Redacción / word
Martes, 17 de diciembre 2019, 13:08
El profesor de Economía de la IE Business School, Fernando Fernández, aseguró, con respecto a las señales que apuntan a que España está entrando en una situación de desaceleración económica en los últimos meses, Fernando Fernández confirmó que dicha tesitura «es una realidad», pero matizó que «no es una vuelta a la crisis de 2010», puesto que esta fue «la crisis más dura que ha tenido España desde la Guerra Civil».
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Fernández participó este martes en una nueva edición del Foro Económico de El Norte de Castilla, con la conferencia 'Tendencias económicas globales y el futuro de la economía española. ¿Qué se puede esperar?', organizaco con el patrocinio de CGB Nuevas Tecnologías, Laboral Kutxa y Global Exchange, y la colaboración del hotel Tryp Montalvo, donde se celebró el evento.
«Nunca ha habido una caída tan drástica y tan brutal de la economía, del empleo y de la productividad como entre 2010 y 2014», recordó Fernández, quien no obstante calificó dicha situación como «excepcional» en contraposición a la actual, que definió como «desaceleración cíclica que, no obstante, tiene consecuencias económicas».
Y es que, como señaló el economista, «cuando creces al dos por ciento, creas menos empleo, los salarios pueden subir menos y las empresas venden menos que cuando subes al tres por ciento», lo que genera «una situación económica diferente pero que es puntual». Por ello, Fernández concluyó que lo importante es «ver qué vamos a hacer hacia 2025, porque para recuperar las tasas de crecimiento del tres por ciento en los próximos cinco años, hay muchas cosas que hacer».
El experto, alertó también sobre el «bloquismo político» que vive España, al contar con «una política muy fraccionada pero muy de bloques, que hace muy difícil avanzar en las reformas de los problemas estructurales de la economía española», y que por tanto es, en opinión del experto, «económicamente suicida». Fernández señaló, además, que el «sistema multipartidista» instalado en España en los últimos cuatro años conlleva «dos consecuencias claras».
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«La primera la vemos en lo que dijo ayer el Banco de España: vamos a aumentar, por primera vez en seis años, el déficit público en vez de reducirlo», explicó Fernández, quien consideró esta situación una consecuencia de «la fragilidad política y de un Gobierno necesitado de hacer populismo económico en una campaña electoral permanente».
Como segundo resultado de la entrada de más partidos en el Parlamento, Fernández cifró la «dificultad de realizar grandes acuerdos nacionales en una situación política de bloques», puesto que «los problemas de la economía española, que tienen que ver con las pensiones y la financiación de la sostenibilidad de las cuentas públicas, no se van a solucionar con un acuerdo de derechas o de izquierdas, sino que requieren un acuerdo de amplio espectro político».
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Todo ello, además, en un contexto donde las tendencias globales, que «tienen más que ver con la geopolítica que con la economía», dibujan «un escenario que, más allá de la crisis económica de la que todo el mundo habla, establece un nuevo orden internacional», lo que se traduce para España en «un entorno económico más difícil, más incierto, con menos crecimiento, más competidores, y donde el país tiene que jugar unas bazas a las que no está acostumbrado».
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