Liderado por la tercera generación Agroalimentaria Chico, situado en la capital de la Ribera del Duero, comercializa carne de cerdo Duroc e Ibérico fresca y dos marcas de curados. Con 141a granjas integradas, el CEO de ACH, Jaime Chico, pone en valor el desarrollo empresarial en el medio rural.
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–Empresa familiar asentada en el sector del porcino y con medio siglo de historia, crían, elaboran y distribuyen. ¿En la diversificación está el éxito?
–Estamos en la verticalización con presencia en todos los eslabones de la cadena del porcino. Mis abuelos y familia básicamente ganadera comenzaron ese proceso de verticalización que ha ido hacia delante con la transformación del producto y evolucionando hacia la transformación y su posterior gestión.
–Hacen de todo, ¿pero hay un producto estrella?
–La punta de lanza de ese proceso son los jamones y las paletas a través de la marca 'Afinado' para los productos más exclusivos procedentes de los cerdos ibéricos criados en nuestro grupo sin olvidar tampoco 'La Granja de Chico' para los curados Duroc.
–Algunas de las medidas contempladas en la nueva Ley de Bienestar Animal en cuanto a la densidad de espacio por animal han generado descontento. ¿Qué lectura hace del documento?
–La normativa es ambiciosa, como todas las que parten de la Unión Europea, y será de las más restrictivas a nivel mundial. Nosotros desde el sector del porcino nos adaptaremos a ésta como a otras. En estas medidas siempre vemos una oportunidad porque, al fin y al cabo, nos llevan a un movimiento que deja hueco en nuevas tendencias de mercado.
–Pero, al final, ¿subirán los precios?
–De lo que hay que ser consciente es de que todas estas medidas medioambientales llevarán un incremento en los costes de producción. Y ahí el legislador debe hacer el ejercicio de responsabilidad de saber hasta dónde puede repercutir esto en el precio final de la cesta de la compra
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–En cuanto al consumidor, ¿recibe información para saber a qué se debe el incremento de coste?
–Creo que el consumidor no está lo suficientemente informado sobre esta asociación directa de que la aplicación de medidas legislativas le va a repercutir en el precio. Seguramente no entienda el porqué y, en este sentido, habría que hacer una labor informativa. En cuanto al consumo, cuando surge una nueva tendencia se abre una nueva oferta de productos y hay consumidores que pueden pagar ese plus porque les interesa que esos animales hayan sido criados de esa manera y otros que no, que buscan un precio.
–¿Qué amenaza la continuidad de las explotaciones ganaderas?
–Como en todos los negocios existen riesgos pero creo que el principal, en nuestro sector, tiene que ver con los mismos riesgos que acucian a los entornos en los que nos desarrollamos, que son entornos rurales. El principal riesgo es la dificultad de crecer o mantenerse porque la gente se va.
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–¿La despoblación se ha convertido en un problema ganadero?
–El problema de las granjas es el que tienen los pueblos. Es difícil fijar población, captar talento, que haya crecimiento de la actividad en los entornos rurales y encontrar gente que quiera hacer y trabajar en granjas y quedarse en el pueblo. Por otro lado, la presión social nos llega de zonas no rurales y que tienen poca conexión con este medio.
Relación con el medio
–Entonces, ¿esta relación con el medio rural se entiende mejor cuando se trata de negocios familiares?
–Al final, el que tengas una vinculación familiar es casi la única forma de entender, querer y hacer de ello un sector de futuro para tus hijos. Nuestro gran valor como empresa familiar es entender este proyecto planificado en el tiempo a largo plazo, con un proceso cíclico en su evolución, lo han conocido de generación en generación y eso hace que haya una apuesta firme.
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–Pero también es un riesgo tener tanta confianza...
–Nosotros llevamos tiempo trabajando sobre las diferentes áreas de gobernanza de la empresa. Tenemos muy diferenciado cuál sería el área de la familia, el de la gestión y propiedad y en que zonas convergen. Es un trabajo constante que creo que en las empresas familiares es necesario.
–En el proceso de economía circular aplicado al cerdo, «se aprovecha todo, hasta los andares». ¿Cómo aterriza este concepto en ACH?
–Estamos inmersos en procesos que tienen que ver con el aprovechamiento de recursos asociados a un residuo, pero que creemos que pueden ser un recurso como, por ejemplo, las eyecciones. Tratamos de desarrollar proyectos de inversión en los que puedan ser reutilizados como fertilizantes o energía. Queremos ser un grupo empresarial que deje huella cero durante el proceso de producción de alimentos.
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–¿Y en qué punto del camino se encuentran?
–Hemos creado una sociedad llamada 'Agrocircular' que está centrada en la obtención de fertilizantes y energía con algunos residuos del cerdo que se convierten en la materia prima de una nueva actividad industrial. Creemos en el concepto de circularidad y que lo tenemos que hacer rentable, sostenible y parte de una actividad empresarial más.
–En 2023 hicieron exportaciones por valor de 8,8 millones de euros. ¿Qué porcentaje de negocio representa?
–La cifra de negocio ventas, sobre todo en carne fresca, estará en torno al 25% de nuestras ventas. Por el tipo de producto que hacemos, un cerdo Duroc con cualidades específicas de infiltración-grasa, los mercados asiáticos son nuestro principal referente. Concretamente, Japón, Korea y Filipinas, además de la venta intracomunitaria en una docena de países.
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Plan estratégico
–Se encuentran inmersos en el Plan Estratégico 22-26. ¿Se están cumpliendo las previsiones?
–Este plan tiene que ver con el crecimiento. El porcino español es líder a nivel europeo y a nivel mundial se encuentra entre las tres primeras posiciones. Nuestros planes son de crecimiento a través de adquisiciones o de acuerdos con estructuras existentes. Queremos crecer en el ámbito de producto.
–¿Qué aportan al tejido empresarial comarcal?
–Tenemos la suerte de seguir un desarrollo sostenible en la zona en la que estamos implantados, que es en la que vivimos y hemos nacido. Nuestro radio de acción de granja respecto a Aranda, que es nuestra fábrica de piensos, puede estar en torno a los 80 kilómetros, es un radio próximo porque cuanto mejor les vaya a los pueblos en los que estamos implantados, mejor nos irá todos. Esto te hace competitivo y sostenible porque no hay que hacer grandes desplazamientos, ni para el pienso, ni para sacrificar animales. No nos planteamos abrir ese radio. Apostamos por generar riqueza juntos porque también nos irá mejor.
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–El sector porcino también se digitaliza.
–Estamos inmersos en proyectos que tienen que ver con la recogida y análisis de datos. Ahora, el cambio en el análisis pasa por la predicción, saber que pasará en el futuro.
–¿A qué aspira ACH?
–Como grupo y como familia aspiramos a ser un actor relevante en el porcino de Castilla y León. Ir creciendo en el mundo de la producción porcina, en el que el tamaño sí que importa. Queremos ser referentes en la producción de carne de porcino y seguir avanzando como actor nacional.
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