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Aldo Olcese, durante su intervención en el Foro Económico de El Norte de Castilla. CARLOS ESPESO
FORO ECONÓMICO DE EL NORTE DE CASTILLA

Aldo Olcese: «Tiene que haber una cohabitación inteligente con China»

Miembro de la Real Academia de Economía y presidente de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora, apela «a la confraternidad» y a la cercanía con el gigante asiático para salir de la crisis actual

Jesús Domínguez

Valladolid

Miércoles, 19 de octubre 2022, 13:44

La Revolución Francesa se vertebró sobre tres grandes pilares, que ejercen de sustento de las democracias actuales: la libertad, la igualdad y la fraternidad. Sin embargo, esta última esencia se encuentra en la actualidad en decadencia, caída en el olvido, o así lo considera Aldo Olcese, doctor en Economía Financiera y cabeza visible desde hace dos décadas de la corriente de pensamiento económico vinculada a la responsabilidad social de la empresa y al buen gobierno corporativo, protagonista este miércoles del Foro Económico de El Norte de Castilla.

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Olcese disertó en esta jornada, patrocinada por Banco Sabadell, Gullón, Corporación Lorente y Collosa, sobre 'Un mundo en convulsión: la nueva economía que viene', un mundo en el que reivindicó una mayor presencia de la fraternidad. «A la libertad le hemos dedicado mucho esfuerzo y a la igualdad se lo estamos dedicando, en general, para acabar con las desigualdades«, analizó, si bien apeló a un valor que es individual y que siente despreocupado. «No se me ocurre nada mejor que volver a mirar a nuestros propios bolsillos y a la fraternidad. Esta crisis no la va a arreglar ningún boletín oficial de ningún país: la solución está en nuestros corazones y en nuestras cabezas», apeló.

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El humanista no ocultó que «puede parecer un poco naíf o utópico reivindicar la utopía en un mundo donde vivimos de la contrastación científica y tecnológica», pero, en todo caso, invitó «a sacar del cajón al ser humano y anteponerlo a las organizaciones», pues solo a través de la fraternidad y de abrir los corazones en la sociedad se entenderá «la necesidad de hacer políticas de acuerdos con la denostada China y pactos de Estado entre los partidos políticos más importantes». Como recordó Aldo Olcese, estos, hasta ahora, «nunca han sucedido» –«desgraciadamente», apostilló–, aunque «es urgente» su celebración y acabar con la división y con la confrontación política.

El peso de China

Si bien la guerra en Ucrania y las consecuencias derivadas de la pandemia mundial son factores influyentes en la situación económica actual, sus orígenes son anteriores y sus causantes mayores. Los mecanismos de autodefensa de la sociedad han derivado en la sobrerreacción en la protección ante la crisis y en un ajuste excesivo de los precios, en el que se percibe, además, un incremento de los beneficios de las grandes compañías de sectores estratégicos por encima del aumento de los costes de producción. Esto es, a ojos del economista social, un ejercicio de «codicia» de dichas empresas, que se une «al desánimo colectivo» de la población, que se encuentra de por sí, acentuado «por la confrontación y por las tensiones perennes» de la clase política.

Asistentes al Foro Económico de El Norte de Castilla en el espacio La Granja de Valladolid. CARLOS ESPESO

Este clima es general, no exclusivo de España, ni se encuentra restringido a la invasión de Ucrania. Tiene que ver con los populismos, pero también, en mayor medida si cabe, con un actor principal, aunque frecuentemente denostado, como es: China. «Hay una confrontación mundial con dos grandes bloques con distintos grados de participación en intensidad y con riesgos añadidos como las sanciones cruzadas. Medio mundo está sancionando a Rusia, China, Irán o aquellos países que no son sociedades democráticas como nosotros entendemos que debe ser la democracia, pero todavía no hemos visto a ese bloque sancionándonos a nosotros. Si empezara a hacerlo, principalmente China, tendríamos serias dificultades», apercibió Olcese.

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Así lo sufrieron Letonia y Estonia el pasado mes de febrero; China dejó de venderles los componentes tecnológicos necesarios para su industria y su PIB cayó en un 90% en ese inicio de 2022, debido a la gran dependencia que hay del gigante asiático. No en vano, la percepción de Aldo Olcese es de que «vamos hacia un nuevo orden global» en el que será necesario «asumir una nueva realidad, que es que el poder de China es tan fuerte y tan importante que no vamos a poder doblegar ni eliminar su comunismo a través de sanciones». Utilizando un símil boxístico, el especialista económico explicó que antes el púgil americano era un peso pesado y el chino un wélter, más ligero. En cambio, ahora «los pesos de los contendientes son similares… por no decir que el de China está cerca de superar al americano a no mucho tardar».

Esto se debe a que en los tres grandes vectores de la confrontación tecnológica, el 5G, los semiconductores y el metaverso, China es superior «por goleada», hecho favorecido por los «60 millones de personas que se dedican a inventar cosas en la industria y en la tecnología» y a que cuentan «con unos medios de financiación espectaculares». Olcese, sobre esta cuestión, invitó a hacer un examen de conciencia sobre lo que a su manera de ver es «la realidad»: «Siendo tan reprobable [a ojos de occidente], ¿cómo puede ser el mayor financiador de deuda americana, uno de los mayores de España y uno de los financiadores de 160 países en el mundo? ¿Cómo puede ser que aceptemos su dinero y su tecnología y no queramos competir con ellos en comercio? Tenemos que trabajar en positivo e intentar llevarles a nuestro terreno permeando, a ellos, cosas nuestras, y nosotros, cosas buenas suyas, que las tienen».

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La figura de Xi Jinping

Este ejercicio –podría decirse– de aperturismo de occidente debería ir de la mano de la intención de China de tender la suya. La reedición del mandato de Xi Jinping puede ser vista de ese modo. Así lo percibe Olcese. «China desea establecer una nueva política de alianzas. En los próximos cinco años, yo creo que va a abrirse una era de colaboración, y que en ese paquete se va a incluir el final de la guerra en Ucrania, porque China va a dejar de apoyar a Rusia. La política de Trump empujó a China a una relación próxima a Rusia, pero creo que hay muchos elementos para que las aguas vuelvan a su cauce. Mi impresión es que la guerra está cerca de terminarse», ponderó el economista.

Preguntado por uno de los asistentes por las políticas de China y su adecuación, entre otras, a las economías verdes, Aldo Olcese recordó que el país asiático «está migrando hacia un modelo más verde desde hace tres años» y está desarrollando «un montón de cosas» que, con su idiosincrasia, le acercan a un modelo occidental. En todo caso, «hay que ir cediendo para llegar a un punto común», apuntilló, dado que, sin querer caer en el catastrofismo, dejó claro que esa cohabitación inteligente es necesaria porque, de lo contrario, «el nuevo orden global no va a poder sustentarse mediante la confrontación y sin riesgos para la humanidad; no de una guerra nuclear, sino de una económica».

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Aldo Olcese, durante la respuesta a las preguntas de los asistentes al Foro Económico de El Norte de Castilla en Valladolid. CARLOS ESPESO

Salarios e impuestos

Aldo Olcese, doctor en Economía Financiera, apuesta de cara a la economía que viene, que centró su intervención en el Foro Económico de El Norte de Castilla, por unas políticas inexploradas por los agentes políticos, como son el subir los salarios y, a su vez, bajar los impuestos «para combatir la inflación y recuperar la competitividad». En un mundo en convulsión como el actual, en el que cada vez «nos protegemos más de los efectos de la crisis» y en el que cunde «el desánimo en la ciudadanía», Olcese, un liberal confeso, instó «a reconducir la situación» para evitar que los gobiernos intervengan, tal y como ha sucedido tras comprobarse que las empresas que han subido los precios no hicieron «el ejercicio de responsabilidad social y buena gobernanza de incrementar sus precios por encima del sobrecoste».

Con todo, el humanista explicó su propuesta: «Si no hay una dinamización económica, el gobierno puede tener la tentación de atender a las clases a través de impuestos. Los impuestos han reaparecido como parches a la debilidad económica. Yo considero que habría que bajar los impuestos para que exista una inversión mayor, para incrementar la actividad y que con ese incremento haya una mayor recaudación, y que, a la vez, se tendrían que subir los salarios; así el trabajador sería más productivo, se mejoraría la competitividad y crecería el consumo».

En opinión de Aldo Olcese, esto puede ser un círculo vicioso o virtuoso en función de la aplicación real de unos y otros. «El Gobierno desconfía que las bajadas de impuestos se conviertan en un incremento de los beneficios por parte de los empresarios y estos no suben los salarios por si no sube la productividad», reconoció el economista social, que también puso la solución sobre la mesa: un pacto de Estado que incluya a las grandes formaciones políticas del país para sustentar lo que considera una necesidad, como es poner el foco sobre el individuo y recuperar «la fraternidad».

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