«La situación de España es envidiable, a una distancia abismal de otros países»

Hispasat es líder en servicios de telecomunicaciones por satélite en España y a ello contribuye la concesión pública que recibió para instalar su primer satélite en la mejor órbita geoestacionaria que da cobertura a España desde 1997. La empresa ha sido privatizada y el Estado mantiene el 25,68% del accionariado repartido entre INTA (16,42%), SEPI (7,41%)y CDTI(1,85%). El principal accionista es Abertis con el 40,63% del capital; seguido por Eutelsat con el 33,69%. La presidenta es Elena Pisonero (Madrid, 1963), quien inició su actividad como analista en Siemens y ocupó puestos en la Adminisración como Jefe del Consejo Asesor de la Vicepresidencia Segunda del Gobierno para Asuntos Económicos, que ostentaba la cartera de Economía y Hacienda (1996- 1997) y Jefe de Gabinete de la misma (1997-1998). De 1998 a 2000 fue secretaria de Estado de Comercio, Turismo y Pymes, presidenta del Icex y de Turespaña. Embajadora ante la OCDE, en París, de 2000 a 2004, a su vuelta a España, en 2005 regresó al sector privado en KPMG hasta que en marzo de 2012 fue nombrada presidenta de Hispasat. Pisonero ha pronunciado una conferencia en la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid en la que bajo el título de Hispasat y sus circunstancias, analizó la marcha de este grupo.

¿Hacia dónde se dirige Hispasat 26 años después de su creación?

-Hispasat es una historia compleja, intensa y densa. Viene de una iniciativa pública y ha pasado a ser una empresa privada con ambición de ser una operadora de telecomunicaciones comerciales en el ámbito audiovisual con los máximos y mejores desarrollos en la televisión, pero también en la conectividad y en la movilidad de las señales de datos. En los mercados hemos invertido la proporción. Hace seis años un tercio de nuestros ingresos provenía de América. Hoy la tendencia es que cada vez seamos más globales. Ya somos americanos y aspiramos a estar en los mercados de mayor crecimiento, que para el satélite están fuera de Europa.

La empresa ha pasado de la gestión pública a la privada. ¿Cuál es el mejor sistema?

-Sin el empuje y la decisión pública Hispasat no existiría. La iniciativa pública aunó intereses que trascendían a los de Radio Televisión Española o Telefónica, entonces públicas y a los de la industria. De otra forma no hubiéramos hecho Hispasat, un proyecto ambicioso que para sobrevivir, y esa es la segunda pata, tiene que incorporar y debería haberlo hecho antes, las claves de gestión y de eficiencia privada. Competimos en un mercado dinámico que requiere decisiones empresariales de gran magnitud. El impulso público permanece en el ADN de la compañía, pero siendo al tiempo los más eficientes en el sector.

Privada y rentable

¿Cuáles son las claves para que una compañía de servicios de telecomunicación resulte rentable?

-Intentar definir las infraestructuras que son muy costosas, que llevan mucha innovación, y ser capaces de venderlo. La rentabilidad viene de hacer algo que cubra una necesidad que otros están dispuestos a pagar. Hace quince años, cuando se lanzaba un satélite estaba prácticamente vendido. Ahora hay que asumir el riesgo de identificar lo que crees que el mercado te va a comprar, llevar a cabo una acción comercial que antes no era necesaria y estar por delante de la mano de los clientes para asegurarte de que es lo que te van a comprar.

¿Ha aumentado la competencia?

-De forma impresionante. En los últimos diez años muchos países buscan su autonomía en las telecomunicaciones y se han generado un montón de operadores. Donde antes casi existía un monopolio ahora hay una competencia tremenda. Operadoras de telecomunicaciones y cadenas de televisión han evolucionado y no tienen nada que ver con lo que eran hace 25 años. Con nuestros satélites, que duran 15 años, tratamos de adaptarnos a eso.

Desde su conocimiento de las tecnologías, ¿cuál es la posición de España?

-Acompasada a nuestra posición en el mundo. Nuestras empresas se integran en la cadena global. Debemos perseverar y participar de empresas, porque la dimensión es importante en un mercado global. Mi principal cliente ya no es Telefónica, es brasileño, pero para dar un buen servicio a Telefónica tengo que estar en los países en los que quiere estar la operadora y eso requiere dimensión. Hacemos el máximo esfuerzo por conseguirla. La tecnología española, con buenos mimbres, no debe de tener complejo. Hay firmas que lideran proyectos en la Agencia Espacial Europea (ESA).

Hispasat está bien posicionada en América Latina, pero ¿en el resto del mundo?

-Fue la primera compañía europea que operó en Brasil, pero debíamos habernos posicionado mejor, porque ahora somos el cuarto operador satelital en aquel mercado. Hacemos un esfuerzo para llevar los desarrollos más modernos a América Latina. Es parte de nuestra historia, porque más de la mitad de los ingresos provienen de América. Miramos nuevos mercados, como el norte de África. Hemos conseguido estar en Marruecos y estamos atentos a mercados de gran desarrollo como el resto de África y Asia. No es fácil entrar porque hay áreas con mucha protección de lo que se consideran infraestructuras estratégicas y que buscan desarrollar ellos mismos.

¿Hacia dónde evolucionan los negocios de telecomunicaciones?

-En la telefonía en convertirse en un operador facilitador de lo digital. La infraestructura pasa a ser un elemento importante, pero no la esencia. Tenemos que ser capaces de buscar soluciones que faciliten la actividad humana que es digital. Cualquier persona, en cualquier lugar remoto tiene hoy acceso a la misma información y capacidad de comunicación que quien reside en el lugar más tecnificado del mundo.

Acceso universal a datos

¿Y eso obliga a reposicionarse a quien presta ese servicio?

-Hay que implicarse en el proceso. Lo hacemos, por ejemplo en el acuerdo firmado en Colombia, un país extenso, con grandes áreas con dificultades de acceso, donde el satélite permite desplegar la capacidad de comunicar a un niño en plena selva amazónica a través de Intenet.

¿Facilitar el acceso a Internet en lugares remotos es por tanto un nicho de mercado para Hispasat o una nueva estrategia empresarial?

-Es un nicho de mercado por la confluencia de elementos en los que nuestro satélite es imbatible. Contamos con cobertura para un despliegue rápido, solo necesito una antena en tierra de setenta centímetros de diámetro frente a la infraestructura terrestre, cara para sitios de orografía difícil o de baja densidad de población. Hemos firmado con Euskaltel para dar una calidad de 25 megas a cualquier caserío del País Vasco. El satélite es una solución más eficiente y trabajamos en dar cobertura a barcos y aviones. Y queremos participar en desarrollos que nos permitan ser complementarios de infraestructuras terrestres.

¿Cómo se ve desde una empresa trasnacional la situación económica en España?

-Ser trasnacional facilita capear mejor las dificultades de mercados concretos. La percepción es que en España la situación ha cambiado en los últimos meses y está en una posición envidiable, quizá no está en el puesto siete, o en el diez, pero la diferencia con el resto de los países es abismal. Tenemos un diferencial y unas capacidades que se observan bien cuando viajas y contrastas si somos capaces de aprovechar los esfuerzos que se han hecho estos años.

¿Hay temor sobre el resultado de las elecciones en España?

-Hay inquietud. Se han hecho muchos esfuerzos y sacrificios por parte de la sociedad española y la recuperación es incipiente. Que cambie el rumbo y no se persevere en lo que creemos que da resultados genera inquietud, pero veo decisión y confianza en los empresarios y responsabilidad en la sociedad española.