Juan Pedro Moreno, esta mañana. LAYA

«Las pymes y las grandes empresas compiten al mismo nivel por primera vez en la historia gracias a la tecnología»

La inteligencia artificial y la robótica no destruirán empleos «pero sí los cambiarán radicalmente»

d. b. p. / word

Jueves, 16 de enero 2020, 13:26

El presidente de Accenture, Juan Pedro Moreno, ha protagonizado una nueva edición del foro económico de El Norte de Castilla. Dicho foro, titulado 'Giro inteligente', ha estado patrocinado por CGB Nuevas Tecnologías, Laboral Kutxa y Global Exchange y ha contado con la colaboración del hotel ... Salamanca Tryp Montalvo.

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La intervención de Moreno ha girado en torno a la transformación que está experimentando el mundo empresarial empujado por la «democratización brutal» de la tecnología y por los cambios en los hábitos de consumo. Nos adentramos en «una era de disrupción» para empresas y consumidores. La economía está experimentando «movimientos brutales, que no van a parar» y las empresa «deben replantearse no cambiar lo que hacen, sino cómo añadir valor» a sus productos y servicios «para competir». Si no hacen nada «las empresas caerán en la irrelevancia o desaparecerán». Moreno es optimista y cree que gracias a las posibilidades de la tecnología «las pymes y las grandes empresas compiten al mismo nivel por primera vez en la historia. Hoy es fácil competir a escala sin tener escala».

Juan Pedro Moreno alcanzó esta conclusión tras explicar cómo está cambiando el paradigma empresarial y de consumo. Hoy en día los consumidores ya no se basan en la relación calidad/precio para comprar, sino «en la experiencia que les reporta». La calidad y el precio «se sobreentienden» en la sociedad actual, así que se miran otros detalles como el tiempo que tardan en traer el producto a casa o la gestión de las devoluciones. «Y eso lo cambia todo, porque si la experiencia no es la que el consumidor quiere, el producto no se vende», añade. ¿Cómo mejorar dicha experiencia? Juan Pedro Moreno señala a la tecnología y a herramientas como la «hiperpersonalización», porque «los consumidores quieren su producto no un producto. Es un elemento importantísimo para la experiencia», citando como ejemplos la venta de latas de refresco con nombres propios o la personalización absoluta de las tarifas de móvil.

El uso de «plataformas» también despunta en el nuevo panorama económico y empresarial. A través de ellas se llega «a más mercados. Unos sectores entran en otros sectores y combinan productos y servicios», como la empresa eléctrica que también vende gas o los bancos que venden televisiones. La «prescripción» sigue esta línea: si una empresa se gana al consumidor porque ofrece una experiencia muy buena, podrá recomendar productos de otras compañías más fácilmente. El ejemplo más recurrente es Amazon, que empezó vendiendo libros y hoy es el mayor supermercado digital del mundo.

El uso de la tecnología, en resumen, puede aportar «experiencias» al usuario y trastocar el modelo de negocio de cualquier empresa. El producto no será mejor ni más barato, pero la experiencia de adquirirlo marcará la diferencia y, si el consumidor está satisfecho, estará dispuesto a adquirir otros bienes de esa misma compañía. El ponente puso el ejemplo de EE UU, donde la mitad de su población estaría dispuesta a contratar un seguro a empresas tecnológicas, porque extrapolan su experiencia con ellas a otros campos. La expansión «es imparable».

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Empleo

La pregunta que siempre se plantea al hablar de tecnología es si ésta acabará con algunos puestos de trabajo o contribuirá a crear otros. Juan Pedro Moreno cree que «nunca ha acabado con el empleo», ni siquiera en la revolución industrial, «pero sí los cambiará radicalmente, con profesiones nuevas» y con empleados que deberán dotarse de «habilidades nuevas. La tecnología obligará a cambiar las habilidades de los trabajadores» y «dará más oportunidades» a gente que nunca pensó en trabajar con tecnología. La clave es la educación y la formación, pero en ese aspecto «se trabaja muy poco» en España. También pide que hay adoptar los dos puntos de vista. «Cuando consumimos disfrutamos de la tecnología, cuando trabajamos decimos que es mala» porque puede acabar con nuestro empleo, pero «pocos trabajadores creen que la técnica no les pueda ayudar. La tecnología no les reemplazará. Hay que ser pragmáticos»

Preguntado por su opinión sobre la educación actual, opinó que el modelo está «obsoleto» y que «no se cambia porque no le da la gana a nadie». Está «muy centrado en las competencias técnicas» cuando la nueva economía pide «competencias más humanas y 'blandas'» como la empatía. La educación es una herramienta «importantísima para articular la economía digital y dar más oportunidades a las empresas». En un sentido más amplio, cree que también hay que educar para acabar con los «mitos» en torno a la inseguridad del comercio digital.

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Finalmente, lamenta que la UE está empeñada en convertirse «en una isla con otras reglas». Europa «está perdiendo la batalla de la transformación» mientras EE UU y China invierten en inteligencia artificial y robótica. «Salvo Spotify no hay ninguna plataforma mundial europea. La UE tiene un problema que no quiere reconocer». El estado del bienestar «ha ido demasiado lejos y está empezando a poner peligro la capacidad de desarrollo y evolución. Las cosas tienen un límite. No digo que el norteamericano, que es muy amplio y muy abierto sea el mejor, porque no hay un país peor para ser pobre que EE UU. Ni es eso, ni tampoco nuestro extremo, en el que el estado del bienestar esclerotiza cualquier oportunidad de ser competitivo, de innovar y de moverte hacia adelante. Es muy complejo de resolver», apuntó. «Soy el primero que apuesta por el trabajo decente, por supuesto, pero con todas las reglas queremos hacer de Europa una isla y eso hace muy complicada la situación», como el uso masivo de energías renovables, que elevará los costes eléctricos, cuando la tecnología aún puede ganar en eficiencia.

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