Castilla y León se propone llegar a 6.000 empresas exportadoras, el doble que antes de la crisis

La consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, ha presidido la primera reunión de la actual legislatura de la Sección de Internacionalización del Consejo Castellano y Leonés de Comercio, un encuentro que ha servido para la presentación de las bases del futuro IV Plan de Internacionalización de Castilla y León 2016-2020 y, al tiempo para hacer balance del que todavía se desarrolla. Uno de los objetivos de la nueva programación, que se aprobará a lo largo del primer trimestre del año próximo y que se ha abierto a la participación de los agentes públicos y privados implicados, es que la Castilla y León alcance la cifra de 6.000 empresas exportadoras. «Prueba de la apuesta de la Junta por esta materia es que el presupuesto previsto para 2016 asciende a 10 millones de euros, cantidad que multiplica por tres la del ejercicio actual», han precisado desde la Consejería de Economía y Empersa al término de la reunión.

La Consejería trabaja en la redacción del IV Plan de Internacionalización Empresarial, un documento que «nace con el reto de ampliar el número de empresas exportadoras, diversificar la oferta autonómica de productos, ampliar los mercados objetivo y captar inversiones», manifestaron las fuentes del departamento que encabeza Pilar del Olmo. En este proceso cuenta con la colaboración de la Sección de Internacionalización del Consejo Castellano y Leonés de Comercio,integrada por representantes de varias consejerías del Gobierno autonómico y con la participación el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), las cámaras oficiales de comercio e industria a través de su Consejo Regional y la Confederación de Empresarios de Castilla y León (Cecale).

Un factor clave

«La internacionalización es un factor clave para la competitividad de las empresas, ya que les permite ganar en tamaño y en fortaleza y, al mismo tiempo, mantener el empleo y generar nuevas contrataciones», precisan en la consejería. Por ese motivo, el documento se dirige por una parte a la consolidación de la base exportadora existente; pero también a proporcionar más apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), de modo que reciban una atención prioritaria. Otra de las prioridades es la del impulso de la exportación no sólo de bienes, sino también de servicios, en consonancia con el importante peso del sector terciario en cualquier economía desarrollada; ampliar el abanico de las relaciones internacionales, para situar a Castilla y León como un destino de inversión atractivo, y contar con las aportaciones de agentes públicos y privados. «Y todo esto teniendo en cuenta las directrices de la Estrategia de Especialización Inteligente, más conocida como RIS3, y lo establecido en el Plan Nacional diseñado por el Ministerio de Economía y Competitividad», puntualizan en Economía y Hacienda.

Las medidas de apoyo que contendrá el IV Plan de Internacionalización 2016-2020 se estructurarán en torno a seis ejes de actuación fundamentales: información y asistencia individualizada a las empresas, promoción, apoyo al crecimiento exterior, formación, cooperación empresarial y atracción de inversiones.

«La elaboración del texto se ha iniciado, puesto que la intención de la Junta es presentarlo en el primer trimestre de 2016, y éste es el momento de incorporar las ideas de las entidades que forman el Consejo de Internacionalización que se ha reunido en el Centro de Soluciones Empresariales de Arroyo de la Encomienda (Valladolid). Para ello se constituirá un grupo de trabajo que recogerá, debatirá y dará forma a las propuestas tanto de las Cámaras de Comercio, el ICEX y Cecale, como de la asociación Empresa Familiar de Castilla y León y los cluster de la comunidad, de modo que el resultado sea fruto del consenso» ha explicado la titular de Economía y Hacienda al término de la reunión durante un encuentro con los medios de comunicación.

Previsiones favorables

La Consejería de Economía y Hacienda ha partido del análisis de la situación actual a la hora de fijar medidas y objetivos. «Las previsiones de la OCDE apuntan a una aceleración del ritmo de crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios para 2016, y a la depreciación del euro y el abaratamiento del transporte por la caída del precio del petróleo son factores que sin duda consolidarán el posicionamiento de empresas de Castilla y León en el exterior y les ayudarán a conquistar otros mercados», afirman en el Gobierno regional.

Las exportaciones de Castilla y León han experimentado de hecho una evolución positiva en los últimos años. En 2014 batieron su mejor marca, al superar los 13.329 millones de euros, y todo indica que en 2015 pueden alcanzar otro récord histórico, puesto que hasta el mes de septiembre las ventas en el exterior de las compañías castellanas y leonesas sumaban 11.365 millones de euros. Se trata de una cifra el 13,7 % más elevada que en el mismo periodo del ejercicio anterior, y un incremento muy por encima de la media nacional que fue para los nueve primeros meses del año del 4,4 %.

Más productos, más industrias y más destinos

En la misma línea, el número de empresas exportadoras ha crecido de manera sostenida, lo que ha hecho posible que se cumpla la meta establecida en el III Plan de Internacionalización Empresarial de superar las 5.000. Así, durante 2014 vendieron en el mercado exterior 5.187 empresas de Castilla y León, cifra que contrasta con las poco más de 3.000 que se registraban en 2007. Paralelamente y de acuerdo con las estadísticas de la Agencia de Innovación, Financiación e Internacionalización Empresarial (ADE), entre enero y septiembre de este año habían exportado 4.566 compañías de la Comunidad, el 4 % más que en el mismo periodo del anterior.

Desde Economía y Hacienda se asegura que políticas de la Junta han contribuido a la diversificación. «El balance de los últimos años revela que es menor la dependencia del sector de la automoción, que en el año 2004 absorbía el 68% de las exportaciones frente al 52,5% de septiembre de 2015», puntualizan desde el Ejecutivo autonómico. El mismo análisis desde la óptica geográfica demuestra que en 2004 los quince primeros países integrados enl a Unión Europea eran los receptores del 85 % de los productos y servicios de la comunidad, «una cuota que ha bajado hasta el 63,3% actual en beneficio de África, Asia, los países de la ampliación europea, Latinoamérica, Norteamérica y Centroamérica, Corea del Sur, Brasil y Japón», enumeran las fuentes de la Consejería de Economía y Hacienda.