La inflación bate récords aunque se atenúa a final de año

La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) vaticinaba que la inflación bajaría hasta situare en este mes de diciembre en el 0,9%. Por su parte, el Banco de España colocaba el porcentaje en el 2%. Sin embargo, ninguno de los análisis económicos contaba con la guerra en Ucrania, desatada cuando aún no había terminado el invierno a finales de febrero después de la invasión de la Rusia de Putin. El conflicto bélico encareció muchos productos básicos que proceden de la zona afectada y, fundamentalmente, el gas, un arma utilizada por los rusos durante toda la contienda para doblegar el apoyo que prestan las potencias occidentales a los ucranianos.

Las circunstancias empujaron con estrépito los precios el mes siguiente, en marzo, cuando aumentaron hasta casi superar la barrera de la decena de puntos, con un desorbitado 9,8%. Y lejos de detenerse, la cifra continuó en ascenso hasta llegar al histórico 10,2% de junio, algo insólito casi en los cuatro decenios anteriores y más en concreto desde septiembre de 1984. El porcentaje rebasaba con creces la media de la zona euro, situada en un 8,6%, aunque la situación casi se equiparó en agosto, momento en el que la media europea llegó al 9,8%. Así, la cierta vuelta a la normalidad después de los duros años de la pandemia se frustró por el incremento generalizado de los precios.

Sin embargo, pasado el verano la inflación dio un respiro con cifras recortadas durante cuatro meses consecutivos, aunque todavía disparadas en comparación con los ejercicios anteriores. En noviembre el indicador se situó en 6,8%, medio punto menos que el mes anterior, su cifra más baja desde enero (6,1%), momento en el que aún no había estallado la guerra de Ucrania. El descenso se debió a la moderación de los precios de los carburantes y la electricidad después de los enormes incrementos de finales de 2021.

Alimentos por las nubes

La bajada de final de año del IPC se produjo pese a una tasa subyacente del 6,3% que colocó la cesta de la compra 830 euros más cara que doce meses antes, un 15,3%, según cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La cuestión es cómo reducir esa inflación subyacente, que no tiene en cuenta los productos energéticos ni los frescos. Los expertos creen que es más complicada de bajar y se puede llegar a cronificar.

Con datos comparados con noviembre de 2021, los alimentos que más aumentaron de precio fueron el azúcar, que se disparó un 50,2%, el aceite (31,5%), la leche (31%), los huevos (27%), los cereales (23%) y las patatas (21,5%).

Para detener esta situación de alimentos por las nubes y que asfixia a los ciudadanos, se abrió un debate consistente en si se debe poner un límite al precio de los alimentos básicos. La propuesta procedente del lado de Unidas Podemos del Gobierno de coalición se ha diluido ante las previsiones de unos efectos colaterales negativos de la medida, como el grave perjuicio a los pequeños comercios. En otros países del entorno, como Francia, hace unos años se puso en marcha la idea sin que fuera útil.

Los consumidores, como la organización OCU, apuestan por eliminar de forma temporal el IVA a los alimentos de primera necesidad saludables, como las frutas, las verduras, legumbres, arroz, pasta, carne, pescado, leche, huevos o el pan. Lo han solicitado al Gobierno, así como el aumento de los mínimos personales y familiares del contribuyente en el IRPF y la activación de cheques de alimentos para las familias más vulnerables.