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AGAPITO OJOSNEGROS
Sábado, 20 de junio 2015, 17:08
«Tenemos que ser un ejemplo con lo que hacemos y un orgullo para la sociedad, que esta vea que nuestro papel es fundamental y necesario como motor de creación de riqueza y empleo». Las palabras de Pedro López, presidente de Chocolates Valor, bien podrían servir de conclusión para los dos intensos y fructíferos días vividos en el flamante Hotel Castilla Termal Monasterio de Valbuena, ubicado en la pedanía de San Bernardo, en los que casi 200 personas participaron en el II Congreso Regional de la Empresa Familiar.
Cuatro representantes de importantes clanes empresariales cuyos negocios generan miles de puestos de trabajo y cientos de millones de euros clausuraron la cita desarrollada en el refectorio cistercienses del cenobio de Santa María de Valbuena, complejo monástico sede de la Fundación Edades del Hombre que ahora comparte espacio con el novísimo hotel.
Fue a punto de concluir la mesa redonda protagonizada por Ignacio Osborne, consejero delegado de Osborne; y Juan Manuel González Serna, José Miguel Isidro y Pedro López, presidentes de Grupo Siro, Europac y Chocolates Valor, respectivamente, cuando surgió entre el público la pregunta del millón: «¿Cómo puede afectar desde el punto de vista de la inversión, empresarialmente, la previsible inestabilidad política?». Y consensuada fue la respuesta de la mesa, moderada por Juan Corona, director general del Instituto de Empresa Familiar. Es posible que los inversores extranjeros sí que vean la situación con cierto temor, pero en lo que a sus compañías se refiere no creen que haya demasiado que temer, porque, según Osborne, «nosotros sabemos hacer bien lo que hacemos y tenemos que seguir haciendo lo que sabemos hacer».
Como ejemplo foráneo puso la destiladora de ron venezolana Santa Teresa: «Ahí sigue, funcionando bien». Es más, el empresario andaluz explicó «que en 1812 Cádiz estaba sitiada por los ingleses y ahí estábamos en medio nosotros, y seguimos funcionando».
El presidente de Siro recordó otro acontecimiento histórico más cercano en el tiempo: «Al comienzo de la Democracia creo que había veinte partidos con representación parlamentaria. Recordad el miedo al Partido Comunista», sin embargo «las empresas estamos donde estamos porque hicimos lo que teníamos que hacer». «Ahora lo que hay que hacer es no callarnos y no permitir ciertas conductas como la corrupción».
Tirando de ironía, José Miguel Isidro apuntaló lo dicho por sus compañeros de tertulia: «La historia política afecta al mundo, la incoherencia legislativa y la diarrea fiscal afecta a los negocios». Dicho esto, recordó que «en noviembre de 2011 en Bélgica no formaron gobierno hasta año y medio después de las elecciones». En ese periodo de vacío de poder «subió el PIB, subió el salario mínimo, y bajó el paro; hubo una estabilidad absoluta», ironizó.
«Los dos segundos que dediquemos a pensar qué deberían hacer los demás en vez de ver lo que debemos hacer nosotros mejor que el año anterior, los aprovechará otra empresa para ganarnos», sentenció López.
Demasiados políticos
El moderador metió el dedo en la llaga cuando interpeló al propietario de Europac por los problemas de la industria y si la política ayuda a solucionarlos. «¿Esto segundo existe?», volvió a ironizar el empresario, quien continuó diciendo que «uno de los grandes problemas que tenemos en este país es que al Ministerio que se ocupa de la Industria, Energía y Turismo, le dejaría solo lo de Turismo porque en lo otro es nefasto». Uno de los problemas, apuntó, es que el número de políticos que viven de la política es muy elevado, por lo que «estamos en manos de gente que desconoce lo que es una empresa, sus problemas, que legislan sin escucharnos, saliendo con disparates». «Dije y repito que lo de la Administración era inmoral porque recaudaba para mantener su propio estatus».
Isidro hizo especial hincapié en algo que conoce muy bien, las energías renovables, y calificó de «barbaridad» las reformas del sector eléctrico en esta materia, que han provocado que industrias que hacían de la cogeneración energética una actividad económica complementaria hayan cerrado al ser inviables por la nueva legislación.
«Aquí no se nos escucha, y todo son dilaciones, algo que no sucede en otros países donde estamos», que sí están pendientes de resolver sus problemas «y miman a sus empresarios, como en Francia». La intervención de Isidro fue seguida con asentimientos de complicidad por parte del respetable y de sus compañeros de debate.
No faltaron consejos para saber gestionar el talento, eso que empieza a denominarse meritocracia. Los hubo incluso literarios como el que ofreció el presidente de Siro, quien, como modelo de liderazgo, recomendó la lectura de La Paradoja. González Serna resaltó que el modelo que ellos aplican «para que todos remen en la misma dirección» es activo y responsable, y busca la implicación voluntaria de los trabajadores que a su vez son ejemplo para sus compañeros. «Contratamos gente por su talento y despedimos gente por su mal talante», afirmó.
Polémicas que ayudan
Gestionar bien el crecimiento también es primordial. En este aspecto, el presidente de Europac señaló que «antes de crecer hay que hacer los deberes en casa», que no se debe crecer por el mero hecho de crecer sino fijando criterios de rentabilidad, y una vez que comienza esa expansión, hay que ir reestructurando la compañía. «El crecimiento no es una variable continua», más bien escalonada, sabiendo el momento en el que hay que empezar a delegar porque se llega al punto en el que de «sargento en la trinchera se pasa a ser General en el Estado Mayor».
Pedro López quiso romper una lanza por sectores como el industrial y el turismo, «que nos han ayudado a sacar a España de este lío», y lanzó un exhorto para que se siga apostando por ellos una vez pase la crisis. «Tenemos que ver qué podemos dar, también el Gobierno y la sociedad», dijo, y abogó por una mayor conexión entre la Universidad y la empresa, poniéndose también como deberes «ser un ejemplo de lo que hacemos y ser un orgullo para la sociedad».
Anecdótico, pero con una importante repercusión promocional, fue el momento en que a Ignacio Osborne le preguntaron por la marca Osborne, el famoso toro, motivo de polémica por el intento de retirarlo de las carreteras españolas por la normativa de tráfico. El empresario reveló que la polémica supuso para la marca una campaña gratuita que valoraron en su día en casi 900 millones de pesetas, unos cinco millones y medio de euros.
Distintas estrategias en tiempos de crisis
Para crecer empresarialmente existen muchos caminos. Para conseguirlo en plena crisis, los cuatro prominentes representantes de la región que ayer conversaron en Valbuena adoptaron estrategias bien distintas. Juan Manuel González, de Siro, explicó que antes de que la recesión llegara ellos ya apostaron por ser proveedores en exclusividad de Mercadona a través de la marca Hacendado, dando empleo a más de 4.000 personas y facturando 600 millones anuales.
Pedro López, de Chocolates Valor, destacó no solo su apuesta incesante por la calidad, sino también sus esfuerzos en el terreno publicitario con una ambiciosa campaña que bautizaron como Placer adulto, de gran repercusión nacional.
En Europac «hemos sido agresivamente conservadores», destacó José Miguel Isidro, que optó por un modelo integrado y rompió las fronteras para llegar hasta Portugal, Francia y Marruecos.
Actuar rápidamente fue la hoja de ruta de Osborne, porque «es mejor que la decisión sea medio buena, a que más tarde sea mala». Ampliar capital y salir a países como China y Brasil, o comprar nuevas marcas tabién formó parte de su modo de expandirse. «Vimos lo que sí sabíamos hacer y dejamos de hacer aquello que no», reflejó Osborne.
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