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Credibilidad, pasión y optimismo. También humildad y simplicidad. Sin olvidarse de la curiosidad y el estilo. Estos son algunos de los «once poderes del líder» y sirven para el mundo del fútbol y para quienes quieren sacar adelante un proyecto empresarial de forma exitosa. Jorge Valdano, exfutbolista y entrenador, comentarista deportivo y empresario, ha protagonizado el regreso del Foro Económico de El Norte a las sesiones presenciales y ha deleitado a los presentes con una charla en la que ha desgranado una colección de anécdotas del mundo del fútbol para ilustrar los valores que hacen que una empresa salga adelante... y los errores que pueden hacerla naufragar.
El Foro Económico de El Norte, en imágenes
«Un equipo es un estado de ánimo; una empresa, también y hay poderes que modifican el estado de ánimo», defendió Valdano, para quien tiene tanta importancia el talento individual como la fuerza del colectivo. Y, sobre todo, saber gestionar ambos poderes. «El talento necesita libertad porque la confianza lleva el talento al límite sus posibilidades». A la vez, «si uno quiere que un vestuario (o una empresa) funcione como una máquina, hay que lograr que todos los jugadores se sientan importantes, titulares o suplentes, sea cual sea su función».
Según el exdelantero argentino, igual de trascendente es la ambición que la humildad, sin la cual «es imposible llegar a buen fin». «Por muy campeones del mundo que seamos, debemos ser conscientes de que somos unos privilegiados. La vanidad es muy corrosiva y ha derribado imperios», recordó.
Un líder es aquél que, como el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, «tiene un gran amor a su tarea y lo transmite y contagia con una gran fuerza de seducción». Para Valdano, «no se puede ser entrenador si uno no es obsesivo y capaz de conseguir la identificación de los valores propios con los de la empresa».
No es tarea fácil y pocos lo logran, admitió. Lo que le llevó describir «el poder de la esperanza y el optimismo». «En la guerra, el pesimismo es alta traición y en la empresa, también –argumentó–. Libérense de los pesimistas porque terminan contagiando a los demás». Eso sí, «transmitir optimismo requiere creatividad, porque no podemos estar siempre con el mismo discurso y, para que cale, hay que ser original».
Para Jorge Valdano, el estilo no es algo que abarque solo la forma, sino que llega hasta el fondo. «No digo que el estilo sea mejor que ganar, pero está antes que el resultado. No hay nada más fácil que perder tres partidos seguidos. Llega entonces el riesgo de desmoronarse y no hay mejor refugio entonces que el estilo». En la cultura corporativa, definir y mantener un estilo propio es «algo que tiene que ser sagrado y caer como lluvia fina». «Todos deben saber de qué tienen que enorgullecerse y de qué avergonzarse».
En su rosario de anécdotas ilustrativas, el ahora comentarista deportivo evocó la charla que Juan Antonio Corbalán daba a los jóvenes baloncestistas cuando se incorporaban al Real Madrid. «¿Quién crees que es más importante en el club, tú o el presidente?, les preguntaba». Cuando los recién llegados rendían pleitesía al escalafón, Corbalán les aclaraba los conceptos. «¿Qué importancia tiene el presidente cuando tú tienes la pelota en las manos?». Valdano ilustraba así cómo «el último empleado de una empresa, ante un cliente, tiene a la empresa entera en sus manos».
El respeto al otro, defendió, es otro de los factores que contribuyen al éxito. «Hay pequeñas cosas que tienen un gran valor, como la de hacer lo que decimos que vamos a hacer y tratar al grupo con exigencia, pero a la vez con respeto». La humanización puede parecer «algo demasiado blando para el mundo empresarial», comentó, pero «el rendimiento es muchísimo mayor cuando hay ética y compromiso».
Por otro lado, en los tiempos que corren, cuando «en cualquier ámbito, se dobla el conocimiento cada dos años, es casi imposible estar permanentemente actualizado», admitió. Ahora bien, «los curiosos tienen mucho terreno ganado siempre que también tengan criterio». «Vivir toda la vida con el conocimiento adquirido en la universidad es algo ya imposible. El director deportivo del Real Madrid es licenciado en Filosofía», recordó.
En el turno de preguntas de los asistentes a un encuentro que patrocinan el Banco Sabadell, Gullón, Corporación Llorente y Collosa, Valdano advirtió de que «de la pandemia no vamos a salir muy cambiados ni mejores». «Somos como somos y debemos tenernos bajo vigilancia porque el ser humano puede ser muy bondadoso o muy agresivo».
Por otro lado, no tuvo inconveniente en «entrar en contradicción» consigo mismo al afirmar que «también un gran ego puede hacerte más productivo, como se ha visto en el caso de Cristiano Ronaldo». «A veces la vanidad ayuda a superarse; pero en una empresa, si el jefe máximo está enfermo de vanidad, eso se filtra hacia abajo y pudre la convivencia».
Preguntado por las posibilidades del Real Valladolid de derrotar mañana al Atlético de Madrid, Jorge Valdano ha optado por el positivismo. «Sé que no es fácil motivar a alguien que se enfrenta a un equipo que se juega el campeonato y a la vez necesita otros resultados. Pero al Atlético le falta el último escalón y ese es el más difícil de todos. Se sube con miedo y lo hemos visto muchas veces en muchos deportes. El Atlético puede tener su Tenerife (donde el Madrid perdió dos ligas en la última jornada) en Valladolid».
Simeone y yo somos de equipos y escuelas distintas, ideológicamente enemigas, pero él ha logrado triunfar con el valor de la convicción, de la autenticidad, eligiendo un patrón de liderazgo que se ajusta a su personalidad». Jorge Valdano narró, dentro de la colección de anécdotas que le sirvieron para ilustrar los poderes del líder, cómo después de ver al Barça de Guardiola ganar seis títulos seguidos, el Cholo comentó: «Eso no es para mí».
«Mi destino no es el suyo, yo no soy así –apostilló Valdano–. Pero él tiene una convicción muy grande y ha hecho un equipo que se parece a él. Manda a los jugadores a sufrir, no a divertirse como Guardiola, y van todos como un solo hombre. Ha cambiado la historia de Atlético. Es muy diferente a mí pero me saco el sombrero ante él».
Seguidor de la escuela de César Luis Menotti (el Cholo es más de Bilardo), el conferenciante recordó cómo Menotti le enseñó siendo juvenil a no sentirse inferior a jugadores «como los alemanes: fuertes, rápidos, grandotes». «Son fortísimos, le dije. No, respondió. Fuerte es usted que convive con los microbios y las bacterias desde que nació. A un alemán, en su casa, lo sacan en camilla en una semana. Contrarrestó así nuestro miedo y al final fuimos campeones». «El líder sabe crear optimismo e ilusión. Eso no significa vivir fuera de la realidad, sino mirar el futuro con la esperanza de que las cosas van a ser mejores», sentenció. Sin olvidar la cultura del esfuerzo, que Valdano ejemplificó con una máxima de otro técnico argentino, Marcelo Bielsa: «No es lo mismo comprarse un coche con el dinero obtenido de tu trabajo, que con el ganado en la lotería».
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