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El CEO de Renault, Luca de Meo, en su visita a Valladolid. EL NORTE
Economía

El preámbulo de una crisis sin precedentes

El coronavirus trajo caídas de actividad, despidos y problemas financieros de los que no se libraron ni las grandes compañías ni las pymes

Viernes, 1 de enero 2021, 09:17

Industrias obligadas a cerrar que se encuentran un mercado irreconocible al volver a la actividad; comercios cerrados o medio abiertos o abiertos a unas calles sin gente;pymes con una parte de la plantilla en teletrabajo y otra en ERTE, obligadas a reconstruirse una y ... otra vez a marchas forzadas. La empresa número uno de la comunidad recorta producción y empieza a reducir plantilla. Su sector, la automoción, tiene problemas adicionales. De Renault para abajo, todo el tejido empresarial de la comunidad se juega su futuro en el tablero de la covid-19.

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El fabricante francés tiene nuevo CEO desde julio, el italiano Luca de Meo, quien ya ha pasado por las fábricas de Valladolid y Palencia con un mensaje claro: competitividad sin fin, menos producción y ajuste salarial. «Vengo a apretar», resumió.

Las factorías echaron el cierre en el periodo de hibernación y después retornaron a la actividad con brío, pero se toparon con atonía en las ventas y un mercado agitado por los cambios normativos, imposiciones medioambientales y la crisis económica en sí. Palencia ha pasado en cuatro años de fabricar a cuatro turnos a hacerlo a turno y medio desde 2021, con pérdida de unos doscientos eventuales y traslados a Valladolid.

En diciembre, la empresa anunció la retirada el próximo febrero de un turno de producción de motores diésel k-9 y otro centenar largo de empleos afectados en las instalaciones vallisoletanas, donde las líneas de gasolina también han bajado su ritmo y trabajan a turno y medio. En la actualidad, la única excepción es Carrocería-Montaje de Valladolid, que mantiene su actividad gracias a las ventas del Captur. El SUV urbano tiene desde 2020 versión híbrida enchufable, con lo que se convirtió en el primer modelo de Renault que incorpora esta tecnología.

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En este tránsito de año, la empresa y el comité se encuentran en plena de negociación del próximo convenio colectivo. La dirección plantea un escenario duro, que parte de una caída de más de un tercio de la producción, y una plataforma con rebajas de sueldos. Los cinco sindicatos han unido fuerzas para exigir a la compañía que muestre sus cartas y ponga sobre la mesa sus planes para las factorías españolas antes de hacer cualquier concesión.

El año llega a su (esperado) final con los 11.000 trabajadores de Renault conteniendo la respiración; los 25.000 de las cerca de 180 empresas proveedoras de componentes y piezas del sector de la automoción sin perder detalle; las provincias de Valladolid y Palencia enteras expectantes y toda la comunidad en vilo.

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No hubo día de 2020 en que Santiago Aparicio no lanzase un SOSde liquidez para las empresas

No hay empresa en este momento que no esté 'en vilo'. Desde la más grande al último autónomo unipersonal de cualquier pequeño pueblo de la comunidad. Mientras miles de pequeños negocios buscan fondos donde pueden para sobrevivir al latigazo, otras empresas más grandes cobran más protagonismo porque sus problemas afectan a más personas de golpe.

Le ha pasado a Aciturri en este 2020, golpeada como pocas por el desplome del tráfico aéreo. En los primeros compases de la pandemia, el fabricante aeronáutico radicado en Miranda de Ebro y Valladolid trató de sortear la situación a base de ERTE, pero tras el verano el ERE se volvió inevitable. La empresa planteó 271 despidos que finalmente se redujeron a 148, que también cayeron 'víctimas' de la pandemia.

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A la espera de 2024

Las previsiones de las empresas de la región, expresadas por el presidente de la patronal, Cecale, Santiago Aparicio, pasan por que la economía no empezará a mejorar hasta el segundo semestre de 2022 y no se recuperará a niveles anteriores a la pandemia hasta 2024 o 2025.

Desde los albores del estado de alarma, en el ya lejano mes de marzo, no ha habido día del año en que Aparicio no haya clamado en algún foro por la necesidad de compatibilizar sanidad y actividad económica, por reclamar inyecciones de liquidez y aplazamientos y solicitar ayudas por parte tanto del Gobierno central como de la Junta en un SOS de auténtica emergencia.

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En la comunidad, las ayudas autonómicas se han articulado a través de Iberaval, que en los diez primeros meses superó los 318 millones inyectados en avales de todo el ejercicio anterior, así como las 5.000 operaciones. Estas han pasado de un importe medio de 122.000 euros a 79.000, lo que da una idea de la asfixia que sufren muchos negocios. Más de 28.000 empresas, cerca de una de cada tres de Castilla y León, han solicitado un préstamo al Instituto de Crédito Oficial, lo que les ha facilitado una financiación de 4.000 millones.

Las empresas despiden 2020 con la vista en el 'maná' de los fondos europeos y los dedos cruzados para que los proyectos que nazcan fruto de la colaboración público-privada den en el clavo.

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