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Unos 500 euros más tendrán el año que viene de media para gastar (o ahorrar) los más de 9,2 millones de pensionistas, cuantía que se eleva hasta rozar los 600 euros para el colectivo de jubilados. El dato adelantado del IPC de noviembre ha ... desvelado una de las noticias que más se espera conocer en esta recta final del año: cuánto subirá la nómina de los mayores el año que viene. Se elevará -tal y como adelantó este periódico hace un mes- un 2,8%, el incremento más moderado desde 2022, tras la subida del 8,5% en 2023 y la revalorización del 3,8% de este año, según informó este jueves el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
El INE publicó este jueves el IPC adelantado de noviembre, que repuntó de forma notable hasta el 2,4% (frente al 1,8% de octubre), con la tasa subyacente en el mismo nivel, debido principalmente al efecto base producido por los precios de la electricidad y los carburantes. Este dato es el que marca el cálculo de cuánto subirá la pensión, que desde 2022 se eleva de forma automática con la inflación media de los últimos doce meses (de diciembre a noviembre), sin necesidad ya de que sea el Gobierno de turno el que lo decida. No obstante, habrá que esperar a conocer el dato de inflación definitivo el 13 de diciembre para confirmar oficialmente esta subida, aunque habitualmente es idéntico.
Así, la pensión media del sistema aumentará unos 35 euros en enero, diez euros menos que este año, hasta rozar los 1.300 euros al mes, una barrera que por primera vez se sobrepasará con seguridad a lo largo del año que viene. La revalorización supondrá algo más de 40 euros al mes para los más de 6,4 millones de jubilados, que pasarán a ingresar cerca de 1.500 euros.
Los autónomos, sin embargo, tendrán que conformarse con un alza de 27 euros mensuales y cobrar 992 euros, 650 euros menos que los asalariados. Por su parte, la pensión de viudedad crecerá de media unos 25 euros hasta los 922 euros (nunca había superado la barrera de los 900 euros). Algo mayor será el incremento de la prestación por incapacidad permanente, 32 euros mensuales, hasta rozar los 1.200 euros, mientras que la pensión de orfandad aumentará 14 euros y se situará en los 516 euros al mes y la de en favor de familiares pasará de 743 euros a 764 euros, 21 euros más.
Este incremento del 2,8% beneficiará a los cerca de 9,3 millones de personas que reciben 10,3 millones de pensiones contributivas (alrededor de un millón recibe doble prestación) así como a los 720.148 funcionarios de las clases pasivas del Estado. Pero la revalorización previsiblemente será mucho mayor para quienes tengan una pensión mínima o no contributivas, puesto que en la última reforma se acordó un alza por encima del IPC y vinculado a los umbrales de pobreza para mejorar sus cuantías.
También la subida será mayor del 2,8% para los pensionistas que más cobran, puesto que la gran novedad de este año es que la prestación máxima del sistema escalará por encima de los precios, algo más de una décima adicional (concretamente 0,115 puntos porcentuales más), una medida que se introdujo en la última reforma para tratar de compensar la mayor carga que supondrá para las rentas altas el incremento adicional de cotizaciones que sufrirán en los próximos años. De esta forma, la pensión máxima se impulsará hasta los 3.267 euros, casi 100 euros más que en la actualidad.
Este mayor esfuerzo recaudatorio de quien más gana proseguirá en 2025 y las cotizaciones de los salarios más altos se incrementarán 1,2 puntos porcentuales por encima de la inflación a consecuencia del destope. De esta forma, sus cuotas a la Seguridad Social se encarecerán un 4% al escalar la base máxima hasta los 4.909 euros al mes, casi 200 euros más que ahora.
Este repunte de precios experimentado en noviembre aleja la inflación española del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), establecido en el 2%. Ya en octubre, el IPC subió tres décimas hasta el 1,8%, después de cuatro meses de bajadas consecutivas y tras la recuperación del IVA de los alimentos. El 2,4% alcanzado en noviembre implica una subida del 0,2% respecto a octubre, el mayor aumento en tasa mensual en un mes de noviembre desde 2021, según las estadísticas del INE.
Pese a ello, este giro al alza de los precios en la recta final del año estaba descontado desde hace tiempo por los analistas, debido también al efecto base al comparar los datos con el último trimestre de 2023, cuando ya se empezaba a notar cierta moderación de la inflación. Además, la tasa subyacente -menos volátil- se ha moderado una décima en noviembre. «Si atendemos a esta variacoón mensual, estuvo por debajo de la media histórica por tercer mes consecutivo», explica Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja. «Esto indica que continúa la reducción de las presiones inflacionistas», añade.
Habrá que esperar al dato definitivo para comprobar si dentro de esa cifra se esconde una desaceleración en los precios del sector servicios (hostelería y restauración), que son los que más preocupan al mercado por su resistencia a las caídas, una vez sofocados los fuertes repuntes que venían registrando los precios de los alimentos.
De momento, el mercado prefiere quedarse con los datos positivos del conjunto del ejercicio. «Esta reducción pone de manifiesto la eficacia de las medidas de política económica puestas en marcha, que están permitiendo compatibilizar el mayor crecimiento entre las principales economías de la zona euro y seguir reduciendo la inflación de forma continuada», indican desde el Ministerio de Economía.
El consenso se muestra optimista en este sentido y confía en que el Banco Central Europeo (BCE) sea capaz de mantener la inflación a raya. El organismo monetario volverá a reunirse en diciembre para acordar otro recorte de 25 puntos básicos. Un ajuste que algunas voces empiezan a ver limitado frente a los riesgos de un frenazo económico en grandes economías como la alemana.
«Para los próximos meses cabe esperar que el crecimiento de los precios continúe en niveles cercanos, pero ligeramente superiores, a los objetivos del banco central (en torno al 2%), por el dinamismo del consumo y los salarios y por la presión adicional que puede ejercer la infravaloración del euro, que encarece las importaciones y se ha agudizado tras la victoria de Trump», explica Martínez Morando.
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