Empleo reflejan una mejora respecto a meses anteriores que su sindicato achaca a la acumulación en este mes de contrataciones retenidas en mayo y junio. «CC OO, en todo caso, quiere lanzar un mensaje al Gobierno: no podemos dejar a nadie atrás, y por eso emplazamos al Ministerio de Hacienda a que desbloquee los fondos de más de 10.000 millones de euros para las políticas activas de empleo», ha reclamado Santillana.
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