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Julio G. Calzada
Valladolid
Viernes, 1 de septiembre 2017, 20:29
Carlos Ghosn, presidente de Renault, anunció en París, en la primera ocasión en la que el todoterreno palentino Kadjar pisaba el Salón del Automóvil de la capital francesa que este vehículo, todo un éxito de ventas después, contaría con un motor dotado con un sistema de ayuda eléctrico. Poco después, también se anunciaba que ese mismo tipo de propulsor, no es un híbrido, pero se le parece, también se montaría en los modelos Mégane que se fabrica en la factoría de Villamuriel de Cerrato, en Palencia. Pero después llegaron los cambios en las normativas de control de emisiones contaminantes de los vehículos. La última ha entrado en vigor el 1 de septiembre en la Unión Europea y ha provocado cambios en las empresas automovilísticas que, pese a su lamento de que no llegarían a tiempo y de que era necesaria una moratoria, no han logrado de las autoridades europeas más tiempo para adaptar los motores de los automóviles que salgan a la venta a estas nuevas especificaciones, mucho más restrictivas sobre la expulsión de partículas contaminantes por los tubos de escape de los automóviles. Esta necesidad de adaptación ha afectado en el caso de las empresas radicadas en Castilla y León a Renault, que finalmente ha renunciado a dotar de nuevos motores con ayuda eléctrica a dos de los productos de su gama de mayor venta y demanda en el mercado: El Mégane yel Kadjar. Ambos modelos se fabrican en Palencia. El efecto de las nuevas restricciones puede ser mayor aún y exigir importantes cambios a la compañía en su factoría de Motores, situada en Valladolid y de la que el año pasado salieron más de un millón de propulsores diésel, precisamente los que más se mirarán con lupa por parte de las autoridades medioambientales a partir de ahora.
A finales del año pasado, en la presentación de uno de los últimos modelos de Mégane en Illescas, Toledo, desde Renault se adelantó que los motores diésel de 110 caballos que se fabrican en la planta de Valladolid serían los primeros en los que la multinacional Renault instalaría sus nuevos sistemas ayuda eléctrica a la conducción. El hecho de que se trate del motor más montado por los modelos ensamblados en España convertía a Mégane uno de los primeros que dispondrá también de esta tecnología de asistencia híbrida a la motorización.
El sistema, desarrollado desde la tecnología de la Fórmula 1, alimenta un grupo de baterías a través de las frenadas que permiten facilitar una ayuda al motor en los momentos que más lo necesita. Renault confirmó en noviembre del año pasado que Mégane contaría con ese nuevo motor ‘Hibrid Asistance’ en el primer semestre de este año. De hecho, sí se ha instalado en algunas versiones de Scénic.
Según anunció unos meses antes el presidente mundial de la compañía, Carlos Ghosn, el Kadjar, que se fabrica en Palencia, sería otro de los modelos en los que se instalaría esa tecnología llegada directamente del mundo de la competición, pero la normativa manda y las nuevas exigencias de prueba de emisiones en condiciones de circulación real han hecho que la firma del rombo decida que, al menos por el momento, ni el Mégane ni el Kadjar contarán con esta tecnología.
Desde Renault señalan que los cambios aplicados a la normativa sobre contaminación reclaman en la actualidad que las compañía automovilísticas incrementen su esfuerzo en investigación para ajustar las condiciones de sus motores. En el caso de Renault, los departamentos de Ingeniería, aseguran, trabajan en estos momentos «al 140%» para adecuar sus productos a estas especificaciones. En este sentido, el director de Comunicación de Renault, Jesús Presa, precisó en la jornada de ayer que todos los modelos de Renault cuentan con esta homologación a las condiciones que se reclaman desde la administración pública y recordó se mantiene le trabajo para alcanzar los objetivos de cumplir con las homologaciones futuras en el momento en el que sean impuestas por la Unión Europea.
Presa, quien presentó en Valladolid el pabellón de Renault en la Feria de Valladolid, destacó también que todas estas modificaciones aceleran el proceso de implantación de los vehículos eléctricos, una de las apuestas de la compañía que preside en España el vallisoletano José Vicente de los Mozos. El Departamento de Ingeniería es uno de los que más ha crecido en estos años en España donde la cifra de ingenieros que trabajan para la multinacional automovilística se acerca al millar, muchos de ellos contratados a través del programa Renault Experience que cada año permite a un grupo de recién egresados realizar prácticas en la compañía.
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