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El Rey, protagonista el domingo en medio de los disturbios en Paiporta por haber permanecido en las calles del municipio valenciano para escuchar la indignación vecinal ante la tardanza en la llegada de los recursos para paliar la DANA, galvanizó este miércoles en La Zarzuela ... un cierre de filas de la jefatura del Estado y los agentes sociales para afrontar desde la consciencia compartida y la colaboración la gravedad del desastre. Felipe VI se reunió por la mañana con la CEOE, Cepyme, otras organizaciones empresariales valencianas y castellanomanchegas, la Asociación de Trabajadores Autónomos, las aseguradoras que suma Unespa y la Asociación Española de la Banca (AEB) e hizo lo propio, por la tarde, con UGT y CC OO. Una cita «fructífera», en definición del secretario general de Comisiones, Unai Sordo, que permitió componer una imagen de «unidad» para hacer frente a la envergadura del presente y a una reconstrucción trabajosa y larga.
Los encuentros en La Zarzuela preludiaron los diez minutos de silencio en memoria de las víctimas de la catástrofe que la patronal y los sindicatos han convocado este viernes en todas las empresas del país. Ayer, el mensaje vino a ser coincidente: es preciso afrontar la dimensión de esta tragedia desde esa unidad que es «clave», en palabras del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y desplegar los ingentes recursos que se precisan para responder a las necesidades más perentorias -entre ellas, la recuperación de la actividad laboral- y a las que se avecinan.
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«España es un Estado que puede y debe hacer frente a las necesidades de las personas afectadas por la DANA», resumió el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, quien constató que «seguramente» el Gobierno tendrá que ir más allá de los 10.600 millones de euros activados por el Consejo de Ministros ordinario de este martes. Garamendi no entró a evaluar si este primer paquete de ayudas aprobadas este martes por el Gobierno es suficiente para contrarrestar el impacto de la peor gota fría del siglo, pero sí dio por hecho que habrá que movilizar más recursos porque «esto no es la covid», remarcó, dando a entender que los efectos de la DANA están superándola.
«Cuando acabó la pandemia, las fábricas, los comercios, los bares… estaban impolutos, impecables. Aquí no hay economía, aquí ha quedado todo arrasado», constató, persuadido de que habrá que ir «mucho más allá», por ejemplo, de la adopción de los ERTE. Unai Sordo fue quien se mostró más incisivo al término de su despacho con el Rey, al valorar el programa inicial de medidas pero subrayando que es «insuficiente» y reclamando «un escudo social» que se implemente «desde el diálogo social».
Garamendi fue explícito al recalcar la disposición del empresariado a acompañar «a las instituciones» del país en este difícil y exigente tránsito colectivo y exigir que «se deje la política a un lado», en alusión implícita a las discrepancias entre el Gobierno central y el valenciano y entre las estrategias del primero y la oposición que lidera el PP que vienen sucediéndose en torno a las eventuales responsabilidades en la gestión de esta crisis. El máximo responsable de la CEOE, que elogió singularmente el papel que ha asumido Felipe VI -«Se ha remangado y ha dicho 'aquí estoy yo'», ensalzó-, se dijo convencido de que lo que la sociedad reclama es «que todos unidos, no sobra nadie, nos pongamos a trabajar».
Sordo sí quiso enviar un mensaje al Gobierno, dado que es apremiante «ejecutar» todas aquellas iniciativas que permitan a los valencianos y otros damnificados recobrar su vida y sus trabajos. Según enfatizó, el Ejecutivo debe imprimir «velocidad de crucero al diálogo social» para insuflar «certezas a la gente que peor lo está pasando».
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