Nadie puede exigir a un Gobierno -cualquiera que sea su color político-, que nombre a los enemigos para puestos relevantes ya sea en la administración o en cualquiera de los cargos que controla en el mundo de las empresas y sus alrededores. Pero nombrar a ... dedo a una persona con tan extrema proximidad al partido como es el señor Marc Murtra y hacerlo de manera desabrida y semiclandestina, en un consejo extraordinario celebrado un sábado por la tarde y hacerlo sin más explicaciones que las difusas y vagas del tipo de las que dio la vicepresidenta Montero de «había que dar un cambio» va un trecho muy largo que no es necesario recorrer. Cambiar la presidencia, ¿para qué? ¿Ponía en riesgo, el señor Pallete, la viabilidad de Telefónica? ¿Peligraba su arraigo? ¿Estaba el Gobierno disgustado con la dirección de su presidencia? Si es así, ¿por qué no lo dijo antes? Si no es así, ¿por qué lo hace ahora?
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La valoración de la gestión de Pallete depende del momento de compra de las acciones. Para los accionistas antiguos, el resultado ha sido malo, pues la cotización ha bajado mucho. Para los más recientes ha sido buena, pues la rentabilidad por dividendo se encuentra entre las más elevadas del Ibex 35. Como sucedía en el caso de los bancos, es necesario también juzgarla a la luz del entorno geográfico y sectorial en el que se mueve la empresa.
Pero no se engañe, esta no es una mera operación corporativa, ni se trata de ordenar y redirigir ninguna gestión, se trata de un mero asalto a una importante parcela de poder económico. No hace falta irse muy atrás en el tiempo para encontrar ejemplos de comportamientos similares realizados por otros gobiernos. Pero ahora hablamos de este caso. La SEPI ha invertido 2.300 millones de todos los españoles para satisfacer los deseos de poder de los españoles que nos gobiernan. Como precio es elevado, pero si lo pagamos a escote… resulta asumible. Si Sánchez se preguntaba ingenuo ¿quién nombra al fiscal general? -por cierto, cuyos wasaps controla la empresa-, ni le cuento lo ocioso que resulta preguntarse ¿quién nombra al presidente de Telefónica, que es una empresa que no es pública pero cuyos mayores accionistas son la SEPI y La Caixa, seguidos del BBVA?
No sorprende la actitud de los sauditas, los terceros en discordia, quienes solo necesitan saber que el señor Murtra es amigo del Gobierno y tiene su plácet, mientras que al señor Pallete le conocieron hace unos pocos meses y no habrán tenido tiempo de formarse una opinión concluyente. Tampoco sorprende la postura de La Caixa, convertida en el brazo armado del Gobierno para la ejecución de su política industrial. ¿La veremos en Talgo? Por el contrario, el señor Pallete ha cometido varios errores graves. Ni se ha afiliado al PSOE, ni ha visitado casas del pueblo con la suficiente frecuencia. Fíjese que cuando empezaron los movimientos accionariales se fue a Arabia Saudí a ver a los jefes de STC en lugar de ir a Waterloo en busca de apoyos… Es lo que tiene ser el eslabón más débil.
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