Murtra encara este miércoles su primer consejo al frente de Telefónica en el que avanzará su hoja de ruta

Como ya adelantó este periódico, el apretado calendario de Telefónica las próximas semanas obligarán al expresidente de Indra a retratarse y avanzar en su hoja de ruta muy pronto. En el consejo ordinario del miércoles las miradas estarán puestas en los posibles cambios en este órgano, ya que la junta general de accionistas se celebrará en la primera quincena de abril y el orden del día debe aprobarse un mes antes.

La junta de accionistas es uno de los tres hitos clave a tener en cuenta en los próximos meses. Esta importante cita implica publicar 30 días antes de su celebración un orden del día que incluya el nombre de los nuevos miembros del consejo de administración tras una renovación que refleje la nueva estructura accionarial de la empresa, según explican fuentes del sector. La renovación del consejo debe, por tanto, completarse antes de la junta general de accionistas. Es más, como las decisiones que se tomaron en el consejo extraordinario del pasado sábado 18 de enero -la salida de Álvarez-Pallete y el nombramiento como consejero y presidente de Murtra- fueron por cooptación, deben ser ratificadas en la junta de accionistas. Era en esa junta de abril cuando estaba previsto renovar el puesto de Álvarez-Pallete, ya que este año expiraba su mandato.

Además, en el consejo de mañana se debatirá también sobre la entrada del grupo saudí STC, que ya controla el 9,97% de Telefónica y ha anunciado que pedirá un miembro en el consejo.

Pero el hito más cercano en el tiempo es la presentación de los resultados anuales el próximo 27 de febrero y el siguiente la celebración del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona, del 3 al 6 de marzo, donde la multinacional presenta todas sus novedades en materia tecnológica y será protagonista de todos los focos mediáticos.

Más allá de la renovación del consejo de administración, la compañía decidirá compras estratégicas como la de Minsait, la pata tecnológica de Indra, que lleva meses encima de la mesa. Con este gran movimiento empresarial el Gobierno pretende crear una gran empresa tecnológico y de las telecomunicaciones. Indra saldría beneficiado al desprenderse de una parte del negocio que no le general el rédito esperado.

También ha llegado a plantearse la compra íntegra de Indra por parte de Telefónica, pero fuentes consultadas admiten que esto sería un problema para los intereses estratégicos españoles porque la compañía es clave en el sector de defensa y actualmente casi un 10% de Telefónica está en manos de los saudíes. Pero a partir de ahora cualquier movimiento es posible, ya que el Estado controla a través de la SEPI un 10% de Telefónica, pero también el 28% de Indra.