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Después de la celebración del Año Nuevo y de estar más de una semana cerrada, la Bolsa china volvía esta madrugada a la actividad con fuertes caídas que, según el índice del que se tratara, oscilaron entre el 7% y el 8%, al cierre. Ésta ... fue su peor jornada desde agosto de 2015, aunque registró su peor apertura en trece años. El límite máximo de bajada en el mercado asiático es de un 10% y 2.600 acciones llegaron a sufrir ese fuerte retroceso.
Este descenso se explica, como señala Borja Ribera, profesor de Bolsa en EAE Business School y asesor de patrimonios en GVC Gaesco, porque tras haber estado cerrada tantos días, tenía que ajustar sus cotizaciones a las pérdidas sufridas en el resto de las geografías, cuyos mercados sí han ido recogiendo puntualmente los temores a que el coronavirus tenga su impacto en la economía china y, por tanto, también en la mundial, en la que el gigante asiático pesa casi un 14%.
De ahí que este fuerte retroceso bursátil en los índices chinos tuviera lugar incluso pese a la fuerte inyección de liquidez efectuada por la autoridad monetaria local, que ha sido la más importante desde 2004 y que ha alcanzado los 171.000 millones de dólares. Pese a esa intervención, la caída del CSI 300, que aglutina a las compañías cotizadas en Shanghai y Shenzhen, borró de un plumazo 358.000 millones de dólares de la capitalización de sus compañías componentes.
La hipótesis de que esta fuerte caída obedece al ajuste de todo lo que el parqué chino no ha caído en los últimos días, mientras el resto de la renta variable mundial registraba descensos, gana fuerza si tenemos en cuenta que el resto de Asia tuvo un día más tranquilo. Así, por ejemplo, el índice Nikkei de Tokio sufrió un descenso de apenas un 1%.
«El efecto del coronavirus en el mercado chino ha sido severo, pero principalmente debido a que ha sido el primer día abierto desde la festividad del Nuevo Año Lunar», describe Adam Vettese, de eToro. Añade que China ha demostrado en la jornada de hoy que tiene la voluntad de intervenir y detener el daño económico que el virus podría causar y recuerda que, además de la inyección de liquidez, ha recurrido a la bajada de tipos y a restricciones de ventas a corto.
En Europa el comportamiento de las Bolsas a media sesión es positivo. Así, el Ftse Mib de Milán se anota alrededor de un 0,60%, mientras que el Ftse 100 británico avanza un 0,40% y el Cac 40 francés, alrededor de un 0,25%. El Dax alemán, por su parte, se anota un 0,18% y el Ibex-35 gana alrededor de un 0,10%, aunque persiste por debajo de los 9.400 puntos.
Y, mientras, en Estados Unidos, los indicadores de futuro apuntan a una apertura en positivo: los que cotizan sobre el S&P 500, el Nasdaq y el Dow Jones anticipan un arranque de sesión en Wall Street con revalorizaciones de alrededor de medio punto porcentual.
Ribera, de todas maneras, relativiza el impacto del coronavirus en las cotizaciones bursátiles globales hasta el momento: resalta que el recorte en el mes de enero ha quedado limitado a un 1,8% en Europa. Argumenta que la fortaleza de la economía está actuando como sostén, al igual que la experiencia de pasadas crisis sanitarias, como la de 2003, que ocasionó una brusca pero no muy duradera caída en el mercado. En su opinión, «dando por hecho que se va a llegar a una solución» a la crisis sanitaria, los recortes que se están observando en las Bolsas pueden ser oportunidades de compra, sobre todo en los sectores que se están viendo más castigados, como el de las aerolíneas, el turístico o el de los bienes de consumo.
Darío García, de XTB, añade que la resistencia mostrada por Europa y por Estados Unidos obedece a las noticias particulares que les afectan y que son buenas. En el Viejo Continente se han publicado los índices de actividad PMI, que han tenido un sesgo favorable, mientras que en Estados Unidos se anticipa una agenda económica y empresarial positivas.
García señala que, pese a las caídas de la Bolsa china y a la depreciación del yuan, que podrían animar a las compras, lo más probable es que continúe el goteo bajista. Y no descarta que malos datos en el gigante asiático puedan volver a ocasionar pérdidas en las plazas occidentales.
Vettese, optimista, apunta: «A no ser que la propagación del virus entre en una espiral fuera de control, parece que los principales mercados han visto ya lo peor de la crisis». Aunque advierte: «Un problema real sería si el virus se propagara en países menos desarrollados, donde el acceso al tratamiento médico es mucho más restringido y la densidad de población es elevada».
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