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Viernes, 26 de diciembre 2014, 18:46
Las cifras son de muchos ceros, desde las cantidades invertidas hasta las producciones de papel de una empresa que más de cincuenta años de existencia y que fabrica cerca de 400.000 kilómetros de papel al año de un ancho de casi tres metros y que supone una producción anual de 200.000 toneladas. En medio de la crisis, esta compañía decidió invertir en la mejora de sus instalaciones de la localidad palentina de Dueñas, donde cuenta con dos máquinas de fabricación de papel, una de ellas sin abandonar su tarea desde que iniciara la actividad en la posguerra civil española. Las últimas inversiones, por un valor de 12 millones de euros, han servido para instalar un último cuerpo en la larga máquina que fabrica el papel, desde la pasta base hasta el satinado final. Este último cuerpo, que aplica una salsa sobre la banda de papel que antes finalizaba su fabricación ahí, crea una nueva calidad, la del papel
estucado que mejora los acabados de los millones de embalajes que fabrica más tarde la compañía. El lema lo señala el consejero delegado de Europac, Enrique Isidro: convertir al cliente en un socio. En esa tarea se enfila una de las pocas compañías de Castilla y León que cotizan en Bolsa y que ha sido capaz de pasar de una plantilla de 498 trabajadores en 2006, cuando la crisis apenas apuntaba sobre el horizonte, a los 525 con los que acaba el año.
Crecimiento en la crisis
La inversión de 12 millones aplicada ha permitido así mejorar la oferta de calidad del papel final para sus clientes, que pueden contar con un embalaje de mayor calidad y además, con una reducción en los costes en la que Europac colabora. De esta forma, la compañía ha pasado de una producción de 120.000 toneladas por año de papel para embalaje en el año 2000 a las más de 200.000 del año pasado, cerca de la capacidad máxima de las instalaciones, que rondarían las 240.000 toneladas anuales. Pero si no puede crecer más la producción, lo que sí puede es ser de mejor calidad, y más barata, entre otras cosas porque la planta genera su propia electricidad. Incluso le sobra. Su planta de ciclo combinado -una inversión de 40 millones de euros- produce cerca de 45.000 megavatios cuando el consumo actual es del entorno de los 15.000, «pero es que tenemos que pensar en el futuro, en ampliaciones, en aumentos de capacidad», matiza Isidro.
Papel estucado
Y la joya de la corona es esa última línea de rodillos incorporados al proceso. Doce millones que permiten la producción de papel estucado en la única fábrica que puede ofrecer este producto en el sur de Europa, hasta ahora exclusivo de los grandes fabricantes del Norte del continente. De esta forma, cada rollo madre, con un peso de entre 15 a 20 toneladas, terminará convertido en embalajes para los clientes de esta compañía, casi la mitad de ellos de Castilla y León.
El nuevo papel se ofrece a los clientes desde el mes de septiembre último y permite a la compañía papelera disponer de una nueva calidad de acabado para los embalajes y completar un catálogo que dispone de papeles vírgenes y reciclados con diferentes calidades, para adaptarse a las necesidades de cada pedido. «El embalaje de cartón en un primer momento solamente cumplía con la misión de proteger la mercancía que cubría», explica Enrique Isidro. «Más tarde, además de proteger, también sirvió para reducir costes mediante una bajada de las mermas, llenar los camiones... Ahora, el embalaje, además de proteger y de reducir los costes logísticos, también debe de vender el producto que contiene. Nuestros clientes nos piden que la imagen sirva directamente para llevarla hasta el lineal del supermercado», añade. El envoltorio exterior se convierte así en la primera imagen que recibe el consumidor del producto. «Y por eso, nosotros hemos tenido que evolucionar, empezando por el papel», justifica el consejero delegado.
Y la evolución exige inversiones, a la de doce millones completada se unirá otra, todavía por determinar aunque por una cantidad similar a la anterior, para mejorar y ampliar la otra máquina de las dos que trabajan sin descanso en Dueñas durante 24 horas diarias los 365 días del año y todo ello, a pesar de que los cambios normativos en España en el sector de la energía obligaron a retrasar inversiones que en su día hubieran supuesto duplicar la capacidad de las instalaciones. Aún así, Isidro considera que con las novedades previstas se consolida la actividad, la carga de trabajo y la plantilla en la fábrica palentina.
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