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En 1980 la empresa Indal, pionera en el desarrollo de tecnología LED puso en marcha una fábrica en Valladolid, que fue adquirida por el grupo Philips en 2012 y, posteriormente, en 2016 la división de alumbrado de Philips se separaría del grupo, pasando a ser Signify. Para el director de la fábrica de Signify en Valladolid, Arturo González, «la presencia de Signify en la ciudad de Valladolid es un reflejo del claro compromiso de la compañía con la innovación».
–Líder en iluminación. ¿Qué soluciones de iluminación salen de Valladolid?
–Actualmente, desde aquí se fabrican productos de iluminación exterior de principio a fin para proyectos de todo el mundo. Recibimos las estructuras para las luminarias de Saeta Die Casting, fundición ubicada en esta ciudad, y contamos con una instalación propia para la fabricación de los componentes LED. De esta forma, ensamblamos y comprobamos los LED en la propia fábrica, asegurándonos de que las luminarias cuentan con la mayor calidad, A la vez que reducimos los plazos de fabricación.
–¿Y si hablamos de productos más concretos?
–Fabricamos soluciones de alumbrado público, proyectores para instalaciones deportivas y luminarias solares que permiten aprovechar un recurso natural como es la energía solar.
–En el logro de un futuro más ecológico, las renovables juegan un papel importante. ¿Cómo responden al reto de mitigar el impacto ambiental?
–En los últimos años se ha hablado mucho sobre la forma en la que producimos energía. Debemos seguir invirtiendo en formas más eficientes de producción, pero en este momento de crisis energética, nuestra prioridad debería estar enfocada también en reducir el consumo energético apostando por tecnologías eficientes. Desde Signify estamos comprometidos con esta transición y para ello consideramos fundamental reducir el consumo energético. Por eso, la eficiencia energética es uno de los pilares de nuestra innovación. Desde la aparición del LED, trabajamos por adaptar y mejorar nuestras tecnologías para que cada vez sean más eficientes.
–¿Y a esa eficiencia se le pueden poner números?
–Por poner un ejemplo de los ahorros que se podrían conseguir cambiando a tecnologías más eficientes, si se actualizase la iluminación convencional de las calles de una ciudad, unos 10.000 puntos de luz, a tecnologías LED conectadas se podrían obtener unos ahorros anuales en torno a 792.000 euros; 4,3 millones de kWh de energía y 749.070 kilos de emisiones de CO2. Esta energía se podría reaprovechar para recargar durante todo un año 45 autobuses o 1.266 coches eléctricos.
–La UE se ha comprometido a alcanzar la neutralidad del carbono para 2050, un reto que han asumido muchas empresas como propio. ¿En qué punto del camino se encuentra Signify?
–Hemos presentado este año nuestro Plan de Transición Climática, con el que sentamos las bases para alcanzar las cero emisiones netas de carbono para el 2040, alineados con SBTi (Science Based Targets initiative). Nos hemos marcado una serie de hitos intermedios como son reducir las emisiones en un 40% para el 2025 y reducirlas al 50% para 2030, siempre tomando como base 2019. A fecha de hoy podemos decir y estar orgullosos de haber reducido las emisiones a la mitad, seis años antes de lo que nos habíamos previsto.
–¿Qué otros desafíos preocupan?
–Los costes, las materias primas, la logística… Todo está influido por lo que ocurra en otras partes del mundo, por lo que nuestra prioridad en este sentido tiene que ser la flexibilidad y la adaptación, ser capaces de responder a los cambios de forma rápida.
–¿Y a nivel laboral?
–Tenemos que volver a hacer atractivo nuestro sector para los jóvenes talentos del futuro. Cada vez hay menos instaladores y, sin embargo, en materia de renovación y modernización de infraestructuras, en los próximos años necesitaremos realizar un gran avance para poder cumplir con los objetivos definidos para el 2050.
–Uno de los objetivos que perisguen las ciudades inteligentes es gestionar mejor recursos como la energía. ¿Cómo ha sido su experiencia?
–El desarrollo de Smart Cities o ecosistemas inteligentes conlleva el estudio de múltiples factores. En primer lugar, y como aspecto clave, tenemos que entender las necesidades de cada espacio urbano, si están enfocadas a servicios, al turismo, etc. Además, debemos ajustarnos al plan director, buscando la interoperabilidad y la escalabilidad de los sistemas. Es decir, plantear soluciones que sean adaptables a las necesidades de un futuro en constante cambio.
–En 2018 participaron en un proyecto en Valladolid que le valió la consideración de la ciudad mejor iluminada del mundo.
–Para las ciudades, dar el paso a la acción es clave. Ante los retos actuales que se nos plantean a nivel global, como el cambio climático o el crecimiento demográfico, los entornos urbanos se sitúan como actores principales para conseguir un futuro más próspero. En este sentido, teniendo unos objetivos comunes definidos, a nivel nacional y supranacional, así como las tecnologías adecuadas y necesarias, lo que nos falta, en general, es acelerar la transición en este tipo de entornos. Sin embargo, no debemos olvidar que para poder llevar a cabo la modernización de los espacios urbanos y responder a sus necesidades y a las de sus habitantes, es crucial tener un plan de desarrollo. Una hoja de ruta sobre la que poder construir el futuro urbano.
–¿Qué peso tiene la innovación?
–Es una prioridad y así se refleja en Valladolid. Cada año se realizan mejoras y actualizaciones en las instalaciones que hacen de la fábrica una instalación digital y automatizada. Los robots AMR optimizan los flujos logísticos facilitando el transporte de los materiales necesarios a las diferentes líneas de montaje, evitando desplazamientos innecesarios. Por otro lado, los robots para el ensamblado y el atornillado automático agilizan y mejoran los procesos de montaje, además de permitir llevar un mayor control de la calidad de la producción.
–¿Hay planes de expansión por la resto de la comunidad?
–La fábrica es una apuesta sólida por la producción en Valladolid y el desarrollo de la región. Desde su creación, las instalaciones de se han ido ampliando y modernizando hasta contar con los 27.000 m2 que abarca el espacio actual. Actualmente, hay cinco líneas más de producción de luminarias, destacando las relacionadas con eventos deportivos y con tecnología solar. Asimismo, trabajamos con diferentes organismos e instituciones de la región para poder seguir realizando proyectos en colaboración, dar respuesta a las diferentes necesidades y poner en valor las características de cada zona.
–¿Cómo han evolucionado las ventas en el último año?
–En cuanto a facturación, como grupo cerramos 2023 con 6.700 millones de euros a nivel mundial, invirtiendo el 4% en I+D, gestionando 20.000 patentes. El número de empleados en Iberia es de 769, incluyendo las dos fábricas de Valladolid (Signify y Saeta Die Casting), junto con las oficinas de Madrid, Lisboa y resto de delegaciones.
–¿Por dónde van las tendencias en iluminación?
–A día de hoy la iluminación es mucho más que luz. Los avances tecnológicos nos han permitido progresar hacia una era mucho más digital, en la que la interoperabilidad entre sistemas y los datos que podemos obtener nos permiten crear ecosistemas inteligentes en ciudades, en edificios... Ahora, gracias a la incorporación de multisensores en las luminarias, se puede monitorizar el tráfico y regular la iluminación individualmente, punto a punto en una carretera en base a la cantidad de desplazamientos o en caso de accidente.
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