Pérez-Sala: «La flexibilidad es el secreto de las nuevas relaciones laborales»

Manuel Pérez-Sala es una persona clarividente en la idea y en el verbo. En su calidad de presidente del Círculo de Empresarios, lo ha demostrado esta mañana en el Foro Económico de El Norte de Castilla, donde ha esbozado las líneas maestras de las propuestas de esta organización para mejorar la competitividad económica de nuestro país, a sabiendas de que «vivimos tiempos difíciles» en los que, a su juicio, «las bases que sustentan la democracia está en entredicho» debido a la «actuación constante de la coalición que gobierna» en España.

La actual democracia, que ha definido como «aparente«, se aparta de la realidad del empresario, que pasa por la creación de riqueza con base en los reconocimientos constitucionales de la propiedad privada, de la libertad de empresa y de la libertad individual. «El empresario es el motor de creación de riqueza y empleo y su seguridad debe ser protegida, y no perseguida para distraer la atención de los errores del Gobierno», ha aseverado Pérez-Sala, que ha citado a Churchill para recordar que al empresario 'unos lo ven como el lobo que hay que abatir y otros como la vaca que hay que ordeñar, en lugar de hacerlo como el caballo que tira del carro'. «La actual izquierda confunde el papel que debe desempeñar el Estado y entiende que hay que repartir la riqueza existente sin tener en cuenta que, una vez repartida, solo queda desolación y tristeza», agregó el presidente del Círculo de Empresarios.

La crítica de Pérez-Sala no está vacía, sino que es constructiva, con base en una serie de recomendaciones que hace el Círculo de Empresarios para mejorar la competitividad del Estado, empezando por un Estado al servicio de los ciudadanos, y no al revés, donde haya una separación de poderes efectiva, con sus correspondientes contrapesos, merced «a una necesaria reforma en el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial para despolitizarlo«. Además, en su opinión, hay que fomentar que el parlamento «llegue a grandes consensos, ya que, sin estos, ninguna ley es perdurable en el tiempo», así como hay que buscar que «instituciones como el CIS sean independientes y dirigidas por personas con un mérito curricular». No en vano, la apuesta de la organización por el mérito es clara, como, de igual modo, lo es por la igualdad de oportunidades vertebrada esta sobre una seguridad jurídica que ayude a la inversión y a la creación de empleo.

Entre los cambios por los que aboga el Círculo de Empresarios se encuentra una reforma económica que ayude a paliar la media de paro de 15% que España ha tenido en los últimos 30 años, el mayor porcentaje de la Eurozona, puesto que «el paro es el origen de la mayor desigualdad en nuestro país», uno que no ha favorecido la reforma llevada a cabo por el Gobierno, a tenor de las palabras de Manuel Pérez-Sala. «Lejos de ser positiva, va a suponer un retroceso en el mercado laboral por un diagnóstico mal realizado. Se ha puesto el foco en el número de contratos y esta cifra está perdiendo su utilidad por la introducción de los fijos discontinuos, que cambian el nombre a la temporalidad y no han solucionado nada», valora. En este sentido, la tendencia, para él, debería ser «simplificar el sistema de contratación con contratos de aprendizaje, temporales e indefinidos», en tanto en cuanto, para la organización, «la flexibilidad es el secreto de las nuevas relaciones laborales», una máxima que debería aplicarse y venir acompañado de otra serie de ajustes.

Uno de ellos tiene que ver con los mecanismos de despido, donde «se debe alcanzar una fórmula que losd agilice, pero con garantías para el trabajador. Proponemos la creación de contingencia, que en el contexto europeo se conoce como la mochila austríaca, a nombre del trabajador en el que figuren sus dotaciones a la Seguridad Social. Esto reduciría la cotización y el despido y acercaría la indemnización a la media europea (de 15 días, en lugar de 33), aunque mantendría una protección del trabajador en tanto en cuanto tendría un fondo para cubrir sus necesidades en caso de que ese despido se produzca, que podría llevarse a otra empresa o, incluso, incorporarlo al final de su vida laboral a la reserva de su jubilación», una que, en todo caso, Pérez-Sala manifiesta que debería retrasarse, con base en el incremento de la esperanza de vida sobre la edad de jubilación. Esta cuestión, como manifestó, desahogaría también el sistema de pensiones.

Con la subida de cotizaciones y la privación de libertad a los autónomos «para elegir la forma en que reciben y pagan prestaciones», el Gobierno ha agravado la presión respecto de este sistema, desequilibrado desde tiempo atrás. En este sentido, la propuesta del Círculo de Empresarios es «un sistema de cuentas nocionales, que consiste en anotar todas las contribuciones hechas a la Seguridad Social que será la base que permita llegar con un fondo a la jubilación». De esta manera, al estar la pensión relacionada con las aportaciones al sistema, este tendría un mayor equilibrio, que se terminaría de compensar con otros mecanismos como el retraso de la jubilación y con la habilitación de una figura de voluntariedad en dicha jubilación. Por ella, una persona podría retirarse a los 68 años, dejando de percibir un 15% de la cantidad determinada, si bien este porcentaje tendería a cero hasta los 70 años. Si, por el contrario, la persona decidiera seguir trabajando hasta los 72 años, tendría una compensación respecto de lo correspondido de hasta un 22% sobre la pensión.

Con todo, el sistema impositivo debería cambiar también, ha analizado Manuel Pérez-Sala, dado que «la conclusión alcanzada por el Gobierno respecto de la tributación de España dentro de los estados-miembro es equivocada y anacrónica»; utilizando un símil, es «como si a un enfermo débil se le sangra». A su modo de ver, «se están drenando los recursos de la parte de la economía que está creando riqueza», por lo que es fundamental una bajada de impuestos como el de sucesiones y la supresión de algunos como el de patrimonio, los transitorios a la banca, a las energéticas o el de solidaridad, puesto que «la razón diferencial para que la presión fiscal sea más baja que la media europea no responde a los pocos tipos impositivos, sino al desempleo, y a que, con los niveles de paro que hay en España, la capacidad recaudatoria es menor». De esta manera, asimismo, se buscaría paliar un mal importante en nuestro país, y es que «tenemos unos niveles de economía sumergida muy altos, en cierta medida, por la alta progresividad de los impuestos». En su conjunto, estas decisiones aliviarían la carga fiscal y permitirían abordar con dinamismo la reducción de desempleo.

Esta bajada de impuestos debería ir acompañada, considera el Círculo de Empresarios, de una racionalización del gasto público, que viene de superar el 50% del PIB, «un porcentaje que nuestro país no se puede permitir», ha aseverado su presidente. Para él, el peso del Estado «se tiene que limitar al 40%«, un promedio que no es baladí, sino que está basado en la comparativa con países del entorno y fundamentado en la capacidad de financiación de nuestro estado de bienestar, partiendo, además, de que un mayor gasto público no significa una mayor calidad». «España es el único país de la Unión Europea con cuatro niveles de administración: Estado, comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. Mientras todos los países europeos han reformado sus sistemas al menos dos veces, aquí tenemos 8.100 atuntamientos, que son los mismos que en la Constitución de Cádiz de 1812», ha defendido Pérez-Sala para demandar una reducción en busca de una mayor eficiencia, a partir de aglutinar ayuntamientos que amparen a 15.000 ciudadanos, cifra que fijó para una mejor capacidad de administración de recursos.

«Esto traería un ahorro de entre diez y quince mil millones de euros», una reducción en estructuras administrativas a la que cabe sumar otros 4.500 millones en diputaciones. El cascabel al gato, quién o cómo suprimir estos organismos, no es sencillo, asume el mandatario, ya que «más del 50% del gasto de diputaciones es político, no puramente administrativo, y si esto no se limita es porque, en el paso a ser diputados, a tener secretaria y coche oficial, se crea un conflicto de intereses». Con todo, Manuel Pérez-Sala cifrael posible ahorro total en gasto público con estas medidas en 30.000 millones de euros... lo que, efectivamente, permitiría reducir impuestos.

Por último, el presidente del Círculo de Empresarios ha defendido la necesidad de una reforma en la educación que fomente el deseo de los ciudadanos de incorporarse a la vida laboral «queriendo aportar, y no recibir del Estado»; deseando en mayor medida que ahora ser empresario y no funcionario, puesto que, para él, «es fundamental recuperar el compromiso de todos los ciudadanos por construir». Entre sus propuestas concretas en este tema está la apuesta por la formación profesional dual, que ocupa apenas un 3% del total del modelo actual, frente a un 50% de lo que sucede en Alemania, así como del desarrollo de una universidad dual para la adquisición de capacidad de empleo. Con ello, España se garantizaría «su futuro y el de sus jóvenes, el derecho a emprender y a transformar la sociedad» en un contexto que, en resumidas cuentas, con todas estas propuestas, sería «libre y estable».

«Necesitamos que el Estado incentive la actividad económica y no que la penalice y quite competitividad a la economía. El empresario es y debe ser el motor económico del empleo, el caballo que tira del carro de la modernidad», volvió a ejemplificar Manuel Pérez-Sala, antes de dejar una última reflexión. «Si no reformamos el país, perderemos el tren de la historia», una conclusión que ha calado hondo en el público asistente al Foro Económico de El Norte de Castilla, que cuenta con el patrocinio de Banco Sabadell, Gullón, Soluciones Llorente y Collosa y con MediaMarkt Bussines Solutions como socio tecnológico.

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