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Los alumnos de la Escuela de Negocios Javier Ortega (izquierda) y Luis Javier Díez (derecha), con Luis Serrano y Elena Cabezón.
Alumnos de la Cámara de Comercio ayudan a Europac a lograr ahorros de 55.000 euros al año

Alumnos de la Cámara de Comercio ayudan a Europac a lograr ahorros de 55.000 euros al año

Participan junto con el personal de la empresa en un plan de mejora continua de un proceso de manufacturas en la fábrica de Dueñas

á. blanco

Viernes, 19 de junio 2015, 09:17

No es lo mismo que a uno le expliquen que, de los tres pedales, el embrague es el de la izquierda y que es preciso pisarlo antes de accionar la palanca de cambio de marchas; que sentir cómo entra la cuarta y el coche acelera y los kilómetros vuelan. No es lo mismo ir a clase a que te enseñen que el sistema de lean manufacturing persigue eliminar el despilfarro en la producción industrial, mejorar la calidad y reducir los tiempos y costes; que plantarse en una fábrica, integrarse en su equipo y poder hacer aportaciones a un proyecto real cuya implantación produce una mejora productiva cuantificable en varias decenas de miles de euros.

Por segundo año consecutivo, un grupo de estudiantes del Máster en Supply Chain Management de la Escuela de Negocios de la Cámara de Comercio de Valladolid tiene la oportunidad de participar en un programa de mejora continua en un proceso de manufactura en la factoría de Europac en Dueñas. El proyecto actualmente en curso se denomina milk run II (la ruta del lechero) y, gracias al trabajo en equipo del personal de la empresa papelera y los estudiantes de máster, la implantación del milk run I fue un éxito que hizo posible, con una inversión de 20.442 euros, un ahorro anual de 55.105.

«Durante cuatro meses, cinco horas diarias, los alumnos trabajan en objetivos tangibles, con tutores, y tienen la oportunidad de evaluar si la implantación se produce según las previsiones, o qué grado de cumplimiento tiene», explica Luis Serrano, country manager de la División de Cartón del Grupo Europac. En el escenario de la fábrica, el proyecto aplica las herramientas lean que, hasta ese momento, para los estudiantes solo eran palabras en inglés:PDCA (plan, do, check, act);SMED (single minute exchange of die), técnicas que sirven para minimizar los tiempos en cada uno de los procesos.

La filosofía de este método de mejora de la eficiencia en manufacturas detallada por el japonés Taiichi Ohno, director de la empresa Toyota basándose en los sistemas de productividad de Frederick Taylor y Henry Ford se basa en la eliminación de cualquier desperdicio. «Continuamente nos preguntamos ¿cómo se puede mejorar esto? ¿Qué actividades desarrollamos sin que en realidad aporten valor? señala Serrano. No preparamos un proyecto ad hoc para que aprendan de él, sino que asisten y se integran en procesos reales».

«No termina nunca»

¿De veras todo es susceptible de ser mejorado? ¿Incluso aquello a lo que ya se le han aplicado las herramientas lean varias veces? Serrano no lo duda:«La mejora no termina nunca. Al principio, de 100 se mejora 40;en la decimosexta vez, se mejora 1. Todo en aras de la productividad, de la calidad y de la seguridad. Y todo se traduce a euros. La puesta en práctica de este sistema nos ha permitido, entre otras cosas, conseguir un récord de hasta 394 días sin ningún accidente laboral, ni siquiera leve».

La segunda promoción de alumnos de la Escuela de Negocios que pasan por Europac está compuesta por cuatro personas. Uno de ellos es Javier Ortega, ingeniero industrial de alimentos. «Siempre había trabajado en logística externa, no en interna. Cuando me quedé en paro opté por hacer el máster de la Cámara porque ya sabía que lo imparten profesores que son profesionales en activo en empresas que tienen un mejor conocimiento de cuáles son los problemas y las situaciones que se plantean en una instalación industrial». Él lo tiene claro: «Cuando bajas a la línea de producción, la teoría en insuficiente. Para mejorar un proceso no solo hay que conocer sus fase, su desarrollo y las máquinas, sino hablar con las personas que participan en él».

Elena Cabezón jefa de la cadena de suministro de la División de Cartón de la planta de Europac en la localidad palentina explica que «cuando uno está en la fábrica todos los días, a veces se le puede escapar alguna cosa porque tiene un modo de trabajar y esa es su manera, la que pone en práctica de forma rutinaria». «La llegada de una visión nueva, de alguien que mira de manera diferente, sirve para aportar nuevas ideas, te puede hacer ver cosas que no veías», añade.

Tinta con fecha de caducidad

«Ganar cinco minutos en un proceso comenta Javier puede parecer poca cosa, pero si es un proceso que se repite muchas veces al año, se traduce en euros. Luego analizas el coste de la inversión que requiere la corrección y decides si compensa o no». El proyecto en el que trabajan Javier Ortega, Luis Javier Díez, José Ignacio Romero y Roberto Marcos consiste en el aprovisionamiento de materiales auxiliares y diversos. Busca mejorar los flujos en las instalaciones de Europac desde el estocaje hasta el consumo. «Hablamos lo que no es el cartón: tintas, colas, film, palés, cintas... si no has hecho un trabajo previo y en pleno proceso productivo descubres que te falta alguno de estos materiales hay que parar las máquinas y eso tiene un coste», explica Elena Cabezón.

Todos los indicadores de cumplimiento de objetivos están, por el momento en verde. «Tenemos cero roturas de stock, cero diferencias de inventario, cero obsoletos... señala Luis Serrano aquí todo debe tener una fecha de caducidad. No es que los materiales vayas a ponerse malos, pero tenerlos más de noventa días parados en la fábrica es algo que cuesta dinero».

Cartón que cumple las normas alimentarias

El 70%del embalaje que se fabrica en la planta de Cartón de Europac en Dueñas está destinado a contener algún alimento en su interior y este mismo año, los productos de la papelera palentina han obtenido la certificación BRC, concebida en un principio para la industria alimentaria. El Estándar Mundial del BRC (Consorcio Británico de Minoristas) para la Seguridad de los Alimentos fue creado con el objetivo de asegurar el cumplimiento de los proveedores en cuanto a garantías de calidad y seguridad de los productos alimenticios. Hoy ha traspasado el ámbito del Reino Unido y se utiliza a nivel mundial en la producción de alimentos seguros y en la selección de proveedores dignos de confianza.

«Las exigencias son tan estrictas que, antes, solo a los fabricantes alimentarios les interesaba cumplir con esta normativa y obtener la certificación», explica Luis Serrano, quien desde hace unos meses soporta las bromas de la plantilla que, en aras de la seguridad y trazabilidad, está obligada a ir completamente cubierta por unos trajes especiales, estériles, y a quitarse relojes y anillos antes de entrar en la zona de producción.

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